¡®Inhumanos¡¯ de Philippe Claudel: un libro inhumano
El escritor franc¨¦s firma 25 relatos feroces sobre el absurdo de las sociedades occidentales y las distop¨ªas que podr¨ªan acabar en realidad
La literatura parte el mundo en dos y esa es su fuerza. Est¨¢n quienes piensan que, con Inhumanos, Philippe Claudel (Nancy, 59 a?os) firma un libro magistral. Otros creen que se le ha ido la olla. Quienes volaron con el poder de evocaci¨®n y la intensidad de met¨¢fora de un libro como Aromas se ven ahora sorprendidos ¨Dquiz¨¢ ser¨ªa mejor decir acorralados¨D por un artefacto seco, bestia, valiente y ampliamente discutible como Inhumanos. Dos libros de historias cortas escritos por el autor franc¨¦s hace cosa de 10 a?os, casi seguidos. La diferencia es que el primero sali¨® en Espa?a, editado por su sello habitual, Salamandra, en 2012, poco despu¨¦s de hacerlo en Francia¡ y que el segundo acaba de hacerlo, cuatro a?os despu¨¦s del lanzamiento franc¨¦s¡ pero en otro sello, Bunkerbooks.
Seg¨²n el autor, su editor espa?ol ha tenido miedo de Inhumanos, donde lo mismo un hombre pone en venta a su esposa en Internet que otro le regala a la suya por Navidad tres se?ores (¡±uno para cada orificio, muy gracioso¡±), unos amigos de una empresa y sus mujeres practican sexo en grupo mientras los ni?os juegan en el piso de arriba y un grupo de veraneantes fletan un yate para contemplar c¨®mo los inmigrantes de varias pateras se ahogan en el mar. Algo de miedo, desde luego, da Inhumanos. Lo provoca en el lector, y uno puede llegar a entender que tambi¨¦n lo provocara en su momento en el editor espa?ol, aunque ahora ya se ver¨¢ si Claudel decide seguir si¨¦ndole fiel despu¨¦s del desplante, o cambia de rumbo. El secretario general de la prestigiosa Academia Goncourt, adem¨¢s de dramaturgo y cineasta, dice que escribi¨® este libro porque en su opini¨®n el mundo ha perdido todos los referentes morales y de autoridad, todo va demasiado deprisa y ¨¦l ya no entiende nada. La conclusi¨®n es transparente: Philippe Claudel ha escrito un libro a la vez transgresor y reaccionario. Reaccionario en el sentido literal del t¨¦rmino, reacci¨®n contra lo que no se entiende... o se entiende demasiado bien.
La siguiente disertaci¨®n acerca de la t¨¦cnica y la forma en que un escritor afronta el hecho literario seg¨²n su estado de ¨¢nimo y los temas que le sobrevuelan da una idea sobre la capacidad de plasmar el mundo en libros tan planetariamente opuestos. Pero tambi¨¦n sobre sus paralelismos. Sentado el pasado mi¨¦rcoles delante de un caf¨¦ en el centro de Madrid, el narrador, cineasta y dramaturgo se lanza: ¡°Cuando empiezo una historia, es la atm¨®sfera la que me acaba llevando a la escritura. En Aromas me dije: ¡®Ya que desde ni?o he sido bastante sensible a los olores, voy a elaborar una lista con todos los que he conocido desde la infancia¡¯. Reun¨ª como 130 y acab¨¦ reteniendo 63 para el libro. Me propuse escribir sobre cada aroma un texto muy corto, pero sobre el primero ya me encontr¨¦ con 40 folios. Me dije: ¡®No puede ser, tengo que dejarlo en dos o tres p¨¢ginas para cada entrada¡¯. Con Inhumanos se repiti¨® lo mismo: escrib¨ª la primera historia y me salieron 40 folios. La tir¨¦ a la basura y me dije: ¡®Hala, dos o tres folios m¨¢ximo¡¯. Lo tengo claro, menos es m¨¢s. La diferencia entre los dos libros est¨¢ precisamente en la escritura. En Inhumanos, como precisamente trabajaba sobre un material inhumano, me dije: ¡®Pues la escritura tambi¨¦n tiene que serlo. Nada de im¨¢genes, nada de met¨¢foras, un lenguaje seco, casi como si fuera una m¨¢quina la que escrib¨ªa el texto, un robot¡±.
Siempre creemos haber llegado al tope de lo peor, pero no, siempre podemos mejorar. ?En lo peor somos realmente buenos!
En cuanto a las salvajadas que cimentan las tramas de estos 25 relatos cortos, Claudel remite al contexto temible en el que seg¨²n ¨¦l se mueven las sociedades occidentales de hoy. Y a su absoluto desconcierto personal. ¡°En realidad escrib¨ª este libro porque me sent¨ªa perdido¡±, admite. ¡°Vengo de un mundo que era bastante sencillo de descodificar. No digo que fuera mejor, digo que era bastante sencillo de descodificar. Hoy se desmoronan muchas certidumbres. La tecnolog¨ªa, la medicina y la biolog¨ªa producen cosas fabulosas, pero lo hacen de una forma demasiado r¨¢pida para el nivel de aceptaci¨®n humana, y eso trae a veces un gran malestar metaf¨ªsico. Y luego est¨¢ la cuesti¨®n de la verdad, y la aparici¨®n de esas expresiones formidables que son las verdades alternativas, a menudo impulsadas por el discurso pol¨ªtico, como ya vimos con Trump, aunque no es el ¨²nico. Para m¨ª, por ejemplo, pretender que el sexo no es una cuesti¨®n biol¨®gica sino una mera invenci¨®n de la sociedad o que los conceptos de macho y hembra ya no existen¡ me parecen verdades alternativas. Al final, si yo me bajo el pantal¨®n veo que soy un hombre, y una mujer lo mismo¡±.
Hay una autocensura terrible. Cada d¨ªa hay m¨¢s asuntos de los que no nos atrevemos a hablar
Un peque?o muestrario de frases que sirven de arranque a algunos cap¨ªtulos del libro: ¡°Mi esposa muri¨® hace unos d¨ªas. Sin avisar. La ingrata. Enseguida la reemplac¨¦¡±. ¡°Los viejos son un problema. D¨®nde los metemos¡±. ¡°Desde hace relativamente poco tiempo los pobres han sido recluidos. Es mucho mejor¡±. ¡°Me gustas sin vello o con ¨¦l porque te quiero. Qu¨¦ bonito lo que dices. Deber¨ªas escribir poemas¡±. Todo es atroz en este libro de un escritor que, asegura, escribe para cambiar las cosas. Porque el ser humano es malo, b¨¢sicamente, sostiene Claudel. ¡°Siempre creemos haber llegado al tope de lo peor¡ ?pero no! Siempre podemos mejorar. En lo peor somos realmente buenos. Yo creo que la gran diferencia con el pasado es que antes exist¨ªan barreras, cerrojos que lograban mantener la puerta cerrada. Sobre todo, la religi¨®n, que ten¨ªa un peso incre¨ªble en nuestro mundo occidental. Tambi¨¦n el maestro de escuela y la familia. Pero matamos a Dios, el respeto al maestro ya no existe, en Francia incluso se le asesina. Y la familia tradicional ha explotado. Hemos perdido los referentes, hemos asesinado a los s¨ªmbolos de autoridad y cada vez estamos m¨¢s abandonados a nosotros mismos¡±.
Semejantes temas y semejante tono desembocaron en un cambio de editor para la versi¨®n espa?ola de Inhumanos, que, por cierto, en Francia se titul¨® Inhumanas. ¡°Yo creo que Salamandra, que es mi editor habitual en Espa?a, ha tenido miedo de este libro¡±, avanza el escritor. ¡°Se han preguntado: ¡®?Madre m¨ªa, ?qu¨¦ es esto?!¡¯. Y es porque cada d¨ªa hay m¨¢s asuntos de los que no nos atrevemos a hablar, asfixiados en una correcci¨®n pol¨ªtica que anestesia cualquier debate de ideas¡±. Y va m¨¢s all¨¢: ¡°Hace un tiempo, todos los temas pod¨ªan ser objeto de risa y de iron¨ªa, hoy ya no. Hoy existe una forma de autocensura terrible. Cada vez hay m¨¢s temas de los que no se puede hacer humor. Cada vez hay m¨¢s humoristas obligados a pedir disculpas¡±. Por su parte, la editora habitual de Claudel en Espa?a, Sigrid Kraus, de Salamandra, puntualiza: ¡°Miedo no, fue m¨¢s bien que ve¨ªamos este libro como algo minoritario que no podr¨ªa proporcionarnos un volumen de ventas adecuado¡±.
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