El minuto y medio que cambi¨® la historia de la televisi¨®n
Los t¨ªtulos de cr¨¦dito de 'Los Soprano' anunciaron una nueva era en la televisi¨®n
Antes de los dragones de Juego de tronos y de los pistoleros derrotados de Deadwood, antes de la familia de enterradores de A dos metros bajo tierra y McNulty y toda la panda de los suburbios de Baltimore de The Wire, un tipo cruz¨® el t¨²nel Lincoln entre Manhattan y Nueva Jersey, con un puro en la mano y m¨²sica de Alabama 3, y cambi¨® la historia de la televisi¨®n. El minuto cuarenta y cinco segundos que duran los t¨ªtulos de cr¨¦dito de Los Soprano dej¨® claro que empezaba una nueva era en la televisi¨®n. HBO emiti¨® el primer episodio de esta serie de mafiosos de medio pelo el 10 de enero de 1999 y desde entonces nada fue igual.
"Te levantaste esta ma?ana. / Ten¨ªas una pistola. / Mam¨¢ siempre hab¨ªa dicho / que t¨² eras el elegido. / Dijo: eres uno entre un mill¨®n. / Tienes que arder para brillar. / Pero naciste bajo un mal signo, / con una mala suerte extraordinaria. / Te levantaste esta ma?ana. / Todo el amor se hab¨ªa ido. / Tu pap¨¢ nunca te dijo / nada sobre el bien y el mal". As¨ª suena en castellano la letra de Woke up this morning, del grupo del barrio londinense de Brixton Alabama 3 que acompa?a a Tony Soprano en los primeros compases de la serie. Y all¨ª est¨¢ todo.
En su camino hacia casa, Tony Soprano atraviesa zonas industriales desangeladas, f¨¢bricas cerradas y dep¨®sitos de gas, puentes, cementerios, barrios de clase media, centros urbanos en decadencia hasta llegar a su mansi¨®n en los bosques de Nueva Jersey. As¨ª arrancaban los 86 episodios de esta serie de David Chase, unos t¨ªtulos que resultaba imposible saltarse porque son magn¨¦ticos. Ofrec¨ªan cada vez nuevos detalles y perspectivas y serv¨ªan para enmarcar lo que vendr¨ªa despu¨¦s: la mafia convertida en un drama familiar, la violencia mezclada con el relato de una sociedad en crisis, la sordidez de los bares de striptease con las desangeladas calles de Jersey City.
Resulta impresionante ahora ver las Torres Gemelas en los cr¨¦ditos de las tres primeras temporadas, pero desaparecieron en la cuarta, que se estren¨® en septiembre de 2002, un a?o despu¨¦s de los atentados de Al Qaeda contra Washington y Nueva York. Es un signo m¨¢s de hasta qu¨¦ punto el relato de aquella familia estaba pegado a la misma historia de Estados Unidos. Los Soprano, como ocurre con Friends, fue acompa?ando a la sociedad estadounidense. En cierta medida, es el reverso tenebroso del luminoso y un poco ingenuo relato de la vida de seis amigos en Manhattan.
David Chase, que antes hab¨ªa sido productor y guionista de Doctor en Alaska, se pase¨® por varias cadenas con su historia de un mafioso que sufre ataques de p¨¢nico, que tiene que enfrentarse a los problemas de su profesi¨®n ¡ªlas cosas de g¨¢nsters¡ª y, a la vez, a su familia (sobre todo a una madre tremenda). El primer episodio alcanz¨® tres millones y medio de espectadores y poco a poco fue aumentado hasta llegar a los 20 y convertirse en una serie de culto. Son cifras muy lejanas de las de Juego de tronos, pero que reflejan la revoluci¨®n que se avecinaba: la televisi¨®n de pago, la posibilidad de que cualquier tema se convirtiese en el guion de una serie. Todo eso empez¨® con un tipo viajando en coche desde Manhattan a Nueva Jersey con un puro en la mano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.