¡°?Qu¨¦ es ser anormal?¡±: Cristina Peri Rossi, el amor como una droga
La escritora uruguaya, que recibir¨¢ el Premio Cervantes el pr¨®ximo viernes, narra el deseo y el cuerpo de una forma imp¨²dica, divertida y sensual, desde su identidad de mujer lesbiana. ¡®Babelia¡¯ publica un poema in¨¦dito, que formar¨¢ parte de su nuevo libro, ¡®Reflejos¡¯
¡°?Qu¨¦ es ser anormal?¡±. Cuando Cristina Peri Rossi (Montevideo, 80 a?os) pregunt¨® esto a su madre, ten¨ªa 13 a?os. Hab¨ªa vivido lo suficiente como para saber que ¡°las mujeres callaban no porque no tuvieran nada que decir, sino por miedo¡± e intuir que ¡°la sociedad no quer¨ªa que usara pantalones, ni leyera algunos libros, ni me hiciera preguntas¡±. Ella, que ya aborrec¨ªa la ignorancia deliberada de los adultos (¡°no saber creaba angustia e incertidumbre¡±), necesitaba encontrar la l¨®gica a por qu¨¦ Alina, su compa?era de clase, hab¨ªa ido corriendo a buscarla ese d¨ªa a la hora del recreo mientras le¨ªa las Rimas, de B¨¦cquer, para decirle que las dos eran ¡°anormales, homosexuales como los maricones, pero en mujeres¡±. Esa muchacha, que a?os despu¨¦s se cas¨® en un esfuerzo in¨²til de dejar de amar a otra y acab¨® suicid¨¢ndose, tambi¨¦n le dijo en aquel patio escolar que lo suyo era de pecadoras. ¡°Somos monstruos, por eso no nos quieren¡±, le dijo. Peri Rossi, que andaba entonces suspirando por Elsa, una compa?era que renunci¨® a vivir ese amor correspondido por el qu¨¦ dir¨¢n, decidi¨® esa misma noche que nunca m¨¢s se comulgar¨ªa ni se confesar¨ªa. Tambi¨¦n advirti¨® a su madre que esa no ser¨ªa la ¨²nica vez que exigir¨ªa respuestas para todas las preguntas inc¨®modas que rondaban por su cabeza: ¡°Voy a ser escritora¡±, vaticin¨®, en un episodio que rememorar¨ªa despu¨¦s en La insumisa, sus memorias de infancia y juventud.
Casi siete d¨¦cadas despu¨¦s de que la hicieran sentir ¡°anormal¡± sin serlo, la autora de la rebeld¨ªa, el goce, la transgresi¨®n y la construcci¨®n de la identidad ser¨¢ la sexta mujer en alzarse con el Premio Cervantes el pr¨®ximo 23 de abril. Peri Rossi, la ¨²nica a la que la cr¨ªtica abri¨® las puertas de aquel masculinizado club que fue el del boom latinoamericano de los sesenta y los setenta, se une a esa reducida lista femenina que, en este casi medio centenar de ediciones, tambi¨¦n ha premiado a Mar¨ªa Zambrano (1988), Dulce Mar¨ªa Loynaz (1992), Ana Mar¨ªa Matute (2010), Elena Poniatowska (2013) e Ida Vitale (2018).
La experiencia amatoria fue su remedio para superar esa idea de desarraigo ¡ªde las apariencias, de las cadenas de la feminidad y de la propia idea de patria y hogar¡ª que atraviesa su obra
Convaleciente y ¡°muy cansada¡± para dar entrevistas, como comunica a este diario, Peri Rossi ha sido reconocida por ¡°su compromiso con temas clave de la conversaci¨®n contempor¨¢nea como la condici¨®n de la mujer y la sexualidad¡±. Reacia a limitar su universo con etiquetas o convenciones de cualquier tipo, la poeta y escritora ya apunt¨® maneras al resaltar el apellido de su madre (Julieta Rossi) en su nombre, para dejar constancia de la devoci¨®n que sent¨ªa por aquella cultivada maestra que ten¨ªa ¡°los ojos del color del tiempo¡± y como desd¨¦n por un padre alcoh¨®lico y violento (Ambrosio Peri), un trabajador textil al que nunca quiso parecerse ¡ªde ni?a, cuando le preguntaban qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor, ella siempre respond¨ªa ¡°casarme con mi madre¡±¡ª. Rabiosamente moderna, divertida y sensual sin importar el momento en que se lea ¡ªsobre la deconstrucci¨®n de la masculinidad ya nos ven¨ªa advirtiendo desde hace tiempo¡ª, el Cervantes reivindica a una mujer que ha vivido y ha amado, much¨ªsimo. Algo que anticip¨® a sus 22 a?os, cuando escogi¨® el t¨ªtulo Viviendo para su primera colecci¨®n de relatos, uno de sus libros m¨¢s buscados. Desde entonces, Peri Rossi ha tratado al amor como lo que es, una droga; se ha rebelado contra el g¨¦nero biol¨®gico y ha escrito para ponerse en ¡°el lugar de los perdedores¡±: ¡°A los efectos del amor, el sexo de los que se aman no tiene ninguna importancia. Como no la tienen el color de la piel, la edad, la escala social o la geograf¨ªa¡±, escribi¨® en La insumisa. La experiencia amatoria fue su remedio para superar esa idea de desarraigo ¡ªde las apariencias, de las cadenas de la feminidad y de la propia idea de patria y hogar¡ª que atraviesa su obra.
Como apunt¨® en El viaje, a prop¨®sito de su exilio temprano en barco de Montevideo a Barcelona: ¡°Partir / es siempre partirse en dos¡±. Se fue a los 31 a?os, amenazada y perseguida por la que se convertir¨ªa en la dictadura militar uruguaya. ¡°?Qu¨¦ sab¨ªa yo de Barcelona cuando me sub¨ª al Cristoforo Colombo y en lugar de de?sem?bo?car en G¨¦nova, su destino, me qued¨¦ all¨ª? El catal¨¢n, la monta?a, el Tibidabo; un poeta, Salvador Espriu, y algunos nov¨ªsimos le¨ªdos unos meses antes de mi partida: Pere Gimferrer, Ana Mar¨ªa Moix¡±, escribi¨® sobre ese trayecto. Y aunque Estado de exilio (Visor, 2003) suele ser su poemario de referencia al contextualizar los efectos de ese ¨¦xodo, la escritora y cr¨ªtica literaria Nora Catelli elige La nave de los locos (1984) para reivindicarla. ¡°Contra la oleada de neosentimentalismo en los noventa y la euf¨®rica autoafirmaci¨®n del empoderamiento de las mujeres del siglo XXI, aqu¨ª usa el motivo de la nave para unir personajes que sufren y gozan, mienten y se usan¡±, apunta sobre este laboratorio moral en el que la uruguaya despliega todo su arsenal. ¡°Despojados de las exigencias de la normalidad, ya que est¨¢n en un manicomio navegante, practican la pedofilia, la gerontofilia, la homofilia y la impotencia¡±, recuerda sobre una novela en la que ¡°el impulso festivo lo impregna todo¡±.
¡°Leerla me dio poder para amar y para escribir¡±, dice la poeta Sara Torres, que la tilda de ¡°valiente e ir¨®nica¡±
Si en Las replicantes (2016) Peri Rossi escribi¨®: ¡°Nadie sale de la guerra / ni del amor / ilesa¡±, se podr¨ªa decir que pr¨¢cticamente tampoco se sale indemne de la experiencia de leerla. Basta con charlar con la generaci¨®n de autoras y editoras que se han transformado sentimental y creativamente por el impacto de sus textos. ¡°No solo me ha influido en la escritura, sino principalmente en la vida, en las pr¨¢cticas del amor¡±, explica por correo electr¨®nico la poeta Sara Torres (Gij¨®n, 31 a?os), que, con La otra genealog¨ªa (Torremozas, 2014), gan¨® el Premio Nacional de Poes¨ªa Gloria Fuertes. Cuando la autora de Phantasmagoria (La Bella Varsovia, 2019) descubri¨® a Peri Rossi, todav¨ªa estaba en el instituto. La uruguaya no solo le descubri¨® por primera vez un texto que recogiese los v¨ªnculos de deseo entre mujeres (¡°con su poes¨ªa empec¨¦ a imaginar a las mujeres de forma distinta, hasta cierto punto independiente de las eternas narrativas que cuentan a la mujer desde el v¨ªnculo heterosexual¡±), sino que le ofreci¨® ¡°una escritura sensual, valiente, ir¨®nica¡±. ¡°Leerla me dio poder. Para amar y para escribir¡±, sentencia Torres.
Tambi¨¦n la percibe como pionera su editora en Visor, Nicole Brezin, responsable de una edici¨®n especial que sali¨® a la venta en febrero y que incluye Las musas inquietantes, excluida en su poes¨ªa reunida anterior. ¡°Peri Rossi es una adelantada a su tiempo. El hecho de que hoy podamos hablar de las cosas que hablamos tiene que ver con que ella y muchas otras hayan podido escribir sobre eso. A m¨ª me sorprende que no se hubiera convertido mucho antes en un s¨ªmbolo de la lucha feminista. Supongo que ahora con el premio eso cambiar¨¢¡±, aventura.
¡°No conozco personalmente a Peri Rossi, pero siento que s¨ª¡±, a?ade la editora de Tr¨¢nsito, Sol Salama, que la descubri¨® a los 18 a?os y confirma que, desde entonces, el libro que m¨¢s ha regalado es su poemario Estrategias del deseo (2004). ¡°Entonces no conoc¨ªa muchas autoras que escribiesen abiertamente desde su identidad de mujer lesbiana y que narrasen el deseo, el cuerpo, de una forma tan imp¨²dica e inmediata, tan subversiva¡±, dice Salama sobre un estilo que ¡°te aderezaba la cat¨¢strofe con la iron¨ªa justa¡±. Esa cercan¨ªa, que lo mismo te desgarra como te arranca una carcajada, posiblemente, haya sido la mejor arma de Peri Rossi. ¡°Con ella comprend¨ª que no es necesaria la solemnidad, ni siquiera a la hora de tratar temas dif¨ªciles. El sentido del humor y la ternura son herramientas que, bien usadas, pueden ser m¨¢s efectivas¡±, resume su editora en Visor. El pr¨®ximo viernes, una mujer libre que nunca quiso encajar ni imitar el canon de nadie recibir¨¢ el m¨¢ximo galard¨®n de las letras hispanas. Ha costado d¨¦cadas, pero nunca es tarde si la dicha es comprobar c¨®mo esa transgresi¨®n femenina, la de ¡°las anormales¡±, al fin cuenta con un Cervantes.
¡®Habitaci¨®n 424¡ä, un poema in¨¦dito de Cristina Peri Rossi
La vida es un cuento sin sentido lleno de furor y de ruido narrado por un idiota. (Shakespeare)
Quiz¨¢s si esto hubiera sido lo ¨²nico
que nos hubieran ense?ado
desde el principio
y dogm¨¢ticamente
como una religi¨®n
no habr¨ªan existido ni guerras
ni amores ni desamores
ni elocuencia ni violaciones
ni rascacielos
y hubi¨¦ramos desaparecido ya
como los dinosaurios extinguidos.
Ni la habitaci¨®n 424 por supuesto
del hospital
entre tubos, v¨ªas,
el recuerdo de vos
y de otras
de vos de vos
y la lectura del peri¨®dico
que me recuerda que la vida
es un cuento sin sentido
lleno de furor y de ruido
narrado por un idiota.
Y la idiota soy yo.
(Poema in¨¦dito del libro ¡®Reflejos¡¯, de Cristina Peri Rossi, que se publicar¨¢ pr¨®ximamente).
Un estado de celo po¨¦tico
Cuando se publicaron las Rimas de Bécquer, con todas las deficiencias que tuvo aquella primera edición preparada por los amigos a la muerte del escritor, la poesía en lengua española inició un giro radical, alejándose de la filigrana retórica y del énfasis para acercarse al oído de los lectores y hablarles con sus palabras. “Poesía eres tú”, escribirá Bécquer, convencido de que la belleza de la mujer es para él la mejor inspiración, porque nace de un deseo verdadero. Fue un giro que vería notables avances en el futuro, de Alfonsina Storni a Nicanor Parra. La poeta uruguaya Cristina Peri Rossi forma parte de esa nueva corriente “conversacional” inaugurada con Bécquer, que ha permeado la poesía del siglo XX y que, con el mayor eclecticismo, sabe combinar la tradición cultural con el habla de la calle y una poderosa subjetividad teñida de una suave ironía. En el prólogo a su Poesía reunida (Lumen, 2005), Peri Rossi reconoce la deuda contraída con el poeta sevillano: lo leyó a los 13 años en su Montevideo natal, tal vez en la biblioteca de su admirado tío Tito, culto y misógino a la vez, y aquella lectura decidió su futuro: ella también quería ser poeta, no tanto escritora como poeta, intuyendo que la poesía podía ser la expresión más elevada de la literatura.
Su primer libro de poemas se tituló Evohé. Poemas eróticos (Girón, 1971) y lo escribió en lo que ella misma define como un estado de celo poético. No hay por qué dudarlo, pues el libro no solo es la clave de su poesía posterior por el afianzamiento del erotismo y la voluptuosidad, sino por el atrevimiento, siendo una mujer, de escribir sobre su amor a las mujeres: uno de sus poemas, titulado ‘Oración’, es uno de los textos más audaces que pudieron leerse en la época. Acaba: “Silencio. / Orad: ella ha abierto sus piernas. / Todo el mundo arrodillado”.
Aquel libro fue un escándalo ciudadano, pero también ubicó de inmediato a Peri Rossi como una poeta formal y conceptualmente transgresora, pues su objeto de deseo tenía muy poca tradición (Safo, sor Juana Inés de la Cruz, Renée Vivien y poco más). “Me convertí, sin quererlo, en la Rimbaud de la ciudad, la misma, por cierto, en la que había nacido el conde de Lautréamont”. En 1971 Peri Rossi tenía 30 años, y a Evohé le seguirían otros poemarios hasta llegar a Estrategias del deseo (Lumen, 2004), un libro fundamental en su trayectoria. Como lectores de su obra siempre nos enfrentamos al deseo. Un deseo que, siendo el que es, al mismo tiempo se siente liberado de cuestiones de género, y en ese aspecto insistirá la poeta una y otra vez. En todo caso, ¿cómo acercarse a él con palabras? Eso supone el asedio constante de la experiencia: las palabras persiguen los plexos del deseo como el cazador al bisonte que huye (una metáfora que se emplea en Lingüística general). De modo que podría definirse la poesía de Peri Rossi como un largo proceso de traducción que consiste en liberar el potencial semántico de la experiencia amorosa y procesarlo en un lenguaje disponible y mundano. Los asedios son inacabables. Tal vez el amor se agote, pero nunca la necesidad de expresar su trascendencia en toda vida humana. Y Peri Rossi es su escriba.
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