Los cineastas independientes, en la batalla de encontrar p¨²blicos m¨¢s all¨¢ de las salas tradicionales
Santi Amodeo (¡¯Las gentiles¡¯) y Jon¨¢s Trueba (¡¯Ten¨¦is que venir a verla¡¯) charlan sobre la ca¨ªda de la taquilla, la aceptaci¨®n de la actual realidad y las nuevas maneras de estrenar y consumir pel¨ªculas
A un lado de la pantalla, Santi Amodeo (Sevilla, 52 a?os), director que forma parte de la generaci¨®n del cine andaluz que ha dado un buen pu?ado de creadores, t¨¦cnicos y actores, y que encabeza Alberto Rodr¨ªguez. Es m¨¢s, Amodeo y Rodr¨ªguez codirigieron juntos su primera pel¨ªcula, El factor Pilgrim (2000). ¡°Yo he podido hacer lo que he querido, pero desde un modelo industrial. Me fijaba en la taquilla, aunque no me obsesionaba. Hasta ahora¡±, confiesa el sevillano, que el pasado viernes 3 estren¨® Las gentiles, drama adolescente alabado por la cr¨ªtica y bien promocionado en medios, pero que ni siquiera entr¨® el pasado fin de semana en el listado de las 20 m¨¢s vistas en Espa?a.
Al otro lado, Jon¨¢s Trueba (Madrid, 40 a?os). Debut¨® con Todas las canciones hablan de m¨ª (2010), ¡°mi primera y ¨²nica pel¨ªcula que entrar¨ªa en el modelo industrial, el que yo hab¨ªa visto en casa de mis padres [el director Fernando Trueba y la productora Cristina Huete]¡±, recuerda. Con la siguiente, Los ilusos (2013), mont¨® su propia productora y empez¨® a acompa?ar a sus filmes, a proyectarlos fuera de los circuitos comerciales. Entr¨® en la ola de un llamado ¡°otro cine espa?ol¡±, que incluso se agrup¨® en la Uni¨®n de Cineastas, que luch¨® contra imposiciones legislativas que cortaron las alas del cine de autor. El pr¨®ximo viernes 17 Trueba estrenar¨¢ Ten¨¦is que venir a verla, 61 minutos de ficci¨®n en contraposici¨®n a los 220 minutos de Qui¨¦n lo impide, su documental del a?o pasado. Ambos, dos generaciones diferentes que se respetan, acceden a charlar v¨ªa telem¨¢tica desde sus respectivas ciudades natales para reflexionar sobre cine de autor, cine independiente, p¨²blico que ha huido en masas de las salas, la sempiterna crisis del cine espa?ol y la dolorosa sombra que se cierne con la nueva ley de la comunicaci¨®n audiovisual.
Empieza el menor, porque no ha pasado ni un a?o de su anterior estreno, ya est¨¢ promocionando la nueva, y en oto?o rueda de nuevo, esta vez en Granada. ¡°Se han encadenado en un ritmo que ni es habitual en m¨ª ni lo deseo. Cosas de la pandemia¡±, explica. Amodeo se r¨ªe: ¡°Yo he sido mucho m¨¢s lento y ahora he pillado velocidad, tambi¨¦n de manera extra?a¡±. Trueba calienta la charla: ¡°Tal y como lo entendemos directores como nosotros el cine ya se ha quedado en una burbuja, muy circunscrito a un mundo tradicional. Y ha cambiado el consumo, se ha instalado una idea de que todo puedes verlo desde casa, que en parte es verdad. Todo eso provoca la pereza de ir a las salas. Le cuesta entrar hasta la gente que nos dedicamos al cine, los mayores tienen miedo a la covid y los j¨®venes consumen de otra manera. Aceptemos que las pel¨ªculas ya no tienen la importancia social de antes. No podemos mirar hacia otro lado. Y con todo respiramos a¨²n ese viejo modelo, que se est¨¢ acabando¡±.
Amodeo recuerda que en noviembre Los gentiles se estren¨® en el festival del cine europeo de Sevilla. ¡°Y estaban las salas llenas... aunque entiendo que ocurri¨® porque ese p¨²blico quer¨ªa vivir el evento¡±. Trueba lo se?ala: ¡°Como Alcarr¨¤s: la gente la ve porque es la peli de autor de la temporada, pero es un ¨¦xito entre cien. Surge la idea de que es la pel¨ªcula buena que hay que ver este a?o. Y oye, les felicito, sin que se me olvide de que es un caso muy particular. Lo mismo me pasa en Madrid en la Filmoteca, que rebosa en algunas sesiones. No me enga?o: una burbuja cin¨¦fila. Pero aquella l¨®gica de hacer campa?a, estrenar y tener un n¨²mero grande de espectadores muri¨®¡±. El madrile?o no suena melanc¨®lico, sino que testimonia la actualidad. ¡°Est¨¢ desapareciendo la clase media cinematogr¨¢fica igual que ocurre en la sociedad¡±. Desde Sevilla, Amodeo asiente: ¡°Yo ven¨ªa de hacer mucha taquilla con mis cuatro primeras pel¨ªculas, y esa racha me llev¨® hasta ?Qui¨¦n mat¨® a Bambi? en 2013, con 150.000 espectadores. Jam¨¢s me volver¨¦ a acercar a eso. En 2019 estren¨¦ Yo, mi mujer y mi mujer muerta, no gust¨®, es entendible... Y ahora Las gentiles me ha dejado sin aire. Me voy a Granada esta semana a presentarla. Curioso, cuando la acompa?o se llena las salas¡±. Por contrato con las televisiones que participan en ella se ha estrenado en m¨¢s de 25 pantallas. Su realizador apunta: ¡°Me hubiera gustado hacerlo en menos sitios y concentrar las energ¨ªas¡±.
Trueba sonr¨ªe: ¡°Por un lado, me enfada que las pel¨ªculas parezcan no tener valor propio, como si no se pudieran defender solas, y haya que acompa?arlas de ciudad en ciudad. Por otro, yo empec¨¦ a dirigir tras la crisis de 2008 y tuve que asumir esas giras¡±. Y entra a deg¨¹ello en el tema de la taquilla: ¡°Jam¨¢s he tenido la sensaci¨®n de que mis filmes se vieran poco. Todo lo contrario. Ahora bien, no en salas comerciales. Mi p¨²blico es peque?o, fiel, y me ha permitido nunca perder dinero. Es m¨¢s, siempre he invertido ganancias en la siguiente¡±. Pone como ejemplo Qui¨¦n lo impide, que seg¨²n el Ministerio de Cultura tuvo 4.290 espectadores. ¡°Si sumas cinetecas, eventos y festivales, llegar¨¢ hasta 10.000, y sale rentable por su bajo coste, sus ventas a una televisi¨®n y alguna distribuci¨®n internacional¡±. ?C¨®mo se saca beneficio de ese cine? ¡°Yo me ajusto a una escala chiquitita, donde logro pagar aunque sea de bajo presupuesto. Son pel¨ªculas posibilistas: rodadas en pocos d¨ªas, con el material cercano. Ahora bien, ese es mi modelo, no el que debe de regir el cine espa?ol¡±.
Amodeo entiende que le tocar¨¢ subirse a ese carro. ¡°?Qui¨¦n mat¨® a Bambi? fue un encargo. Me lo pas¨¦ muy bien, pero desde entonces me llegan constantemente guiones similares que rechazo. Soy austero, no necesito mucho, me gusta hacer lo m¨ªo en libertad... Y ahora entiendo que solo me va a quedar ese camino¡±. Le interrumpe Trueba: ¡°Mola que t¨², que Astronautas fue fundamental para m¨ª, lo comprenda. Aunque a la vez no se puede renunciar a la batalla, y mientras se pueda lanzarnos a una pel¨ªcula industrial para salas, aspirar a alcanzarlas. Ahora, la taquilla no salvar¨¢ la financiaci¨®n del cine espa?ol¡±. Y recuerda Amodeo: ¡°El factor Pilgrim tuvo en salas 15.000 espectadores; la primera vez que se puso en televisi¨®n, m¨¢s de 400.000. Y ahora en la web de TVE la puedes recuperar cuando quieras. Tanto Las gentiles como Qui¨¦n lo impide van a un p¨²blico adolescente, y se ven... aunque no quede se?al en los registros tradicionales ni de la manera que est¨¢bamos habituados. Mi mirada es antigua, me tendr¨¦ que adaptar¡±. A lo que el madrile?o apostilla: ¡°A veces se estrena un filme en salas, nadie habla en internet de ¨¦l, se lanza en plataformas y las redes estallan en comentarios. La gente se apunta a aquello de lo que todo el mundo est¨¢ hablando para aparecer en lo que todo el mundo charla¡±. Y en esos fen¨®menos de moda entran No mires arriba o Drive My Car. ¡°El ser humano es gregario, y ahora lo que se lleva son las redes sociales¡±.
Hay tal ignorancia en la clase pol¨ªtica sobre el cine que hacemos que se creen que por atraer rodajes internacionales e inversiones tambi¨¦n nacer¨¢n pel¨ªculas ¡®indies¡¯ y se multiplicar¨¢ la variedad¡±
De ah¨ª el salto a la inminente aprobaci¨®n de la Ley de comunicaci¨®n audiovisual. ¡°Se ve¨ªa venir¡±, se escucha desde Sevilla. ¡°Entiendo que hay casas que pagar, hijos que alimentar..., pero no nos lancemos a trabajar solo para plataformas: eso es bueno y a la vez perverso¡±, lanza Trueba. ¡°Hay tal ignorancia en la clase pol¨ªtica sobre el cine que hacemos que se creen que por atraer rodajes internacionales e inversiones tambi¨¦n nacer¨¢n pel¨ªculas indies y se multiplicar¨¢ la variedad¡±.
El momento es brutal, coinciden. ¡°No se puede rechazar esa radiograf¨ªa de la realidad; con todo batallemos¡±, analiza el madrile?o. Y pis¨¢ndose el uno al otro, concuerdan. ¡°Si creemos en las salas de cines, ayud¨¦moslas, aguantemos, quiero que existan. Confiemos en que en un futuro cercano se pare la ca¨ªda de espectadores, y vuelva a apetecer la gran pantalla¡±.
Babelia
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