Se busca comprador para la casa de Calder¨®n de la Barca en Cantabria

La rica herencia de los Calder¨®n de la Barca parte de lo cultural y llega a lo patrimonial. Diego Calder¨®n, padre del dramaturgo Pedro Calder¨®n de la Barca (1600-1681), era secretario de Hacienda con Felipe II y Felipe III cuando en el imperio espa?ol no se pon¨ªan ni el sol ni las riquezas de la ¨¦lite. Su hijo, criado en buenos ambientes tanto cuando la corte se asentaba en Valladolid como en Madrid, impuls¨® el apellido hasta la c¨²spide en el Siglo de Oro. El progenitor proced¨ªa de la hoy Cantabria y sus sucesores extendieron sus inversiones por el norte, aunque con el tiempo se erosion¨® su herencia. Entre aquellas propiedades se inclu¨ªa una casona en San Vicente de Toranzo (370 habitantes) que pas¨® de mano en mano hasta llegar hoy a la ONG Manos Unidas, cedida en herencia por su ¨²ltima due?a, que a principios de mayo decidi¨® sacar a subasta el inmueble para obtener financiaci¨®n. El periodo para presentar ofertas concluye el 22 de junio, pero no parece que vaya a ser f¨¢cil encontrar comprador.

La letra peque?a de la operaci¨®n, que ha tasado el inmueble en 230.000 euros, explica esa dificultad. La casa fue catalogada como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) en 1993, de modo que el propietario debe garantizar unos cuidados sobre esta vivienda hist¨®rica. Adem¨¢s, la ¨²ltima propietaria llevaba varios a?os sin residir en ella y se hacen necesarias unas reformas y actualizaciones que engrosar¨ªan el importe y deber¨ªan ser aprobadas por quienes velan por esta clase de bienes, en este caso la comunidad aut¨®noma c¨¢ntabra. Pedro Mora, encargado de subastas de la entidad que ahora es la due?a, explica que ¡°ninguna Administraci¨®n p¨²blica ha mostrado especial inter¨¦s¡± y que al ofrecerla sin ¨¦xito mediante inmobiliarias han cre¨ªdo que la subasta ¡°es transparente y da las mismas oportunidades¡±. El representante de Manos Unidas lamenta que otras residencias c¨¢ntabras de los Calder¨®n de la Barca y descendientes ¡°apenas se hayan cuidado y est¨¦n casi ruinosas¡±.

La residencia del autor de La vida es sue?o lleg¨® a la ONG como legado de una mujer que enviud¨® y no ten¨ªa hijos. Ella y su marido, procedentes de Burgos, hab¨ªan comprado este palacete en 1962 para disponer de una ¡°casa de veraneo¡±, seg¨²n Mora. Al fallecer primero el hombre y luego ella con 89 a?os, el testamento revel¨® la magnanimidad de los burgaleses. ¡°El que la quiera es porque tiene especial inter¨¦s en Calder¨®n de la Barca o en conservar estos bienes¡±, admite el administrador de la subasta, que explica que estas asociaciones suelen recibir bienes inmuebles, pero que las responsabilidades que acarrean les invitan a traspasarlos para obtener dinero por ellos. ¡°Necesita algunas reformas, pero no est¨¢ en mal estado¡±, a?ade, y conf¨ªa en que los contactos recibidos se materialicen en propuestas firmes. El Ayuntamiento de San Vicente de Toranzo vive al margen del proceso, indican fuentes municipales, a la espera de novedades.

Quien invierta en este BIC del siglo XVIII gozar¨¢ de una casona a las afueras del pueblo con una casa aleda?a, un cercado con una monumental portalada de piedra que recibe al visitante y un reloj de sol algo erosionado. La antigua morada del escritor dispone de dos pisos, con arcos de medio punto en el inferior, y unas ventanas sim¨¦tricas desde las que se puede contemplar el verdor caracter¨ªstico de esta zona, a unos 35 minutos en coche de Santander, a otros tantos de la playa m¨¢s cercana y cerca de los apacibles valles del Pas, famosos por su calma y sus sobaos artesanales.

La impronta de que all¨ª habitaron los herederos del literato, firmante de m¨¢s de 200 obras, se aprecia en un escudo de armas familiar datado en 1752. La her¨¢ldica preside la parte superior de la fachada principal del edificio, frente a una enorme parcela de m¨¢s de 1.000 metros cuadrados. En la segunda planta hay una galer¨ªa abalconada, sustentada por siete pilares de madera. Los portones de la casa permanecen cerrados mientras Manos Unidas busca quien se haga cargo de la vivienda. Si no se encuentra un interesado, habr¨¢ que recurrir a colocar el cartel de ¡°Se vende¡±.