La obra in¨¦dita de Alberto Coraz¨®n sale a la luz
Medio centenar de obras del artista fallecido en febrero se exponen en Cuenca mientras Alfredo Aracil compone una ¡®Eleg¨ªa¡¯ y la Academia de San Fernando prepara un homenaje
No es f¨¢cil tratar de vertebrar o de ordenar el ingente corpus art¨ªstico y conceptual de alguien para quien el proceso creativo era ni m¨¢s ni menos que ¡°un proceso motorizado por la emoci¨®n¡±. Cuando son cosas como la emoci¨®n, o la memoria, o la pulsi¨®n o el sentimiento, malo. Malo para ordenar. No se ordenan el desorden y el caos, que eran posibilidades bien del gusto de Alberto Coraz¨®n, no as¨ª la confusi¨®n, a la que tanta alergia ten¨ªa. As¨ª que la extraordinaria exposici¨®n de obra in¨¦dita que abrir¨¢ sus puertas este viernes en Cuenca, la Eleg¨ªa que ha creado en su recuerdo su amigo el compositor Alfredo Aracil y el texto/tributo que leer¨¢ el d¨ªa 18 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando su tambi¨¦n amigo y catedr¨¢tico de Est¨¦tica y Teor¨ªa de las Artes de la UNED Sim¨®n March¨¢n Fiz no ser¨¢n sino sendos puntos de fuga ¨Dvalios¨ªsimos¨D hacia esa especie de misi¨®n imposible: ordenar la memoria de Alberto Coraz¨®n (Madrid, 1942-2021).
Fallecido el pasado 10 de febrero, este pintor, escultor, dise?ador y escritor amante de la charla, la comida, la bebida, el tabaco, el f¨²tbol y la belleza femenina ¨Del orden no tiene por qu¨¦ ser estrictamente ese¨D sol¨ªa decir que lo m¨¢s sensato que pod¨ªa hacer una persona era viajar y escuchar m¨²sica. Este triple homenaje en su memoria alude a todo ello. Por un lado, la exposici¨®n Alberto Coraz¨®n. El cazador furtivo, organizada por la Colecci¨®n Roberto Polo-Centro de Arte Moderno y Contempor¨¢neo de Castilla-La Mancha (CORPO) y comisariada por Rafael Sierra y por la escritora Ana Arambarri, viuda del artista, presenta en la Casa Zavala de Cuenca hasta el 15 de diciembre m¨¢s de medio centenar de obras, en su mayor¨ªa nunca antes expuestas.
Algunos de los cuadros est¨¢n sin terminar, otros est¨¢n pintados por el anverso y por el reverso, como el lienzo Bodeg¨®n. ?Pura econom¨ªa de medios? ?Puro arrepentimiento? M¨¢s se dir¨ªa lo segundo, teniendo en cuenta la afici¨®n de Alberto Coraz¨®n a abandonar de pronto una obra para de inmediato meterse en otra, pincel en ristre, pitillo en ristre, gintonic en ristre, en el estudio, en el jard¨ªn, en el sal¨®n, o en la mesa de un albergo de Mil¨¢n tras haber negociado con el camarero, y delante de un colosal Sassicaia de 2005, que no ser¨ªa un caravaggio pero que ¨Daseguraba completamente serio un d¨ªa Alberto Coraz¨®n acodado en un restaurante de Madrid¨D ¡°se le acercaba bastante¡±. De ah¨ª viene precisamente el t¨ªtulo de la exposici¨®n de Cuenca: del revelador ensayo ?Es la memoria un cazador furtivo? La ¡®Cesta con frutas¡¯ de Caravaggio como pretexto, en el que el autor despliega lo que podr¨ªa llamarse toda una filosof¨ªa del hecho pict¨®rico. De hecho, una sala entera est¨¢ dedicada a este tema, una verdadera obsesi¨®n personal.
En otra surgen los Acantilados, otro de sus temas predilectos ¨Dmuy oportunamente incrustados ahora entre las hoces del J¨²car y del Hu¨¦car¨D, pinturas ejecutadas en los veranos de Almer¨ªa, ¡°con todo ese esp¨ªritu de la tierra y del desierto que tanto le gustaban¡±, explica Arambarri. Un poco m¨¢s all¨¢ surgen, entre pinturas, la instalaci¨®n Ahora entiendo mejor mi largo viaje, realizada en plomo en 1996, y la escultura en aluminio pintado Recordando a Matisse, de 1995. En otra de las grandes paredes blancas cuelgan sendas versiones de La mesa del artista, otra de sus tem¨¢ticas pict¨®ricas recurrentes. Acr¨ªlicos, grafitos, ¨®leos, bronces, plomos y aluminios pueblan la Casa Zavala, en lo que supone un ejercicio de despojamiento marca de la casa: esa imprescindible ¡°goma de borrar mental¡± de la que hablaba Alberto Coraz¨®n y que tanto utilizaba para quitar, para desbrozar, para replantear¡ incluso para renunciar.
?ntimamente ligada al esp¨ªritu de esta primera exposici¨®n p¨®stuma del artista y dise?ador (entre 1963 y 2013 firm¨® la imagen de marca de ministerios, medios de transporte, establecimientos p¨²blicos, festivales, teatros, universidades, portadas de libros, etc¨¦tera, cambiando la imagen visual de todo un pa¨ªs) se encuentra la Eleg¨ªa a Alberto Coraz¨®n, que ha puesto en pie su amigo Alfredo Aracil. El compositor ha recogido en su estructura las secuencias de destellos de luz de algunos de los faros m¨¢s queridos en la cartograf¨ªa personal del artista, y a los que sol¨ªa viajar para descansar o trabajar, y los ha convertido en sonidos: Mesa Rold¨¢n en Almer¨ªa, Punta Silla en San Vicente de la Barquera (Cantabria), Cap Gros en S¨®ller (Mallorca), San Giorgio Maggiore en Venecia y Cabo de San Agust¨ªn en Asturias. Una suerte de invocaci¨®n, explica Aracil: ¡°M¨¢s que una eleg¨ªa al estilo cl¨¢sico, que suele consistir en decir al mundo qui¨¦n era y lo importante que fue el personaje, es casi como una conversaci¨®n con ¨¦l, una reuni¨®n¡ o un sue?o de reuni¨®n. Aracil la considera como ¡°una cartograf¨ªa de recuerdos y se?ales que ¨¦l podr¨ªa identificar¡±. ¡°Lo que he hecho es traducir en sonidos las luces de esos faros. Esas secuencias de luz son algo que se puede identificar, y cada faro del mundo tiene una distinta. Y eso, al final, ha acabado convirti¨¦ndose en una partitura¡±.
El tercer punto de fuga de este tributo a Alberto Coraz¨®n llegar¨¢ el pr¨®ximo 18 de octubre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que el artista era miembro numerario desde 2006. El catedr¨¢tico Sim¨®n March¨¢n Fiz leer¨¢ un texto de homenaje en memoria de su viejo amigo. ¡°Cuando falleci¨®¡±, cuenta March¨¢n Fiz, ¡°se insisti¨® mucho en su tarea en el terreno del dise?o gr¨¢fico y el dise?o industrial, pero yo quiero subrayar su actividad en los campos de la pintura, la escultura y el grabado, y tambi¨¦n su importancia en la cultura visual espa?ola, una faceta suya que quiz¨¢ ha quedado un tanto oscurecida, a trav¨¦s de las cubiertas de libros y de esos libros de artista que realiz¨® durante toda su vida y que acababan convertidos en s¨ª mismos en objetos de arte, como los cat¨¢logos que hizo para Antonio Saura y el Equipo Cr¨®nica¡±.
El catedr¨¢tico de la UNED pretende ¡°anudar¡± los distintos mundos creativos del artista desaparecido hace ocho meses: ¡°Yo veo la obra de Alberto Coraz¨®n como un todo, como un corpus con unas constantes reconocibles, pero desde una personalidad y una creatividad que toma muchas cadencias y muchas direcciones, y esas distintas direcciones son las que yo voy a tratar de anudar en mi discurso, porque pienso que ha habido algunos equ¨ªvocos en torno a su figura¡±.
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