Augusto intent¨® borrar bajo el hormig¨®n el lugar donde fue asesinado Julio C¨¦sar
El an¨¢lisis geoqu¨ªmico confirma que el emperador cubri¨® de mortero la curia donde se produjo el magnicidio de su padre adoptivo
La mafia neoyorquina enterraba a sus deudores o delatores bajo toneladas de cemento en los pilares de los edificios, y del mismo modo el emperador Octavio Augusto (63 a. C.-14 d. C.) ocult¨® bajo el hormig¨®n la memoria del lugar donde fue asesinado Julio C¨¦sar (100-44 a. C). Augusto, tras usar la figura de su progenitor adoptivo para legitimarse en el poder, una vez asentado en ¨¦l decidi¨® borrar cualquier huella del magnicidio. Lo afirmaban los historiadores de la Antig¨¹edad (Suetonio y Di¨®n Casio), lo corrobor¨® una investigaci¨®n arqueol¨®gica del CSIC de 2012 y ahora la geoqu¨ªmica ha venido a darle el ¨²ltimo espaldarazo: Augusto cubri¨® de hormig¨®n el lugar donde fue acuchillado C¨¦sar en el 44 a. C, la Curia de Pompeyo en Roma.
El estudio Petrographical and geochemical criteria for a chronology of Roman mortars between the first century BCE and the second century CE: The Curia of Pompey the Great (Criterios petrogr¨¢ficos y geoqu¨ªmicos para una cronolog¨ªa de los morteros romanos entre el siglo I a. C. y el siglo II d. C.: La Curia de Pompeyo Magno), de Fabrizio Marra, Ersilia D¡¯Ambrosio, Mario Gaeta y Antonio Monterroso-Checa, y que se acaba de publicar en la revista Archeometry, no deja lugar a la duda: Augusto quer¨ªa tapar como fuera el lugar donde fue asesinado su padre.
La Curia de Pompeyo el Grande (106 al 48 a. C.) era un edificio casi cuadrado, de 24 por 27 metros de base, donde se reun¨ªa el Senado durante la Rep¨²blica romana. Se ubicaba junto al llamado Teatro de Pompeyo y estaba unida a ¨¦l por un p¨®rtico. El lugar lo presid¨ªa una gran estatua de Pompeyo (106-48 a. C). El conjunto monumental fue inaugurado en el a?o 55 a. C.
Sus restos a¨²n son visibles dentro de la llamada ?rea Sagrada de Largo Argentina, en Roma. Diversas investigaciones arqueol¨®gicas hispano-italianas de la ¨²ltima d¨¦cada han permitido identificar las diferentes fases constructivas, adem¨¢s de la organizaci¨®n original de la curia, desde la ¨¦poca republicana hasta la contempor¨¢nea. La primera fase de la construcci¨®n abarca entre los a?os 61 a 55 a. C. (Pompeyo), la segunda del 27 al 14 d. C. (Augusto) y la tercera el siglo V (periodo medieval). Estas tres etapas son precisamente las que han sido puestas bajo el microscopio de los investigadores del Instituto Nacional de Geof¨ªsica y Vulcanolog¨ªa de Roma, la Superintendencia Capitolina de Bienes Culturales y las universidades de La Sapienza de Roma y C¨®rdoba.
As¨ª, los expertos han determinado la composici¨®n qu¨ªmica de los cementos empleados: en la primera fase eran una mezcla de mortero puzol¨¢nico (procedentes de los t¨²neles excavados bajo la misma ciudad de Roma), mientras que en la segunda fase el cemento se extrae en lugares m¨¢s lejanos e incluye cristales de vidrio volc¨¢nico, lo que los hace f¨¢cilmente diferenciables a ojos de los especialistas. De la segunda fase, se ha hallado una estructura de hormig¨®n recubierta con una tela de ret¨ªculas que ocupa exactamente el lugar donde se encontraba la silla del ¡°princeps senatus¡±, es decir, el lugar donde fue asesinado C¨¦sar.
¡°Esta estructura forma un bloque de 6,5 metros de ancho y, al menos, dos de alto¡±, se?ala el estudio, ¡°que ocupa por completo el lugar central de la curia y se apoya en la pared trasera del edificio¡±. Augusto quiso, de hecho, como atestiguan los historiadores antiguos, ¡°cancelar para siempre el lugar del crimen y expiar la culpa del asesinato m¨¢s grave en la historia de Roma despu¨¦s de la del fundador R¨®mulo¡±, sostiene la investigaci¨®n. ¡°Cerraron enseguida el lugar donde acaeci¨® el asesinato y lo adecuaron como letrina¡±, dej¨® incluso escrito Di¨®n Casio, uno de los grandes historiadores de la antig¨¹edad.
Julio C¨¦sar fue asesinado el 15 de marzo del 44 a.C., fecha que coincide con los Idus de marzo, considerados de buena suerte por los romanos y d¨ªa que formaba parte del primer mes del calendario. En aquellos momentos, Roma estaba dividida en dos facciones: los optimates (nobles) y los populares (plebe). Los primeros buscaban aumentar el poder del Senado y salvar as¨ª a la Rep¨²blica, mientras que los segundos basaban su poder en las asambleas populares. El dictador C¨¦sar y su pol¨ªtica expansiva e imperial, por tanto, resultaba un estorbo para los optimates, que acordaron su asesinato en el Senado con el significado que conllevaba: la salvaci¨®n de la patria.
El plan consist¨ªa, se calcula hab¨ªa unos 60 senadores implicados, en interceptar a C¨¦sar en la curia, llevarle a una habitaci¨®n ¨Dla que ahora ha analizado el estudio geoqu¨ªmico¨D y entregarle un documento. Cuando empez¨® a leerlo el senador Casca le asest¨® la primera pu?alada. El resto de los conjurados se lanz¨® luego sobre el dictador, que intent¨® huir escaleras abajo, pero cay¨® exang¨¹e al suelo. Los textos antiguos se?alan que recibi¨® 23 heridas.
Antonio Monterroso-Checa, investigador de la Universidad de C¨®rdoba y uno de los autores del informe, explica la extra?a evoluci¨®n de los sentimientos de Augusto hacia su padre. ¡°As¨ª, Augusto decide, con el fin de expiar el asesinato y hacer olvidar un lugar maldito, tapiar el templo de C¨¦sar en el Foro y cubrir de hormig¨®n el sitio exacto del crimen en la curia. Ya no le interesaba pol¨ªticamente que se le relacionase con el dictador. Razones de Estado¡±.
Monterroso-Checa remarca que, por tanto, ¡°la curia pas¨® a ser, tras la muerte de C¨¦sar, un lugar de memoria obstruido, pero no olvidado, y no solo ni simplemente un lugar maldito. Es que se conserv¨® vac¨ªa, al menos durante cinco siglos, como nos demuestra la estratigraf¨ªa recuperada, muda e inm¨®vil hasta su desmantelamiento¡±. Y concluye: ¡°Los an¨¢lisis demuestran que no existe ni una sola remodelaci¨®n posterior a Augusto¡±, como ocurre con los edificios lim¨ªtrofes o contiguos, que presentan reformas durante toda la Antig¨¹edad. ¡°Fue una edificaci¨®n inm¨®vil, pero con memoria, la que atesor¨® la muerte del primer divus de Roma¡±. La geoqu¨ªmica lo confirma dos milenios despu¨¦s.
Babelia
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