Los 40 campamentos que permitieron a Augusto dominar el norte de Hispania
Los arque¨®logos confirman que el emperador copi¨® la estrategia que Julio C¨¦sar emple¨® para vencer a los galos en Alesia: rodearlos de legiones
Hab¨ªan pasado casi dos siglos desde que los primeros soldados de Roma desembarcaran en Hispania y, sin embargo, las tribus c¨¢ntabras y astures segu¨ªan resisti¨¦ndose a su conquista. As¨ª que Augusto decidi¨® acumular soldados para aplastarlas definitivamente. Seg¨²n el estudio Castrametaci¨®n romana en la Meseta Norte Hispana: nuevas evidencias de recintos militares, el emperador dispuso de las legiones I Augusta, II Augusta, IIII Maced¨®nica, V Alaudae, VI Victrix y IX Hispaniensis para vencerlos. Hasta ¨¦l mismo se desplaz¨® a la Pen¨ªnsula para dirigir a sus hombres. Ahora, este nuevo estudio, que se encuadra dentro del proyecto de investigaci¨®n Roma frente a c¨¢ntabros y astures, puesto en marcha por la Junta de Castilla y Le¨®n, desvela la ubicaci¨®n de hasta 40 campamentos en las actuales provincias de Burgos y Palencia, y el modo en que Roma los dispuso para acabar con Segisama, la capital de los belicosos turmogos: el Ej¨¦rcito romano copi¨® la t¨¢ctica que Julio C¨¦sar utiliz¨® en Alesia (Francia) para derrotar a los galos de Vercing¨¦torix. Los rode¨®.
El informe ¨Dfirmado por los arque¨®logos Esperanza Mart¨ªn Hern¨¢ndez, Antxoka Mart¨ªnez Velasco, Diego D¨ªaz Alonso, Fernando Mu?oz Villarejo y Laura Becares Rodr¨ªguez¨D relata que el emperador buscaba con esta guerra (29-19 a. C.), conocida como astur-c¨¢ntabra, unas fronteras estables y sumar la inmensa riqueza de las minas astures y galaicas.
Antes de lanzar la ofensiva inicial contra los rebeldes c¨¢ntabros y los astures, era necesario terminar con los ¨²ltimos reductos libres que a¨²n quedaban m¨¢s al sur para as¨ª poder aislar su territorio. Por ello, el primer objetivo, en definitiva, pasaba por completar la conquista de pueblos como los turmogos, una poblaci¨®n c¨¦ltica que habitaba ¨¢reas del norte de Castilla y Le¨®n.
Para hallar los campamentos que las legiones levantaron en sus campa?as, los especialistas han empleado fundamentalmente fotograf¨ªa a¨¦rea y de sat¨¦lite, adem¨¢s de prospecciones a pie de yacimiento, ya que la tecnolog¨ªa LiDAR (radiograf¨ªa l¨¢ser) no ha resultado resolutiva, dado que las labores agr¨ªcolas de los ¨²ltimos siglos han borrado las partes m¨¢s superficiales de los acuartelamientos militares.
Gran parte del estudio gira en torno al cerro Castarre?o (Olmillos de Sasam¨®n, Burgos), donde se vienen efectuando actividades arqueol¨®gicas desde 2008 por otros equipos. Las im¨¢genes obtenidas a?os atr¨¢s por Fran?ois Didierjean, un investigador franc¨¦s, descubrieron en sus alrededores ¡°dos l¨ªneas paralelas jalonadas cada cierta distancia por lo que parec¨ªan campamentos romanos¡±, seg¨²n explica la arque¨®loga Esperanza Mart¨ªn. A partir de estas evidencias se localizaron ahora muchas otras l¨ªneas que responden a la existencia de estructuras de asedio: una de ellas correspond¨ªa a un circumvallatio (fortificaci¨®n con fosos en torno al oppidum o asentamiento amurallado que se va a asediar) y la otra a un contravallatio (segunda l¨ªnea exterior para proteger a los atacantes ante la llegada de refuerzos para los sitiados).
Adem¨¢s, en todo el ¨¢rea, sin contar los campamentos ya conocidos de Carrecastro y La Veguilla, se han detectado otros nuevos como Andinales, Santa Eulalia, Carrecastrillo y Collado, estos dos ¨²ltimos con la funci¨®n de controlar la zona.
A unos 2,5 kil¨®metros de ellos, tambi¨¦n se ha determinado la existencia del acuartelamiento de La Ca?ada, en el municipio de Villasandino, pero tambi¨¦n en Sotresgudo, los de Calzada y Tortolondro, este de m¨¢s de 500 metros de eje. En Abia de las Torres, se han descubierto, igualmente, los campamentos de Carrecampo y el Cordero. Un total de 40 cuarteles militares completan el panorama, tanto estables, como temporales (se desmontaban cuando la legi¨®n emprend¨ªa la marcha) o, incluso, de entrenamiento de tropas.
El asediado monte Castarre?o, de 926 metros sobre el nivel del mar, es un cerro amesetado y alargado de unas 24 hect¨¢reas. Sus laderas presentan fuertes pendientes y desde su parte superior rodeada de murallas, y donde se situaba la ciudad turmoga de Segisama, se domina el valle del Pisuerga.
Hay huellas de que el cerro comenz¨® a ser poblado a partir del siglo IV a. C. hasta su destrucci¨®n por los romanos en el I a. C. ¡°Jugaba un papel decisivo como un gran n¨²cleo de poblaci¨®n en el control sobre las v¨ªas de comunicaci¨®n que conflu¨ªan a sus pies, especialmente las rutas que conectaban el sector norte de la meseta, los valles del Duero y Ebro y la cornisa Cant¨¢brica¡±, se?ala el estudio. Es decir, un punto clave que Roma deb¨ªa tomar, ¡°mediante un dispositivo de asedio, aunque fuese una costosa opci¨®n en t¨¦rminos militares de esfuerzo b¨¦lico¡±.
Y es que los estrategas romanos solo contemplaban dos maneras de tomar el alcor: el bloqueo (obsidio), y que la poblaci¨®n se rindiera o bien que muriese de inanici¨®n o de enfermedades, o el asalto (oppugnatio ex itinere). Las tropas de Augusto eligieron la primera. As¨ª pusieron cerco al otero con ¡°la ejecuci¨®n de obras de circunvalaci¨®n y el establecimiento de guarniciones intermedias distribuidas en puntos clave¡±. Algo que ya hab¨ªan empleado en Numancia (Soria) y Alesia (Francia), y que repetir¨ªan en Masada (Judea, Israel) tiempo despu¨¦s.
Con estas construcciones se buscaba tanto aislar el cerro del exterior y de los recursos m¨¢s inmediatos, como el agua, as¨ª como conseguir un control efectivo de los mismos y de las v¨ªas principales de comunicaci¨®n, facilitando las labores log¨ªsticas que garantizasen el continuo fluir de los suministros necesarios para mantener el asedio. El objetivo final era agotar los recursos de la poblaci¨®n asediada y obtener una rendici¨®n incondicional (deditio) o bien preparar el terreno para proceder a su asalto (oppugnatio).
Un cierre completo del per¨ªmetro buscaba tambi¨¦n evitar salidas repentinas que rompiesen el cerco o ataques desde el interior del oppidum, lo que requer¨ªa una ¡°distribuci¨®n de las tropas en puntos clave, apoy¨¢ndose en diferentes campamentos, de tal forma que todo el per¨ªmetro quedase cubierto y existiera interconexi¨®n visual entre ellos¡±, recuerda el informe de la Junta de Castilla y Le¨®n.
El emplazamiento del campamento de Carrecastro tras la l¨ªnea de circunvalaci¨®n ¡°permite proponer su naturaleza como base de operaciones desde la que dirigir y coordinar todo el operativo. Este dispositivo de asedio pone de relieve la importancia estrat¨¦gica del oppidum, cerca de la cual estableci¨® Augusto su campamento en el 26 a. C.¡±, seg¨²n creen los redactores del documento. Y es que si C¨¦sar derrot¨® a Vercing¨¦torix con un amplio cerco, Augusto, como pr¨ªnceps, no iba a ser menos. Se jugaba su prestigio y su imperio.
Tecnolog¨ªa del siglo XXI para desvelar la historia del I a. C.
¡°El uso de las nuevas tecnolog¨ªas ha permitido realizar la b¨²squeda incluso en los meses de confinamiento [de la covid] gracias a las bases de datos del Instituto Geogr¨¢fico Nacional, de Google Earth y de Bing Maps¡±, se lee su ¨²ltimo informe. De todas formas, tras su detecci¨®n, es imprescindible excavar los yacimientos para confirmar los datos, una labor que requiere a?os de trabajo. Fuentes acad¨¦micas afirman que anunciar descubrimientos sin excavar es "hacer un poco trampas". Una opini¨®n que no comparte Jos¨¦ Manuel Costa Garcia, de Romanarmy, que recuerda que desde 2017 su asociaci¨®n ha desarrollado tambi¨¦n ¡°un proyecto arqueol¨®gico en Sasam¨®n destinado a conocer mejor la transici¨®n entre la Edad del Hierro y la ¨¦poca romana en la zona¡±. Costa manifiesta que, adem¨¢s, de fotograf¨ªa a¨¦rea, geof¨ªsica, prospecci¨®n superficial, y metalodetecci¨®n, han desarrollado excavaciones ¡°con el objetivo de estudiar las estructuras soterradas, recuperar restos materiales y obtener muestras para su dataci¨®n y estudio paleoambiental¡±. El arque¨®logo sostiene que su trabajo ha sido autorizado por la Junta de Castilla y Le¨®n y financiado por la Diputaci¨®n de Burgos y la Consejer¨ªa de Cultura. ¡°La postura de ¡°solo excavar vale¡± ha sido frecuentemente esgrimida por acad¨¦micos de la vieja escuela para desacreditar el trabajo de otros profesionales como nosotros, que empleamos y desarrollamos m¨¦todos de detecci¨®n no invasiva en arqueolog¨ªa¡±, afirma.
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