Muere en Miami el periodista, poeta y disidente cubano Ra¨²l Rivero
El escritor fue uno de los 75 opositores encarcelados en la primavera de 2003 y acab¨® en el exilio en Espa?a
El periodista, poeta y disidente cubano Ra¨²l Rivero muri¨® este s¨¢bado en la ciudad de Miami a los 75 a?os de edad a causa de una enfermedad cardiorrespiratoria. Rivero fue uno de los 75 opositores encarcelados en la primavera de 2003 y condenado a 20 a?os de prisi¨®n por ¡°conspirar con una potencia extranjera¡±, durante unos juicios que tuvieron gran repercusi¨®n internacional y fueron criticados por intelectuales de todo el mundo. El escritor cubano, que hasta su rompimiento con el Gobierno, a inicios de los a?os noventa, era parte de la cultura oficial, fue excarcelado por motivos de salud en noviembre de 2004. Seis meses despu¨¦s se exili¨® en Espa?a, donde obtuvo la nacionalidad espa?ola y sigui¨® escribiendo, cada vez m¨¢s comprometido con su activismo opositor.
La trayectoria de Ra¨²l Rivero, ¡®el Gordo¡¯ para sus amigos, es la de muchos intelectuales cubanos que, habiendo defendido en un inicio el proceso revolucionario, se convirti¨® en uno de sus grandes detractores. Nacido en el pueblo camag¨¹eyano de Mor¨®n en 1945, poco despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n de 1959, se alist¨® con 15 a?os a un batall¨®n de milicianos y march¨® a combatir a las monta?as del Escambray contra los alzados anticastristas. A?os m¨¢s tarde se gradu¨® en periodismo en la Universidad de La Habana.
Durante tres d¨¦cadas colabor¨® con los principales diarios y publicaciones de la isla. En los a?os setenta fue corresponsal en Mosc¨² de la agencia oficial de noticias Prensa Latina y despu¨¦s trabaj¨® en la Uni¨®n Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) como secretario de Relaciones P¨²blicas y asesor de su presidente, el poeta Nicol¨¢s Guill¨¦n. Ra¨²l Rivero form¨® parte del grupo de j¨®venes cubanos que en 1966 convirti¨® el reci¨¦n nacido El Caim¨¢n Barbudo ¨Cpublicaci¨®n entonces dirigida por Jes¨²s D¨ªaz¨C en una atalaya desde donde provocar y difundir la poes¨ªa conversacionalista, coloquial y en cierto modo antipo¨¦tica que proclamaban.
El poeta C¨¦sar L¨®pez, premio Nacional de Literatura en 1999, fallecido el a?o pasado, lo recordaba en una entrevista a EL PA?S, realizada aquel a?o de 2003, como ¡°uno de los m¨¢s j¨®venes destacados, por ser tambi¨¦n de los m¨¢s brillantes, agudos y mejor entonados de la partida¡±. ¡°Era tambi¨¦n de los m¨¢s comprometidos, con su dicci¨®n punzante, erguido discurso y un sentido cuban¨ªsimo y r¨ªtmico del humor¡±, se?alaba L¨®pez.
El talento, y tambi¨¦n la militancia de Rivero, se tradujo en aquella ¨¦poca en reconocimientos. Por Papel de hombre, en 1969, recibi¨® el David de Poes¨ªa, el premio m¨¢s importante que se otorgaba en Cuba a un joven poeta. Tres a?os m¨¢s tarde, la UNEAC lo galardon¨® con el Premio Juli¨¢n del Casal por Poes¨ªa sobre la tierra.
En un pr¨®logo para una antolog¨ªa de su poes¨ªa, en 1989, el escritor y cr¨ªtico de arte Jos¨¦ Prats Sariol, lo consideraba como ¡°uno de los mayores talentos po¨¦ticos entre los latinoamericanos nacidos de 1940 a 1958¡å. Seg¨²n Sariol, en Rivero el coloquialismo, como forma predominante de hacer poes¨ªa en los autores de habla hispana a finales de los a?os sesenta, ten¨ªa una se?a de identidad que lo distingu¨ªa: ¡°Soltura, fuerza, desenfado vivencial y verbal¡±.
¡°La poes¨ªa no debe hablar de m¨ª / sino conmigo de las cosas que pasan¡±, dec¨ªa Rivero en uno de sus poemas. Rivero explicaba entonces as¨ª a Sariol la interrelaci¨®n entre ambos oficios: ¡°Una relaci¨®n visceral: la experiencia del poeta en los reportajes, en las entrevistas, por los viajes, las gentes... Y en algunas zonas expresivas la marca de la agencia de noticias en el estilo seco, entrecortado, conciso. Un af¨¢n de decirlo todo en pocas palabras, que est¨¢ presente siempre, antes y despu¨¦s, porque la poes¨ªa y el periodismo son s¨ªntesis¡±.
Durante muchos a?os, Rivero defendi¨® el compromiso pol¨ªtico en la poes¨ªa y lo ejerci¨®. En 1982, poemas como Panfleto y La canci¨®n del Ej¨¦rcito Rebelde le sirvieron para ganar el Concurso 26 de Julio del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Pero la ruptura lleg¨®. Y fue violenta. En 1991, Rivero junto a otros nueve intelectuales cubanos firm¨® la llamada Carta de los 10, documento dirigido a las autoridades en el que reclamaban reformas y espacio para disentir. A partir de entonces, la pol¨ªtica arrincon¨® al escritor y a su obra.
En 1995 Rivero fund¨® la agencia de noticias disidente Cuba Press y con ella llegaron los versos de descarnada denuncia. En Tedio del vasallo, dijo: ¡°Los tiranos intensos / son los breves / los fugaces. / ?sos s¨ª son tiranos interesantes / fundadores de la inquietud. / No as¨ª estos tipos eternos y aburridos / toda la vida en el poder / tanto tiempo que uno termina por quererlos / que uno termina muerto por amor a ellos. / Que / Que uno / Que uno termina / Que uno termina muerto¡±.
Al decir de C¨¦sar L¨®pez, pese al lastre de los compromisos excesivos, en ambos extremos del p¨¦ndulo ¡°la poes¨ªa siempre habit¨® su obra, y eso lo salv¨®¡±. Para el tambi¨¦n premio Nacional de Literatura Ant¨®n Arrufat, Ra¨²l Rivero figuraba ¡°entre esos buenos, no grandes, poetas que forman la continuidad de una literatura¡±. En 2003, tras su encarcelaci¨®n, Arrufat explicaba a este diario que Rivero ten¨ªa ¡°una voz reconocible, un modo personal de hacer el poema, un tono de iron¨ªa o de sarcasmo sobre el s¨ª mismo del poeta y sobre su entorno social, unido al ejercicio continuo del humor y a la captaci¨®n de lo grotesco en lo real, que sumados constituyen su contribuci¨®n creadora a la poes¨ªa de nuestro pa¨ªs¡±.
De este realismo, de esta ¡°sinceridad como valor literario¡± quisieron huir muchos j¨®venes poetas posteriores a Rivero, como Reina Mar¨ªa Rodr¨ªguez. ¡°No le perdonaba al coloquialismo el aborto de la met¨¢fora y de otras jerarqu¨ªas de los niveles de conciencia que quedaban excluidos. Pero tampoco soportaba el complejo de culpa por no estar en el presente y participar de esa realidad inmediata que RR nombra sin prejuicios desde Panfleto. A?oraba una poes¨ªa civil, cr¨ªtica¡±, dijo la poetisa entonces. Y agregaba: ¡°Le tem¨ªa a la voz mordaz de RR, a su iron¨ªa, a la fibra ¨®sea de sus epigramas. Hab¨ªa algo maldito que subyac¨ªa en sus compromisos afirmativos o negativos con la realidad. Pero la fuerza de su poes¨ªa est¨¢, precisamente, en la daga que atraviesa o corta transversal las paradojas: belleza-fealdad; realidad-irrealidad; claro-oscuro; pasado y presente¡±.
La obra de Rivero incluye una docena de libros de poes¨ªa y varios de cr¨®nicas period¨ªsticas. Sus poemarios Firmado en La Habana (1996), Estudios de la naturaleza (1997), la antolog¨ªa Herej¨ªas elegidas (1998) y Puente de guitarra (2002) se editaron fuera de la isla antes de ser encarcelado. Ya en el exilio, aparecieron Sin pan y sin palabras, el volumen de poes¨ªa Recuerdos olvidados o Vidas y oficios: Poemas desde la c¨¢rcel. Tambi¨¦n se public¨® Herej¨ªas, la antolog¨ªa recopilada por Prats Sariol en 1989 y que nunca vio la luz en Cuba, pero no por problemas pol¨ªticos, sino porque se acab¨® el papel con la llegada del Periodo Especial. ¡°La mierda es mierda aunque la cague una princesa¡±. Con este lema, sarc¨¢stico y directo como su estilo literario, el poeta y periodista Ra¨²l Rivero termin¨® el cuestionario que le hizo entonces Prats Sariol. Ese era Rivero en estado puro.
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