Cristina Peri Rossi agradece el Premio Cervantes con un discurso feminista y antibelicista
La actriz Cecilia Roth lee las palabras de la escritora uruguaya, que no pudo acudir a recoger el galard¨®n por razones de salud, que volvi¨® a celebrarse en el Paraninfo de Alcal¨¢
Lo bueno de que el discurso de un premio literario lo lea una actriz es que hay una cadencia, un matiz, un brillo, alejados del habitual ritmo monocorde de los escritores que, por lo general, est¨¢n hechos para escribir y no para hablar. El discurso del Premio Cervantes lo dio la actriz Cecilia Roth, esta ma?ana, v¨ªspera del D¨ªa del Libro. La galardonada, la uruguaya Cristina Peri Rossi (Montevideo, 80 a?os), afincada en Barcelona desde hace casi medio siglo, no pudo acudir al evento por motivos de salud. As¨ª que Peri Rossi puso la letra, pero Roth, con un acento argentino vecino del de la poeta, puso la m¨²sica.
¡°Los motivos de las guerras son siempre los mismos: el ansia de poder y la ambici¨®n econ¨®mica. Algo t¨ªpicamente masculino¡±. Peri Rossi, a trav¨¦s de Roth, comenz¨® su discurso hablando de la guerra, en referencia velada a las que ahora tienen lugar en Ucrania y otros lugares del mundo. Record¨® a los exiliados espa?oles que conoci¨® cuando era ni?a, que hu¨ªan de una guerra lejana y de ¡°una terrible dictadura que hab¨ªa matado a miles y miles de personas y hecho huir a otras miles¡±. Luego destac¨® algunos libros fundamentales de su infancia: El diario de Ana Frank, La madre, de M¨¢ximo Gorki y El Quijote. Sobre El Quijote se extendi¨®, que para eso el premio lleva el nombre de su autor: a la joven Peri Rossi le irritaba la locura de Alonso Quijano, porque pensaba que ¡°Cervantes ridiculizaba a su personaje para probarnos que la empresa de cambiar el mundo y establecer justicia era un delirio¡±.
Fue un discurso decididamente feminista, antibelicista y comprometido. ¡°Tuve claro que en una sociedad patriarcal ser mujer e independiente era raro y sospechoso¡±, dijo, al recordar cuando su t¨ªo le advert¨ªa que las mujeres no escrib¨ªan, y que si lo hac¨ªan, se acababan suicidando, como Safo, Virginia Woolf o Alfonsina Storni. Aunque, el compromiso, para la uruguaya, es algo muy amplio. ¡°?No es compromiso satirizar, por ejemplo, los excesos de la t¨¦cnica, el morbo de los plat¨®s de televisi¨®n o los tiros festivos de los fan¨¢ticos del f¨²tbol? Tan compromiso como escribir un poema l¨ªrico que exalta el deseo entre dos mujeres o entre un hombre y una mujer¡±.
El premio gordo de las letras en espa?ol, que el Ministerio de Cultura y Deporte otorga desde 1976, volvi¨® a entregarse en su escenario habitual despu¨¦s del par¨®n de la pandemia, el Paraninfo de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, sitio solemne para una ceremonia solemne con invitados solemnes. Asistieron el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, y una variopinta representaci¨®n del mundillo literario. Esta vez no solo ha podido celebrarse la ceremonia, sino que las mascarillas se batieron en retirada, volvieron las narices y las bocas, y los rostros de los asistentes se mostraron en toda su extensi¨®n.
El ministro Iceta hizo un repaso por la biograf¨ªa de la premiada, desde su nacimiento en Montevideo, en el seno de una familia de emigrantes genoveses, a su nutrida producci¨®n literaria y su amistad con Julio Cort¨¢zar, pasando por su decisi¨®n, a los siete a?os, de ser escritora, o su exilio a Espa?a, en 1971. Escapaba de la dictadura uruguaya, que persegu¨ªa sus libros y su nombre, dejando atr¨¢s sus conversaciones de caf¨¦ con Juan Carlos Onetti (que recibi¨® el Cervantes en 1980), las clases en la c¨¢tedra de literatura comparada y un perro llamado Jack, en honor a Jack London. ¡°En Peri Rossi se encuentran ambas orillas¡±, dijo el ministro, ¡°y lo hacen en una lengua compartida desde la que hablar¨¢ en clara incomodidad identitaria: exiliada, mujer, lesbiana¡±. Antes, el premio hab¨ªa sido otorgado solo a cinco mujeres: Mar¨ªa Zambrano (1988), Dulce Mar¨ªa Loynaz (1992), Ana Mar¨ªa Matute (2010), Elena Poniatowska (2013) e Ida Vitale (2018), tambi¨¦n uruguaya.
En el tradicional almuerzo celebrado el d¨ªa previo en el Palacio Real, el Rey hab¨ªa lamentado (y comprendido) la ausencia de la galardonada, en un acto que reuni¨® a gentes de la literatura (y a otros personajes p¨²blicos como la c¨®mica Paz Padilla). Lo mismo hizo en la ceremonia de entrega, en una elogiosa intervenci¨®n. ¡°Peri Rossi se ha considerado a s¨ª misma ¡®una trapecista que salta sin red¡¯. Comprometida con su obra, con la condici¨®n de mujer, ha sido -y sigue siendo- una voz en defensa de los vulnerables y a favor de la igualdad, la justicia, la libertad y la democracia¡±, a?adi¨® el monarca, que en su intervenci¨®n hizo un comentario literario no menor sobre la obra de la uruguaya, considerando su predilecci¨®n por las formas breves (como el poema, el relato o el microrrelato), su mezcla de iron¨ªa y lucidez, su tendencia a la intertextualidad o su preocupaci¨®n por los t¨ªtulos de las obras. Cosa curiosa en un Rey, cuya figura representa el orden, Felipe VI tambi¨¦n le agradeci¨® ¡°haberse mostrado a menudo rebelde, insumisa y transgresora¡±.
Corrillos y canap¨¦s
Tras las palabras reales sonaron las notas del Gaudeamus igitur, ¡°alegr¨¦monos pues¡±. Tal vez esa alegr¨ªa que expresa en lat¨ªn el c¨¦lebre himno estudiantil ven¨ªa porque era la hora del aperitivo y porque, una vez finalizado el acto, era el momento del tradicional c¨®ctel y los fluidos corrillos. Fuera llov¨ªa l¨¢nguidamente, como si fueran versos. Ah¨ª, adem¨¢s de figuras de la cultura y miembros del jurado, se pudo ver a otros representantes de la pol¨ªtica, como el socialista Javier Solana, la l¨ªder de la oposici¨®n madrile?a M¨®nica Garc¨ªa, de M¨¢s Madrid, o la diputada regional de Vox, Roc¨ªo Monasterio. Hab¨ªa consenso en torno al ¨¦xito del evento: r¨¢pido (alrededor de una hora), suficientemente interesante y sin dolor. Entre los canap¨¦s, brochetas de pulpo, embutidos ib¨¦ricos o primorosas hamburguesitas: comer tambi¨¦n es cultura, a veces su fin ¨²ltimo.
No es la primera vez que el premiado no puede leer su discurso: en 1996, el poeta asturiano Jos¨¦ Garc¨ªa Nieto, asisti¨® a la gala en silla de ruedas y debido a su estado debilitado, ley¨® el discurso su amigo, el tambi¨¦n poeta Joaqu¨ªn Benito de Lucas. Y no es la primera vez que un galardonado no puede asistir a recoger el premio de manos del Rey de Espa?a. En 2012, el poeta chileno Nicanor Parra, enfermo al otro lado del charco, envi¨® a su sobrino, mientras que m¨¢s recientemente, el a?o pasado, los reyes se acercaron a la localidad valenciana de Oliva, Valencia, a entregar el premio en mano al casi nonagenario Francisco Brines, cual majestuosos repartidores de Amazon.
Cristina Peri Rossi, premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2021, acab¨® su discurso con unos versos: ¡°El futuro es la sombra del pasado / en los rojos rescoldos de un fuego / venido de lejos, / no se sabe de d¨®nde¡±.
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