Tras los pasos de Goya de la mano de Jean-Claude Carri¨¨re
El nuevo documental de Jos¨¦ Luis L¨®pez-Linares, que se estrena en Cannes Classics, se ha convertido en la ¨²ltima aparici¨®n del m¨ªtico guionista de Bu?uel, que sirve como cicerone en la obra y la vida del primer pintor contempor¨¢neo
Era un proyecto con alma did¨¢ctica: presentar la obra y la vida de Francisco de Goya, pintor fundamental en la historia del arte, a la audiencia francesa, poco consciente de su importancia y su legado. A Jos¨¦ Luis L¨®pez-Linares (Madrid, 66 a?os) le son¨® a maravilla. ¡°Me buscaron desde Francia y ya estaba Carri¨¨re en el paquete¡±, cuenta el director de Asaltar los cielos, El pollo, el pez y el cangrejo real o Altamira: el origen del arte. No era la primera vez que L¨®pez-Linares se acercaba a Goya, ni que trabajaba con Jean-Claude Carri¨¨re, el guionista que ha dejado una enorme huella en el cine mundial por su trabajo con Milos Forman, todos los grandes del cine de autor europeo y, sobre todo, su amistad y su labor junto a Luis Bu?uel. ¡°Jean-Claude pidi¨® que no hubiera un guion al uso, y decidimos seguir sus pasos detr¨¢s de Goya¡±. As¨ª naci¨® Goya, el ojo que escucha, estrenado este s¨¢bado por la noche en la secci¨®n Cannes Classics del festival franc¨¦s.
Ni ¨¦l ni nadie vieron venir la muerte a mitad de rodaje de Carri¨¨re. ¡°Estaba bien de salud. Por las calles de Belchite nos sacaba ventaja. Rodamos con ¨¦l 10 d¨ªas en Espa?a, despu¨¦s en Par¨ªs... y no pod¨ªas ni intuir que iba a morir. Hab¨ªamos planeado filmarle un poco m¨¢s, y con su desaparici¨®n, a cambio, entraron en el proyecto su viuda, amigos como Schnabel¡±, recuerda el cineasta. En pantalla se produce un eco melanc¨®lico: Carri¨¨re habla de Goya y de repente su viuda le menciona en pasado. Algo parecido a lo que ocurre con los cuadros de Goya: hechos en el pasado, cualquiera ante su presencia encuentra ecos del presente. ¡°En realidad, los documentales son una forma de resucitar lo retratado, y que el p¨²blico adivine sus propias conexiones con lo proyectado¡±, asegura L¨®pez-Linares.
Julian Schnabel clava la definici¨®n de los artistas que asoman en el filme: ¡°Carri¨¨re y Bu?uel son de la estirpe de Goya¡±, y sobre el guionista ahonda: ¡°Era una enciclopedia de sentimiento y talento, y a la vez un ni?o de 89 a?os. Ya no hay gente as¨ª¡±. L¨®pez-Linares lo corrobora: ¡°Se pon¨ªa delante de un cuadro o en la casa natal de Goya y ah¨ª empezaba a narrar, a recordar una historia que llevaba a otra¡±. El franc¨¦s va enlazando lecciones de arte con sentimientos provocados por la obra y de ah¨ª salta a sus propios recuerdos. Como cuando, en el Prado, delante de Perro semihundido, recuerda que ese can es id¨¦ntico a uno que ten¨ªa Bu?uel en M¨¦xico, Tristana, ¡°al que ¨¦l llamaba Tristanita¡±. La emoci¨®n amartilla su voz. ¡°Un¨ªa los puntos¡±, cuenta el cineasta. Porque el filme tambi¨¦n sirve como testimonio del don de Carri¨¨re, un excepcional narrador. ¡°Cuando cort¨¢bamos no le quit¨¢bamos el micr¨®fono, porque segu¨ªa desgranando an¨¦cdotas. Ten¨ªa una imponente curiosidad por cosas tan distintas como la mec¨¢nica cu¨¢ntica, el teatro, Espa?a...¡±.
Y adem¨¢s, surge la sombra de Bu?uel. ¡°Tanto Bu?uel como Goya eran aragoneses, vivieron en Madrid, mezclan folclore con historias negras... Carri¨¨re nos llevaba en la conversaci¨®n de uno a otro¡±, reflexiona L¨®pez-Linares. Y a todos les une el exilio, lo que Carri¨¦re concreta en una frase contundente: ¡°El mundo est¨¢ hecho de gente que no est¨¢ en su casa¡±.
El filme cimienta la idea de que Goya fue el primer pintor contempor¨¢neo. ¡°Lo cuenta muy bien en pantalla Carlos Saura, ?no? Esa capacidad incre¨ªble de Goya de pintar los retratos m¨¢s delicados, los detalles m¨¢s bellos y a la vez nadie ha pintado tantas escenas de violencia, crueldad y sufrimiento como ¨¦l¡±, explica el director. Y que las tuviera en casa, algo sobrecogedor. ¡°Es fascinante¡±. Como su mundo de sordera, un universo del que Goya, el ojo que escucha aporta nuevas revelaciones. ¡°Todo esto espero que sirva para popularizar a Goya en Francia. Tras la proyecci¨®n en Cannes, el documental se ver¨¢ en el museo del Louvre y luego en salas en busca de ese objetivo¡±, insiste L¨®pez-Linares.
Carri¨¨re se despide de las dos majas, la desnuda y la vestida. No saben si es una o son dos, si hay que hablarles en singular o en plural. En todo caso, les da las buenas noches, y apunta que ojal¨¢ vuelva al Prado a verlas. Su muerte trunc¨® su anhelo.
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