La SGAE reabre las heridas del ¡®caso rueda¡¯
La asamblea de socios vota el 9 de febrero un cambio, impulsado por el presidente, Antonio Onetti, para minimizar los ingresos de la m¨²sica televisada de madrugada. C¨¦lebres artistas flamencos denuncian que la decisi¨®n castiga a los g¨¦neros menos visibles y premia a las multinacionales
En la SGAE saben mucho de m¨²sica. Pero, durante a?os, a la entidad le cost¨® funcionar como una banda sincronizada. A menudo, cada cual pretend¨ªa que su voz sonara m¨¢s fuerte que las dem¨¢s. Desde hace un tiempo, sin embargo, el actual presidente, Antonio Onetti, disfrutaba de un in¨¦dito silencio. Un mandato tranquilo, centrado en la misi¨®n real de la principal entidad de gesti¨®n del derecho de autor en Espa?a. Hasta que convoc¨® una Asamblea Extraordinaria para votar, el 9 de febrero, un cambio de reglamento. Y la pol¨¦mica ha vuelto a estallar, con las cr¨ªticas de creadores tan c¨¦lebres como Tomatito o Estrella Morente. Una vez m¨¢s, en el ojo del hurac¨¢n se halla la m¨²sica emitida en televisi¨®n de madrugada. La infinita herencia del llamado caso rueda.
Ante todo, el contexto. La televisi¨®n es la principal fuente de ingresos de la SGAE. Y el dinero se reparte a los autores en funci¨®n del uso de su cat¨¢logo en los distintos momentos del d¨ªa. Una emisi¨®n en prime time vale m¨¢s, obviamente, que una a las tres de la madrugada, cuando no hay nadie frente a la pantalla. La diferencia de porcentaje, sin embargo, no era tan amplia como cabr¨ªa esperar. De ah¨ª que surgiera una estratagema: llenar la noche de canciones. Las cadenas se beneficiaban programando temas cuyos derechos ostentaban sus propias editoriales. Y unos pocos artistas recibieron una lluvia de millones. Todav¨ªa en el primer semestre de 2018, la franja nocturna recaud¨® el 40% de los ingresos que la SGAE obtuvo de temas interpretados en televisi¨®n.
Tanto que la rueda acab¨® investigada por la polic¨ªa, sobre la mesa de un juez ¡ªel caso sigue en marcha¡ª, y hasta en el Congreso: en 2018, los diputados establecieron que ninguna horquilla horaria podr¨ªa suponer m¨¢s del 20% del total de ingresos generados por la televisi¨®n. Pero la propuesta de Onetti, ahora, va m¨¢s all¨¢: quiere que la m¨²sica en la peque?a pantalla recaude en funci¨®n de la publicidad en cada franja o, a falta de ella como en RTVE, de la audiencia.
¡°En la radiodifusi¨®n se produjo una distorsi¨®n del sistema. Quienes lo defend¨ªan dec¨ªan que igual no era justo, pero era legal. Ahora que vamos a cambiarlo, dicen que va a ser legal pero injusto para ellos. Yo creo que va a haber mayor proporcionalidad¡±, plantea Onetti. Pero una treintena de conocidos artistas, de Pepe Habichuela a Josemi Carmona, atacaron en un comunicado la idea del presidente. Afirman que la madrugada es el ¨²nico horario que da cobijo al flamenco, al jazz o a los artistas independientes, y que el nuevo reparto los herir¨ªa casi de muerte. Premiando, en cambio, a las multinacionales y las estrellas que copan horarios de m¨¢xima visibilidad. ¡°Se quiere dejar la m¨²sica desde las 2 de la ma?ana a las 2 de la tarde a cero euros y que a partir de las 8.30 cualquier persona que est¨¢ en el programa Deluxe o en otros del coraz¨®n pueda salir cantando un tema y en cuatro minutos se lleve 5.000 euros¡±, lo resumi¨® el guitarrista Juan Carmona hoy viernes en una rueda de prensa, como recoge la agencia Efe. El m¨²sico explic¨® que piden que el porcentaje de la madrugada se quede en un ¡°15% o 16%¡± del total de ingresos generados por la emisi¨®n de m¨²sica en la peque?a pantalla.
En realidad, el planteamiento inicial del reglamento de la SGAE no impon¨ªa un abismo demasiado grande entre las franjas horarias precisamente para tutelar artistas y g¨¦neros menos televisados. ¡°En el origen estaba proteger con discriminaci¨®n positiva la m¨²sica que no tendr¨ªa otra ventana. Pero el abuso ha retorcido eso. Mucha gente se ha enriquecido a costa de otros autores¡±, sentencia Onetti. Recuerda que hubo socios que dejaron la entidad a ra¨ªz de este esc¨¢ndalo para marcharse a otro organismo parecido, Dama, o hasta fundar uno nuevo, Seda. Promete presionar a las cadenas y en especial a RTVE para dedicar m¨¢s espacio a la m¨²sica en su programaci¨®n. Y argumenta que, adem¨¢s, su propuesta es una obligaci¨®n que le traslad¨® el Ministerio de Cultura y Deporte cuando cerr¨® el expediente sancionatorio con el que amenazaba con quitar la licencia a la SGAE.
Pero los socios cr¨ªticos abren m¨¢s frentes de batalla: piden que la reciente decisi¨®n de la entidad de reducir a un mes el tiempo de espera para cobrar los derechos generados por grandes conciertos ¡ªa partir de 200.000 euros de taquilla¡ª se ampl¨ªe a las dem¨¢s actuaciones. Si no, insisten, se favorecer¨¢ ¡°claramente¡± a unos por encima de otros. E instan al organismo a bajar cuanto antes el llamado descuento de administraci¨®n (el porcentaje de sus ingresos que un socio paga a la SGAE por las gestiones que realiza la entidad), ahora en un 19,95%.
El escenario, ante la asamblea, se vuelve as¨ª algo m¨¢s incierto. Y el hecho de que los socios que m¨¢s recaudan cuenten con m¨¢s votos no ayuda los pron¨®sticos. El presidente espera que su propuesta salga adelante y pueda retomar los asuntos que m¨¢s le preocupan: el hundimiento de la cultura y en especial de la m¨²sica en directo por la pandemia; el aforo reducido que todav¨ªa complica la supervivencia de muchos locales; aumentar la subida de la recaudaci¨®n por los derechos en internet (de ocho millones en 2017 a 31 el a?o pasado) o la mayor digitalizaci¨®n de la entidad.
Los flamencos, en cambio, lamentan tambi¨¦n que la asamblea sea telem¨¢tica, m¨¢s a¨²n cuando la SGAE afronta una denuncia por falsificaci¨®n de votos delegados en anteriores convocatorias. Onetti responde que fue la propia junta directiva la que se?al¨® a la polic¨ªa el posible fraude y que, en todo caso, nunca lleg¨® a afectar a los votos, ya que fue detectado antes de contabilizarlos. En cuanto a una asamblea presencial, apunta a los n¨²meros de contagios por coronavirus y rechaza meter en una ¡°misma sala a discutir a 500 personas, muchas de la tercera edad¡±. El presidente sabe c¨®mo suelen desarrollarse las reuniones presenciales de la SGAE: horas tras horas, y muchas intervenciones acaloradas. Cree que ocurrir¨¢ tambi¨¦n esta vez. Por lo menos, entonces, que sea delante del ordenador.
Babelia
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