Las bestias de Pinochet en el cine de Hugo Covarrubias
El director chileno est¨¢ nominado a los premios Oscar por su cortometraje animado sobre la historia de una mujer que tortur¨® a ciudadanos durante la dictadura utilizando a sus perros como herramienta
Los premios Oscar se celebrar¨¢n el pr¨®ximo 27 de marzo y entre los presentes en la ceremonia estar¨¢ este a?o un fantasma de la dictadura de Pinochet. Entre los cinco nominados a mejor cortometraje de animaci¨®n est¨¢ Bestia, un filme de tan solo 15 minutos que retrata a Ingrid Older?ck, una exagente de la polic¨ªa secreta en Chile conocida por torturar a disidentes pol¨ªticos y entrenar a otras mujeres en la fuerza p¨²blica. M¨¢s espec¨ªficamente, Older?ck, hija de una familia nazi migrante en Chile, fue acusada de torturar ciudadanos utilizando a sus perros como herramienta, entrenando a los caninos para violar a las mujeres detenidas. Older?ck falleci¨® en 2001 sin pasar un solo d¨ªa en la c¨¢rcel, aislada y convencida de que sus antiguos aliados quer¨ªan asesinarla para silenciarla.
¡°Tal cual como los nazis usaron mujeres para torturar mujeres, ac¨¢ ocurri¨® exactamente lo mismo¡±, cuenta a El PA?S el director de este cortometraje, Hugo Covarrubias (Santiago, 44 a?os). En su corto, un thriller psicol¨®gico, no se dice una sola palabra. Solo se ve a Older?ck moverse como una mu?eca inexpresiva de su casa al centro de tortura, aunque a ratos se viaja tambi¨¦n a sus sue?os: espacios tenebrosos donde la torturadora se encuentra frente a frente con los torturados.
Covarrubias se demor¨® tres a?os en terminar Bestia, y aunque no es su primer trabajo en stop-motion, es el primero en estar nominado a un premio Oscar. En 2005 dise?¨® Maleza, una obra de teatro que mezclaba actuaci¨®n con animaci¨®n y tambi¨¦n entraba en una especie de pesadilla psicol¨®gica de una ni?a abandonada. M¨¢s tarde dirigi¨® El almohad¨®n de plumas, corto basado en un cuento de Horacio Quiroga, y La Noche boca arriba, sobre las alucinaciones de un hombre despu¨¦s de tener un accidente de transito e inspirado en un cuento de Julio Cort¨¢zar. ¡°Todas las piezas van encajando de s¨²per buena forma, como si fueran un gran rompecabezas¡±, cuenta en estrevista este gran artista del stop-motion que ha logrado encuadrar temas muy macro de su pa¨ªs (la violencia, la maldad, las pesadillas) en espacios muy micro, con la ayuda de cientos de mu?ecos y miles de encuadres fotogr¨¢ficos.
Pregunta. ?Por qu¨¦ se interes¨® en la vida de Ingrid Older?ck?
Respuesta. Este cortometraje parte de la idea de hacer una serie sobre personajes poco conocidos de la historia pol¨ªtica de Chile. Alrededor del a?o 2016 nos juntamos con [la directora de arte] Constanza Wette y [el guionista] Mart¨ªn Erazo, y empezamos a desarrollar esta idea. Cuando est¨¢bamos investigando, la figura de Ingrid Older?ck aparec¨ªa en varios libros, y amigos vinculados a los derechos humanos nos hablaron de esta mujer. Poco a poco nos empez¨® a llamar la atenci¨®n su figura a trav¨¦s de unas entrevistas que ella dio. La escritora Claudia Donosso le hizo una entrevista una vez, y tambi¨¦n [la periodista] Nancy Guzm¨¢n, que public¨® un libro sobre ella [Ingrid Older?ck. La mujer de los perros]. Yo le¨ª ese libro completo y pod¨ªa dilucidar, mediante sus propias palabras, todos los traumas que ten¨ªa y todos sus delirios de persecuci¨®n que, en el fondo, sufr¨ªa por ser parte de un sistema en el que ella hab¨ªa decidido participar. Encontr¨¦ el caso muy interesante para hablar de la maldad desde una historia real, pero obviamente ficcionando gran parte de los sucesos que ocurrieron para poder ahondar, desde lo filos¨®fico y po¨¦tico, acerca de la maldad.
P. ?Qu¨¦ no sabemos a¨²n sobre Older?ck y que usted pod¨ªa transformar en ficci¨®n?
R. Por ejemplo, en el cortometraje son muy importantes las im¨¢genes mentales, y obviamente eso no est¨¢ documentado en ning¨²n lado, eso es totalmente ficcionado. Tambi¨¦n est¨¢ la caracterizaci¨®n de la relaci¨®n de ella con su perro, algo que est¨¢ exagerado, y tambi¨¦n la relaci¨®n de ella con su cuerpo. Eso es algo que quise evidenciar para cuestionar la figura de esta mujer dentro de un sistema ultra-patriarcal como cualquier dictadura, comandada por hombres, y en el fondo donde la ocupan a ella tambi¨¦n como un objeto. Tal cual como los nazis usaron mujeres para torturar mujeres, ac¨¢ ocurri¨® exactamente lo mismo. Y tambi¨¦n quisimos tratar de retratar la soledad a la que fue expuesta esta mujer, que ella decide porque su forma de ser repele a la gente, y porque no se llevaba bien con su familia. Ella era una persona muy solitaria. Para tratar de hablar de eso, uno recurre a elementos de la ficci¨®n. La gente que vea el cortometraje no debe esperar ver un documental. Esta es una apuesta filos¨®fica y est¨¦tica.
P. Usted quiere hablar de la maldad pero su propuesta no es muy Eichmann en Jerusal¨¦n, de Hannah Arendt, donde la persona que comete los cr¨ªmenes es solo un obrero m¨¢s de un r¨¦gimen.
R. S¨ª hay una influencia de eso, de lo que dice Arendt cuando habla de ¡®la banalidad del mal¡¯, pero mucha gente lo malentiende como si ella estuviera empatizando con los perpetradores. Pero no es as¨ª, es entenderlo desde otro lado. Ahora claro, si bien en Bestia no se busca empatizar, s¨ª tratamos de hablar de lo que puede frustrar a una persona como ella. Mediante la simbolog¨ªa tratamos de dejar entrever un poco el pasado que ella tuvo, y la formaci¨®n que ella tuvo. Al terminar de ver la pel¨ªcula uno puede entrar en reflexiones, como por ejemplo, si t¨² o yo hubi¨¦ramos recibido este tipo de educaci¨®n, ?hubi¨¦ramos sido unas bestias como ellas o no? Creo que ah¨ª va nuestra b¨²squeda, m¨¢s que decir que todas las personas en el fondo no son tan malas como parecen, sino que fueron condicionadas para eso. Creo que obviamente Ingrid Older?ck tiene mucho de eso, ella fue condicionada desde chica, sus pap¨¢s eran alemanes nazis, entonces era muy dif¨ªcil que ella hubiera sido otra persona o se hubiera dedicado a otra cosa. Creo que todo lo que ella vivi¨®, y la violencia que recibi¨® desde chica, obviamente la condicion¨® para ser lo que fue hasta el d¨ªa de su muerte. Una de las capas de lectura del cortometraje es que todas acciones y elecciones de vida te llevan a una vida muy deplorable. Creo que esa toxicidad ba?a y ti?e nuestro cortometraje.
P. ?Todos hubi¨¦ramos podido terminar ah¨ª?
R. S¨ª, o no, pero creo que hay que ser consciente que este tipo de personajes configuran a toda una sociedad.
P. ?Se puso nervioso ser demasiado emp¨¢tico con ella cuando rodaba el cortometraje?
R. S¨ª, es algo con lo que siempre trat¨¦ de tener cuidado, sobre todo para que no se malentienda que uno est¨¢ empatizando con ella. Pero creo que tambi¨¦n hay una suerte de enga?o en el cortometraje. Yo lo vi como un enga?o al espectador. Intent¨¦ hacer creer al espectador que en el fondo uno est¨¢ buscando la empat¨ªa, por ejemplo, a trav¨¦s del perro. Primero hay un efecto de ternura hacia el perro, pero despu¨¦s ves para qu¨¦ est¨¢ siendo ocupado. Hace poco conoc¨ª a una mujer que fue vecina de Ingrid Older?ck, y recibi¨® un perro de regalo de ella, sin saber qui¨¦n era ella. La conoci¨® sin saber qu¨¦ cosas hab¨ªa hecho antes. Y despu¨¦s, el d¨ªa que ella muri¨®, supo qui¨¦n era. Entonces, claro, si uno se enfrenta a conocer a una persona desde otro lado, sin duda vas a empatizar aunque sea el m¨¢s m¨ªnimo grado. Si uno no tiene los datos, uno obviamente puede tratar de entender a una persona. Ah¨ª es donde est¨¢ el juego en el cortometraje, porque al principio no sabemos qu¨¦ es lo que ella hace. Y luego lo vamos dilucidando de a poco.
P. Hablemos del perro en el corto un momento. ?Qu¨¦ tanto es documental y qu¨¦ tanto es ficci¨®n?
R. Eran tres perros los de Ingrid Older?ck, pero nosotros decidimos enfocarnos solo en uno, que era el perro que ella decide nombrar ¡®Volodia¡¯, que en el fondo era una forma de burlarse de los torturados: Volodia Teitelboim fue el l¨ªder del Partido Comunista en Chile. En la vida real sabemos la funci¨®n que cumpl¨ªa el perro, que era torturar, y obviamente eso era algo muy traum¨¢tico. Pero el perro es otro dispositivo tambi¨¦n para para poder narrar ciertas cosas, para poder narrar la soledad a la que ella hab¨ªa decidi¨® enfrentarse. Nos sirve para hablar de la desconexi¨®n que tiene ella con la realidad. Sobre todo hacia el final, cuando vemos que este personaje ya no est¨¢ pensando en nada m¨¢s que sus problemas mentales, se desconecta totalmente de este perro, que en el fondo es su ¨²nica conexi¨®n con la realidad. Y el perro es el ¨²nico que tiene la sensibilidad suficiente para darse cuenta de todas estas presencias un poco paranormales que representan a los detenidos desaparecidos que acechan a esta mujer. Ella se hace la vista gorda de todas estas apariciones, de todas estas personas sin cara que se le van apareciendo en las nubes o en frente de su casa, y el perro es el ¨²nico que se conecta.
P. El estallido chileno del 2019 fue precisamente un momento donde se hicieron visibles muchos de esos ¡®fantasmas¡¯ de la dictadura. ?Cambi¨® ese evento el foco de su cortometraje?
R. Nosotros vimos el estallido como algo muy importante y encontramos mucho m¨¢s sentido estar haciendo este cortometraje, aunque nosotros partimos con la idea desde el 2016. Lo que s¨ª, obviamente, nos vimos muy influenciados por la potencia del estallido social. Eso ayud¨® a que quiz¨¢s las escenas que faltaban por rodar, que eran pocas pero bien importantes, quedaran con un poquito m¨¢s de alma, un poquito m¨¢s de coraz¨®n, un poquito m¨¢s de potencia. Por ejemplo, una escena, cuando ella rompe su casa, fue pensada desde antes del estallido. Pero la forma en que ella ya rompi¨® todo, y todo se va hacia un abismo, creo que fue una decisi¨®n que tuvo que ver con esta rabia que hab¨ªa tambi¨¦n en nosotros. Ella tiene rabia contra el mismo sistema, pero por otros motivos. Ella siente rabia porque la echaron, porque ella no va a poder torturar m¨¢s, porque le jugaron chueco, porque se sinti¨® traicionada. Ella se sent¨ªa muy perseguida porque, seg¨²n ella, manejaba mucha informaci¨®n y por eso la quer¨ªan matar. Desconfi¨® finalmente de todo el sistema que le ense?¨® a hacer todas estas cosas.
P. ?Qu¨¦ es ahora ese lugar en el cortometraje, ¡®la Venda Sexy¡¯, donde se comet¨ªan las torturas?
R. Este lugar es una casa y hay una lucha de un grupo de personas para que este lugar sea considerado centro de memoria. Pero actualmente vive gente all¨ª, es una casa en un barrio de clase media en Santiago. En la dictadura le pusieron ¡®la Venda Sexy¡¯ porque para torturar se vendaba a las mujeres, y ¡®sexy¡¯ porque hab¨ªan violaciones. Y el otro nombre que recibi¨® este lugar fue ¡®la discoteca¡¯, porque tambi¨¦n prend¨ªan m¨²sica muy fuerte para que los gritos no se escucharan. Todos esos datos tambi¨¦n est¨¢n en el cortometraje. Y bueno, ah¨ª sigue viviendo gente hasta el d¨ªa de hoy. Nosotros fuimos a grabar afuera de la casa para sacar algunas im¨¢genes, y la gente sale como enojada. Hay un memorial afuera, un memorial en recuerdo de los detenidos desaparecidos, y los due?os de la casa siempre lo rompen. Entonces creo que hay un negacionismo y una poca conciencia por parte de las personas que est¨¢n habitando esa casa hoy en d¨ªa. Ojal¨¢ que esto sirva para esto, estar nominados para el Oscar: ojal¨¢ sirva para que ese lugar sea considerado un lugar de memoria. Y no una casa com¨²n y corriente que en el fondo est¨¢ negando todo lo que all¨ª ocurri¨®.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.