?Es la hora del toreo! Alucinante desaf¨ªo de un taurino d¨ªscolo a una Junta de Andaluc¨ªa acobardada

Ni el mejor guionista de sainetes hubiera podido imaginar la sucesi¨®n de acontecimientos grotescos y rid¨ªculos que se han producido en el inicio frustrado de la temporada taurina en Sevilla. Habr¨ªa que ser muy retorcido y agorero para vaticinar que la situaci¨®n podr¨ªa llegar a los extremos alcanzados entre el estupor, la sorpresa, la confusi¨®n e indefensi¨®n de los aficionados.

No habr¨¢ Feria de Abril en La Maestranza de Sevilla ni toros este domingo, fecha prevista para abrir las puertas de la plaza tras un a?o de cierre total.

El mundo taurino al completo ten¨ªa los ojos puestos junto al Guadalquivir, convencido de que el pase¨ªllo sobre el amarillo albero era la se?al inequ¨ªvoca de que la tauromaquia estaba viva a pesar de todos los grav¨ªsimos achaques padecidos a causa de la pandemia.

Pero no ha podido ser; una vez m¨¢s, la decepci¨®n hace acto de presencia y la fiesta de los toros recibe un duro golpe en su ya maltrecha y a¨²n enfermiza situaci¨®n actual.

?Qu¨¦ ha pasado? ?Qui¨¦n o qui¨¦nes son los responsables de que los aficionados no se vean las caras hoy domingo en los tendidos sevillanos? He aqu¨ª los protagonistas: un empresario d¨ªscolo que ha presentado un alucinante desaf¨ªo a una Junta de Andaluc¨ªa antitaurina y atenazada por el miedo y la cobard¨ªa.

El atrevimiento del empresario ha acabado en un rotundo fracaso

El pasado 14 de marzo, en este mismo blog se enviaba una efusiva felicitaci¨®n al empresario sevillano Ram¨®n Valencia por haber tenido el arrojo necesario para sacar a los toros del coma y presentarlos en sociedad.

Pero tambi¨¦n entonces se lanzaba dos preguntas cuyas respuestas a¨²n permanecen sin respuesta: "?Qu¨¦ habr¨¢ sucedido para que la empresa Pag¨¦s haya tenido el valor de desafiar al virus y a la propia Junta de Andaluc¨ªa al presentar unos carteles sin la seguridad absoluta de que se puedan celebrar? ?Ser¨¢, acaso, que el Gobierno auton¨®mico le ha ofrecido fundadas esperanzas de que le permitir¨¢ vender el 50% del aforo, que el gestor considera condici¨®n inexcusable?".

Otra vez, como es habitual en este cr¨ªptico mundo de los toros, los actores se llevar¨¢n a la tumba la verdad de lo acaecido, y ser¨¢ la fiesta, como siempre, la que padezca en sus carnes las consecuencias de las acciones de otros.

Cuando el empresario presenta el pasado 12 de marzo una feria de altura es l¨®gico pensar que cuenta con un as en la manga que le garantiza que los festejos se van a celebrar. Aquella ma?ana, hubo un detalle que no pas¨® desapercibido para nadie: estuvo presente el delegado de Gobernaci¨®n de la Junta, y m¨¢ximo responsable de los toros en Sevilla, Ricardo S¨¢nchez, amante de la notoriedad fotogr¨¢fica, y ayud¨® al empresario a descubrir el cartel del abono.

As¨ª, con el supuesto benepl¨¢cito de la autoridad, Valencia pone en marcha una vistosa campa?a publicitaria (¡°?Es la hora del toreo! Nos vemos en Sevilla¡±), vende abonos y traslada a la sociedad la confianza de que cuenta con el permiso de la Junta de Andaluc¨ªa para llevar adelante su loable prop¨®sito.

Pero, a tenor de las circunstancias, parece que no era as¨ª. Parece que la actuaci¨®n de Ram¨®n Valencia no era m¨¢s que un brindis al sol y, llegado el caso, un pulso al Gobierno andaluz con el que pretend¨ªa lavar su imagen de empresario apocado ante el aficionado y la propia Real Maestranza, molestos por su pasividad manifiesta durante 2020.

Su atrevimiento ha acabado en un rotundo fracaso y deja en entredicho qu¨¦ pretendi¨® limpiar. Por cierto, Ram¨®n Valencia no hab¨ªa alcanzado un acuerdo con Movistar TV para retransmitir los festejos, y la causa parece que reside en las altas pretensiones econ¨®micas del empresario, y la delegaci¨®n de gobernaci¨®n no hab¨ªa nombrado, como cada a?o, a los equipos presidenciales para la temporada. ?Blanco y en botella!

Pero tampoco sale victoriosa la Junta de Andaluc¨ªa.

El pasado 30 de marzo, el vicepresidente, Juan Mar¨ªn, declara que ser¨¢ dif¨ªcil que los festejos se puedan celebrar porque ese mismo d¨ªa se publicaba en el BOE la ley 2/2021 de medidas urgentes de prevenci¨®n del covid, donde se concretaba que en los espect¨¢culos p¨²blicos habr¨ªa que guardar un metro y medio de distancia entre los espectadores, con un aforo m¨¢ximo del 50%, y que, si ello no fuera posible, adoptar las medidas necesarias para prevenir el riesgo de contagio.

En parecidos t¨¦rminos se manifestaban d¨ªas despu¨¦s el propio presidente, Juan Manuel Moreno, y los consejeros de Sanidad y Presidencia.

?Por qu¨¦ la Junta ha sido tan puntillosa con los toros y generosa con otros espect¨¢culos?

Pero a medida que pasaban las horas se extend¨ªa la impresi¨®n de que los pol¨ªticos andaluces pretend¨ªan trasladar al Ejecutivo central la responsabilidad de que no hubiera toros y evitar as¨ª el pago de una probable factura electoral.

A d¨ªa de hoy, ning¨²n experto jur¨ªdico conocido ha sido capaz de aclarar el lenguaje indescifrable del art¨ªculo 2 de la citada ley, que habla del ¨¢mbito de aplicaci¨®n de la misma. Prueba de ello es que la Comunidad de Castilla-La Mancha permite un 75% del aforo de las plazas, y Extremadura, el 50%.

Pero hay m¨¢s: es un decreto de la Junta de Andaluc¨ªa de 29 de octubre de 2020 el que dictamina concretamente que en los espect¨¢culos taurinos se deber¨¢ guardar la distancia del metro y medio con un aforo m¨¢ximo del 50% en fase 2.

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Es decir, no hab¨ªa necesidad de recurrir a la muy confusa ley nacional para mantener la prohibici¨®n de que se celebren toros en Sevilla en las condiciones exigidas por el empresario: un 50% del aforo sin la distancia del metro y medio. La diferencia es sustancial: 5.000 en el supuesto empresarial y en torno a las 1.500 de acuerdo con la normativa oficial.

Y as¨ª han ido pasando los d¨ªas entre la incertidumbre y el desconcierto. El empresario, en una vertiginosa huida hacia adelante, y la Junta, temblorosa, acobardada y empe?ada en sacudirse la responsabilidad que le es propia.

Es verdad que el empresario se precipit¨® al presentar unos carteles y poner a la venta abonos y entradas sin la seguridad de que se pudieran celebrar.

Pero, por qu¨¦ tanta exigencia y severidad de la Junta con los toros, que se celebran en espacios abiertos, y tanta generosidad con otros espect¨¢culos culturales. ?Por qu¨¦?

?C¨®mo se explica, por ejemplo, que el actor y humorista Dani Rovira grabara el 14 de noviembre pasado en el teatro Soho de M¨¢laga un mon¨®logo para Netflix con el patio de butacas a rebosar como reflejan las im¨¢genes? ?C¨®mo que los teatros sevillanos Lope de Vega, Central y Maestranza, de titularidad p¨²blica, hayan continuado su programaci¨®n con el 50% del aforo y sin guardar el famoso metro y medio?

?Por qu¨¦ la Junta de Andaluc¨ªa, tan taurina ella, ha sido tan puntillosa con los espect¨¢culos taurinos, en los que ¡ªrecu¨¦rdese¡ª no se ha producido ning¨²n brote del virus, y tan permisiva con otras industrias culturales?

El complejo, otra vez el maldito complejo de los pol¨ªticos sobre la tauromaquia.

Y, encima, esa cobard¨ªa manifiesta de trasladar la responsabilidad a Madrid para eludir toda culpa; y as¨ª, la Junta ha mareado la perdiz d¨ªa tras d¨ªa, en silencio, temblorosa como un pajarillo aterido, incapaz de coger el toro por los cuernos y aceptar las consecuencias de su gesti¨®n, que es lo que se espera de un pol¨ªtico honesto.

Al final, es el abonado y el aficionado quienes pagan los platos rotos de una nefasta gesti¨®n del empresario y la Junta; m¨¢s de uno, harto de molestias, habr¨¢ jurado en arameo que ya no le toman m¨¢s el pelo.

Y todav¨ªa nos seguiremos preguntando por qu¨¦ los toros est¨¢n en crisis¡­