La Polic¨ªa recupera una espada ¨ªbera expoliada que se vend¨ªa en internet
La falcata posee gran valor porque, al contrario de lo que era habitual, no fue doblada o da?ada para impedir su uso tras la muerte del guerrero que la pose¨ªa
Era la gran arma de los guerreros ¨ªberos, la falcata, la que causaba el horror entre las legiones romanas, que se vieron obligadas a reforzar con hierro el borde de sus escudos para contrarrestar la potencia de su corte curvo. Ahora, la Polic¨ªa Nacional ha recuperado una, fechada entre los siglos III y II a. C., que se mostraba a la venta en las redes sociales y que proced¨ªa del expolio de un yacimiento en Andaluc¨ªa, posiblemente en Ja¨¦n. Esta espada prerromana incautada posee otra caracter¨ªstica que la convierte en especial: no est¨¢ amortizada (doblada e inutilizada, en argot arqueol¨®gico), sino que mantiene su hoja tal y como sali¨® de la forja del herrero hace m¨¢s de 2.300 a?os. Eran tan apreciadas y valoradas, que el soldado al morir era inhumado junto a ella, amortizada para que nadie m¨¢s pudiese usarla. Ambos quedaban unidos en el m¨¢s all¨¢.
El ritual funerario ib¨¦rico consist¨ªa, a grandes rasgos, en la incineraci¨®n del cad¨¢ver sobre una pira y la colocaci¨®n de las cenizas del fallecido en una urna junto a su ajuar, que en el caso de los guerreros o personajes destacados, inclu¨ªa su armamento: lanzas, pu?ales o falcatas. Estas tan apreciadas piezas eran fabricadas en hierro, pero antes de ser entregadas a su propietario el metal de su hoja ¨Ddividido en tres planchas¨D se enterraba bajo el suelo entre dos y tres a?os, de tal manera que se generaba un proceso de oxidaci¨®n que eliminaba las partes m¨¢s d¨¦biles. Posteriormente, se un¨ªan las tres planchas depuradas y a la central se le a?ad¨ªa la empu?adura.
Pose¨ªan una forma curva y asim¨¦trica para distribuir mejor el peso y concentrar sobre su filo la fuerza del movimiento. Adem¨¢s, sol¨ªan acanalarse para aligerarlas, aunque las incisiones se rellenaban con hilos de plata. Las empu?adoras contaban con pomos que representaban animales como caballos, aves o grifos, y sus cachas se cubr¨ªan de hueso o marfil.
La Polic¨ªa Nacional, seg¨²n una nota hecha p¨²blica este mi¨¦rcoles, sostiene que la pieza incautada procede de un expolio, aunque no indica el lugar. La extracci¨®n ilegal de un objeto de este tipo resta un enorme valor cient¨ªfico al hallazgo, ya que lo descontextualiza e impide conocer si procede de una tumba o de un dep¨®sito de armas.
¡°Adem¨¢s¡±, sostienen los agentes, ¡°el hecho de que la pieza no haya sido amortizada tras la muerte del soldado, generalmente doblando la hoja a golpes, aumenta significativamente su valor, ya que resulta dif¨ªcil encontrarlas en dicho estado¡±. Fuentes arqueol¨®gicas recuerdan, sin embargo, que el hallazgo de una falcata no amortizada, si bien es infrecuente, no resulta excepcional, como demuestran las existentes en diversos museos espa?oles, entre las que destaca la de doble filo de Almedinilla (C¨®rdoba), que se expone en el Museo Arqueol¨®gico Nacional.
La investigaci¨®n policial se inici¨® cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una publicaci¨®n en las redes sociales ¡°en la que un usuario llevaba a cabo una consulta en relaci¨®n a una falcata ¨ªbera, con empu?adura de cabeza de ave¡± que estaba en su poder.
Tras varias gestiones policiales ¨Dy con el objetivo de confirmar la existencia de la pieza arqueol¨®gica, determinar su ubicaci¨®n y recuperarla¨D los investigadores consiguieron identificar a la persona que estaba ofreci¨¦ndola para su venta: un ciudadano espa?ol con residencia en una localidad de la provincia de Ja¨¦n. El territorio ¨ªbero se extend¨ªa en la Antig¨¹edad por las costas mediterr¨¢neas, desde el sureste de Francia al oriente de la actual Andaluc¨ªa.
La investigaci¨®n policial, no obstante, no qued¨® solo en la recuperaci¨®n de la espada, sino que los agentes comprobaron que el investigado ten¨ªa en su poder otras 202 piezas arqueol¨®gicas que tambi¨¦n fueron recuperadas. Aunque la Polic¨ªa no ha ofrecido m¨¢s datos, las fotograf¨ªas que ha hecho p¨²blicas muestran puntas de lanza, flechas, f¨ªbulas, monedas o hebillas. Los expertos consultados por este peri¨®dico no se aventuran a valorar la incautaci¨®n. ¡°Hasta que llegue al museo no podemos adelantar nada. Pero es un aut¨¦ntico desastre. Todo fuera de su lugar. Qu¨¦ batiburrillo y qu¨¦ expolio¡±, se lamentan.
Babelia
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