¡®Los ojos de Tammy Faye¡¯: un desastre de Jessica Chastain sobre la pol¨¦mica telepredicadora
Este drama parece una de esas pel¨ªculas financiadas por sus propios protagonistas o por su c¨ªrculo de poder con el objetivo de lavar conciencias, errores y hasta delitos
Qu¨¦ dif¨ªcil resulta entender lo que han intentado hacer Jessica Chastain, desde la producci¨®n y la actuaci¨®n, Michael Showalter, desde la direcci¨®n, y Abe Sylvia, en el guion, con dos personajes tan pol¨¦micos como los telepredicadores estadounidenses Tammy Faye Bakker y su marido, Jim Bakker, estrellas de la televisi¨®n evangelista durante m¨¢s de una d¨¦cada y ca¨ªdos en desgracia despu¨¦s de que ¨¦l fuera acusado (y condenado) por fraude y violaci¨®n. Chastain, en uno de esos proyectos que huelen a la legua a pretensiones sin medida al Oscar de interpretaci¨®n, pretende salvar un personaje insalvable con una pel¨ªcula dram¨¢tica que quiz¨¢ deber¨ªa haber sido una comedia grotesca. Los ojos de Tammy Faye es un desastre.
Detr¨¢s de los kilos de maquillaje en el rostro del personaje femenino se deb¨ªa ocultar un ser humano, con sus creencias, sus defectos, sus virtudes, sus remordimientos, sus pulsiones y sus miedos. Pero el esquivo libreto de Sylvia ¡ªescritor de cap¨ªtulos de series como Nurse Jackie y The Affair¡ª, y la mentirosa puesta en escena de Showalter, disfrazando de sue?o lo que no era m¨¢s que una pesadilla, lo evitan a toda costa. No es que la pel¨ªcula no logre quitar la m¨¢scara al matrimonio de embaucadores, para as¨ª intentar reflexionar sobre su interior. Es que ni siquiera lo intenta. ?De verdad que tras el envoltorio televisivo de amor al pr¨®jimo ambos eran en su vida privada como los muestra Showalter? ?Todo el d¨ªa con Dios y la salvaci¨®n en la boca, enga?¨¢ndose a s¨ª mismos? ?Gente que se aprovechaba de sus fieles, pobres ignorantes, para llevar una vida de lujo?
Los ojos de Tammy Faye parece una de esas pel¨ªculas financiadas por sus propios protagonistas o por su c¨ªrculo de poder con el objetivo de lavar conciencias, errores y hasta delitos. Se centra en ella porque, al fin y al cabo, el condenado fue ¨¦l. Sin embargo, el relato huye del acercamiento a la t¨ªpica esposa del corrupto; la que sabe ¡ªporque tonta del todo no es¡ª y se deja llevar, ya que su vida ha mejorado ostensiblemente desde que van enga?ando a la masa con la salvaci¨®n de Cristo.
?l era un cr¨¢pula, s¨ª. Pero ella, ?en qu¨¦ pensaba? No lo sabemos porque la pel¨ªcula no lo muestra ni quiere discurrir sobre ello. La articulaci¨®n de una hagiograf¨ªa como esta requiere una reflexi¨®n: ?cu¨¢les son las virtudes de Tammy Faye para terminar su oda redentora con una actuaci¨®n grotesca disfrazada de luminoso ¨¦xito? Frases como ¡°ayud¨® a los desfavorecidos¡± y ¡°defendi¨® a los homosexuales¡± se acumulan en la farsa de guion. Ahora bien, la primera sentencia es mentira y la segunda no es, en modo alguno, suficiente. ?Era Tammy Faye una iluminada que se cre¨ªa todas las estupideces que dec¨ªa y hac¨ªa junto a su esposo en la pantalla televisiva para recaudar fondos y vivir a cuerpo de reyes? Dif¨ªcil aunque plausible. Sin embargo, nunca se la presenta as¨ª, con base cr¨ªtica, acidez o complejidad. Queda ¨²nicamente su m¨¢scara.
LOS OJOS DE TAMMY FAYE
Dirección: Michael Showalter.
Intérpretes: Jessica Chastain, Andrew Garfield, Vincent D’Onofrio, Cherry Jones.
Género: biografía. EE UU, 2021.
Duración: 126 minutos.
Estreno: 4 de febrero.
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