¡®Arde Notre Dame¡¯: el extra?o docudrama de cat¨¢strofes de Jean-Jacques Annaud sobre el incendio de la catedral de Par¨ªs

No es una pel¨ªcula al uso. Pero tampoco un documental. As¨ª que el concepto que mejor puede encajar con Arde Notre Dame, la extra?a producci¨®n dirigida por Jean-Jacques Annaud, es el de docudrama. Una definici¨®n a la que habr¨ªa que a?adir un apellido singular: de cat¨¢strofes. De este modo, con la reconstrucci¨®n del incendio ocurrido en la catedral parisiense el 15 de abril del a?o 2019, el director franc¨¦s ha concebido un formato nuevo: el docudrama de cat¨¢strofes. Asunto distinto es que esa novedosa noci¨®n audiovisual tenga fuerza narrativa y/o belleza en la pantalla.

La intenci¨®n del autor de pel¨ªculas memorables como El nombre de la rosa y El oso parece ser la de otorgar a su primer largometraje en siete a?os (desde El ¨²ltimo lobo, de 2015) un aspecto de realismo y de cercan¨ªa con los que el espectador pueda hacerse una clara idea de lo que pudo pasar aquella tr¨¢gica tarde en torno a cualesquiera de las vertientes profesionales y humanas que estuvieron cerca del lugar: los fieles y turistas; los trabajadores de Notre Dame; el servicio sacerdotal; los bomberos y polic¨ªas, y finalmente los mandatarios. Y, adem¨¢s, con otro chocante a?adido: pese a ser un docudrama, o una reconstrucci¨®n, no son los propios bomberos, servidores p¨²blicos y eclesi¨¢sticos los que hacen de s¨ª mismos, sino actores y actrices desconocidos, sin empaque interpretativo alguno. De hecho, la ¨²nica persona(lidad) que hace de s¨ª misma es Anne Hidalgo, la alcaldesa de Par¨ªs, en un peculiar cameo desde su despacho, con sus ayudantes, recibiendo las primeras noticias visuales e informativas del suceso. ?Por qu¨¦ no hacer entonces una pel¨ªcula al uso, con un guion m¨¢s trabajado en el aspecto narrativo, melodram¨¢tico (o no), con un desarrollo de personajes y de la acci¨®n que resulte m¨¢s atractivo que esta cr¨®nica insulsa en el fondo y fea en la forma?

La primera media hora de Arde Notre Dame es infame. La llegada de los visitantes y las vanas explicaciones de la importancia del templo, de gu¨ªa tur¨ªstico de tres al cuarto, resultan rid¨ªculas. Tambi¨¦n la composici¨®n del personaje del nuevo trabajador de la catedral, en su primer d¨ªa, recibiendo las instrucciones de seguridad antes de discutir con su mujer por tel¨¦fono, ya que se tiene que quedar m¨¢s horas de las debidas. No menos extravagantes son los momentos posteriores de humor alrededor de la salvaci¨®n de la corona de espinas y en lo concerniente a la odisea de regreso del trabajador que tiene las ¨²nicas llaves de ciertos lugares sagrados. Se supone que hay una intenci¨®n cr¨ªtica acerca de las medidas de seguridad de Notre Dame, pero todo resulta plano, grotesco e infantil.

Bastante mejores son los instantes de acci¨®n y peligro protagonizados por los bomberos, lo ¨²nico que se salva del desastre. Para ello, al estar el emblem¨¢tico edificio en plena reconstrucci¨®n, se han rodado planos y secuencias casi completas en las catedrales de Saint-Eti¨¦nne de Sens, uno de los primeros templos g¨®ticos, y Saint-Eti¨¦nne de Bourges, muy parecida a Notre Dame, sobre todo en su nave central. La ayuda inestimable de los efectos digitales en tres dimensiones acaba conformando as¨ª una reconstrucci¨®n del espacio real del m¨ªtico edificio parisiense a la que nada se puede objetar. El problema est¨¢ en otros muchos lados, principalmente en el tono.

En demasiados pasajes, Arde Notre Dame parece un informe oficial visualizado. Sin la espectacularidad de una pel¨ªcula de ficci¨®n, sin buenos int¨¦rpretes y con una textura digital y una fotograf¨ªa de mala televisi¨®n, quiz¨¢ para no contrastar demasiado con las im¨¢genes documentales reales que el director va introduciendo en el montaje conforme el incendio avanza, tanto de las calles y la gente como de los servicios de extinci¨®n y policiales. El filme de Annaud se estrena hoy en cines, pero ni su composici¨®n ni su relato ni su aspecto tienen apenas una migaja de valor cinematogr¨¢fico.