¡®Santos criminales¡¯: resucitan a ¡®Los Soprano¡¯. ?Para qu¨¦?
David Chase escribe y produce esta precuela. Le ha encargado la direcci¨®n a Alan Taylor, que firm¨® nueve episodios de la serie. La sit¨²an en la d¨¦cada de los sesenta, cuando Tony Soprano es adolescente. La historia es gris¨¢cea y aburrida
La pantalla quedaba en negro durante varios segundos. Antes hab¨ªamos visto entrar a cenar en un restaurante a Tony Soprano, a su esposa y a sus hijos. Tambi¨¦n a se?ores inquietantes que observan ligera o directamente a la familia. ?Ser¨¢n sus presuntos ejecutores o solo pasaban por all¨ª? Vete a saber lo que va a ocurrir con la familia m¨¢s hipn¨®tica que nos ha dado la mafia, junto a las que se inventaron Coppola y Scorsese. Y sospecho que fuimos incontables espectadores los que nos planteamos: ?qu¨¦ vamos a hacer con nuestro tiempo libre y nuestra fascinaci¨®n despu¨¦s de que esta serie genial haya decidido cerrar el tel¨®n? La he visto muchas veces desde su clausura. Y aunque me la sepa de memoria, su turbio encanto y su complejidad se mantienen intactas. Le ocurre lo mismo a The Wire. Al verdadero clasicismo.
Navegando por ella una y otra vez descubres cosas transparentes. Por ejemplo, que gana bastante cuando se incorporan a sus guiones y a dirigir algunos episodios dos tipos llamados Matthew Weiner y Terence Winter, futuros creadores de las espl¨¦ndidas Mad Men y Boardwalk Empire. Tambi¨¦n que, de vez en cuando, aparecen sue?os en Los Soprano, algunos excesivamente largos, in¨²tilmente surrealistas, pesaditos, prescindibles y que siempre vienen firmados por David Chase, el inventor, el alma, el showrunner de Los Soprano, el se?or que previ¨® el enorme juego que pod¨ªa dar la depresi¨®n de un jefe de la mafia cuando los patos que visitan su piscina deciden emigrar de all¨ª. Nadie es perfecto. Y todos tenemos nuestros personajes favoritos en una serie sobre gente muy malvada, a la que en determinados momentos puedes comprender e incluso caerte bien. Y nuestros episodios favoritos. Los m¨ªos son el de Christopher y Paulie perdidos en un bosque helador donde han ido a enterrar a un sicario de la mafia rusa. Y el de Tony compaginando un viaje con su hija para encontrarle universidad con el asesinato de un antiguo colega que les traicion¨® a?os atr¨¢s y que vive como testigo protegido. Hay mil cosas m¨¢s que adoro en esta serie. Algunas que pueden parecer fr¨ªvolas, pero que me fascinan, como el cruce de piernas de la reflexiva y asustada, aunque tambi¨¦n cautivada doctora Melfi, o que la banda sonora est¨¦ impregnada frecuentemente con canciones de mi amado Van Morrison. Y, c¨®mo no, una de las interpretaciones m¨¢s grandiosas que he visto nunca, ese James Gandolfini en permanente estado de gracia, muerto a los 51 a?os, inmortal en la memoria de los espectadores.
Y, l¨®gicamente, me invadi¨® tanta expectaci¨®n como miedo al enterarme de que iban a resucitar en formato de cine a esta inolvidable familia. Se tratar¨ªa de una precuela (el t¨¦rmino siempre me mosquea, solo huele a negocio) de la serie. Se titula Santos criminales. La escribe y la produce David Chase. Y le ha encargado la direcci¨®n a Alan Taylor, que firm¨® nueve episodios de la serie. La sit¨²an en la d¨¦cada de los sesenta, cuando Tony Soprano es ni?o y adolescente, cuando el gansterismo de los negros quiere plantarle cara a la mafia blanca, durante las revueltas de Newark. Aparecen los padres y las hermanas de Tony, pero el aut¨¦ntico protagonista es su t¨ªo Dickie Moltisanti, el padre de Christopher, aquel desaparecido se?or del que hablaba reverencialmente Tony en la serie. Y no es tan maligno como lo que vendr¨¢ despu¨¦s. Intenta dotar de cierta cordura y humanidad a su delictiva empresa. No le sobra el encanto. La pel¨ªcula no posee ninguno. Sus dos horas de metraje se me hacen eternas. La historia es tan gris¨¢cea y aburrida como la fotograf¨ªa que la ilumina. Te desinteresas de los personajes y de lo que les ocurre. La mayor¨ªa de ellos no son cre¨ªbles, carecen de fuerza, parecen una mala caricatura de aquellos que vimos en la serie. Todo es un anodino desastre.
Y te preguntas las razones de que hayan profanado de forma tan est¨²pida y olvidable un universo que permanece en la retina, en el o¨ªdo y en la memoria de tantos espectadores con paladar. Imagino que, como casi siempre, habr¨¢ sido una cuesti¨®n de dinero. Que David Chase pensar¨ªa que se iba a forrar resucitando en el cine un mundo y unos personajes que hab¨ªan triunfado en la televisi¨®n. Sospecho que sus expectativas financieras no se van a cumplir. Y las art¨ªsticas son lamentables.
Santos criminales
Dirección: Alan Taylor.
Intérpretes: Michael Gandolfini, Alessandro Nivola, Corey Stoll, Ray Liotta, Vera Farmiga, Michael Imperioli.
Género: thriller. EE UU, 2021.
Duración: 120 minutos.
Babelia
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