Antonio de la Torre: ¡°Un actor tiene que estar vivido¡±
El int¨¦rprete, que prepara un montaje con Manuel Mart¨ªn Cuenca y un especial para Nochevieja, reflexiona sobre la seguridad que ha ido ganando con el paso de los a?os
Como en cualquiera de los papeles que interpreta, Antonio de la Torre (M¨¢laga, 53 a?os) expresa con los ojos en esta entrevista la energ¨ªa que, por ejemplo, exhibe en El Reino, un rostro inolvidable de la ficci¨®n contempor¨¢nea. Como si en su cara hubiera estupor, crueldad, y, en persona, se hallara su modo de decir ¡°aqu¨ª estoy, y estoy contigo¡±. Y est¨¢ esa urgencia que parece moverlo hasta cuando est¨¢ quieto.
Pregunta. ?El oficio le ha dado seguridad para ir deprisa?
Respuesta. La madurez me ha dado seguridad para ir deprisa. Le¨ª en una entrevista algo que dec¨ªa P¨¦rez-Reverte. Antes llevaba esto con mucho agobio e inseguridad, dec¨ªa, y a?ad¨ªa que iba muy deprisa a muchos sitios en la ¨¦poca en que era corresponsal de guerra y escrib¨ªa libros. Iba ocup¨¢ndose de cada cosa en cada momento. Uno de estos d¨ªas tuve un ensayo con Manuel Mart¨ªn Cuenca para una funci¨®n. Adem¨¢s, una grabaci¨®n de Nochevieja para TVE, la participaci¨®n en un documental sobre Carlos Boyero, un v¨ªdeo para Pepe Sacrist¨¢n, un coloquio de la Academia de Cine sobre los quince a?os de Azuloscurocasinegro, y a¨²n tuve tiempo para cenar con mi amigo, su director Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo¡ Y tuve ese pensamiento que est¨¢ en tu pregunta. ¡°En otro momento de mi vida no hubiera podido con esto¡±.
P. Ese d¨ªa que hizo tantas cosas ?a qui¨¦nes dijo que no?
R. A nadie. Se fueron colocando las cosas.
P. En un artista con su popularidad no decir no dice mucho de usted¡
R. No me quiero poner a psicoanalizarme, pero una de mis grandes carencias es no poder decir no¡ Saber hacerlo es aceptar tus l¨ªmites, y he aprendido a hacerlo. En este bar, por cierto, nos han dicho no a nuestro deseo de bajar la m¨²sica para poder hablar mejor¡ La vida est¨¢ llena de no. Lo acepto.
P. ?C¨®mo ha podido juntar a la persona y al actor?
R. Est¨¢n siempre. Hay que asumir con naturalidad el oficio. Es una forma de vida, como el del funcionario, el del polic¨ªa, el del periodista¡
P. Pudo caer en el de periodista¡
R. Viv¨ªa en Sevilla, fui periodista en Canal Sur¡ Soy actor. Hay mucho mito, que si Bela Lugosi dorm¨ªa en ata¨²des para ser Dr¨¢cula¡ Cuando hice Gordos estuve d¨ªas y d¨ªas engordando. Me implicaba: eso no significa que est¨¦s con el personaje¡ Ah, volviendo a lo del no. Para este s¨¢bado me pidieron que entregara un premio. No puedo, he de cuidar a mis hijos¡ Y en cuanto a actor... Hice de Pepe Mujica en La noche de doce a?os¡ ?Cu¨¢ntas veces tengo que ver a Mujica para hacer de ¨¦l? Infinitas. ?Me hicieron mucha entrevista como experto en aislamiento porque hab¨ªa hecho de Mujica que estuvo 12 a?os en la c¨¢rcel y por haber hecho La trinchera infinita! ?Cuando termin¨¢bamos ese rodaje me iba a una casa de puta madre que me hab¨ªa alquilado producci¨®n!
P. ?Imagina un d¨ªa haciendo de s¨ª mismo?
R. No me lo he planteado. Jos¨¦ Mota me dijo que ten¨ªa una gran imitaci¨®n, porque soy muy lagartijilla, tengo una idea y la dejo. Tiendo m¨¢s a observar la vida que a mi mismo. Pero hay que hacerlo. No soy muy consciente de tener unos rasgos definidos. En cualquier caso, cuando interpreto un papel hay mucho de Antonio de la Torre¡ Lo hablamos en un debate con Rodrigo Sorogoyen. Sostiene que en El Reino soy yo. ?Es el director de la peli, algo sabr¨¢! Estoy haciendo de pol¨ªtico, pero hay muchas cosas m¨ªas¡ Al personaje le das cosas tuyas, que al fin y al cabo es lo ¨²nico que le puedes dar.
P. Hay algo que los personajes no le han robado, la mirada¡
R. Puede ser. Gracias. Todo ser humano tiene eso. Te agradezco que veas en m¨ª una mirada viva a mis 40 y 13, que dir¨ªa Sabina; es se?al de que he vivido. Casi todas las cosas que un ser humano pueda vivir, tambi¨¦n las oscuras, las he vivido. Un actor tiene que estar vivido. Es mi teor¨ªa, o mis principios, pero como Groucho los puedo cambiar. Si no has amado no puedes hacer un personaje enamorado. Esto es lo que pienso, pero puedo equivocarme.
P. Eso se le ve en la mirada¡
R. Y la mirada no enga?a, como el algod¨®n.
Babelia
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