De Godzilla al apocalipsis: Hiroshima y Nagasaki como origen de la distop¨ªa en la cultura popular japonesa
Los bombardeos at¨®micos inspiraron monstruos devastadores y anticiparon los escenarios de ruinas y desolaci¨®n donde transcurren desde hace d¨¦cadas pel¨ªculas y obras esenciales de la industria del manga y el ¡®anime¡¯ nipona
Los bombardeos at¨®micos de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y el 9 de agosto de 1945, inspiraron monstruos devastadores como Godzilla y anticiparon el mundo dist¨®pico de ruinas y desolaci¨®n donde transcurren desde hace d¨¦cadas las obras esenciales de la cultura popular japonesa. Su piel rugosa asemejaba las quemaduras de los irradiados por las bombas, y su rugido evocaba el lamento ag¨®nico de un animal malherido. En su debut en los cines japoneses, en 1954, se llam¨® Gojira por la fusi¨®n de las palabras japonesas para gorila (gorira) y ballena (kujira). Dirigida por Ishiro Honda en 51 d¨ªas, un tiempo r¨¦cord para una pel¨ªcula de efectos especiales, recurri¨® a un actor ataviado con un disfraz de l¨¢tex que destru¨ªa miniaturas de Tokio e irradiaba a sus aterrorizados habitantes con su aliento radiactivo.
Gojira fue catalogada como un producto de serie B dif¨ªcil de vender al p¨²blico occidental por su elenco totalmente japon¨¦s. En Estados Unidos, el productor Edmund Goldman compr¨® los derechos a la productora japonesa Toho y reestructur¨® la historia alrededor de un protagonista americano, el actor Raymond Burr, en el papel de un periodista de agencia. Con la ayuda de extras filmados de espaldas, Burr dialoga con los personajes de la cinta original y es integrado en las escenas clave como un oportuno observador.
La versi¨®n americana, que se titul¨® Godzilla, el rey de los monstruos, elimin¨® el mensaje pacifista y borr¨® los comentarios pol¨ªticos y las referencias al peligro de las armas at¨®micas. Tal vez sin quererlo, Goldman hizo justicia al plagio cometido por el productor japon¨¦s de Gojira, quien, para anticiparse al previsible ¨¦xito en Jap¨®n de la pel¨ªcula estadounidense El monstruo de los tiempos remotos (1953), hab¨ªa copiado su premisa.
Cuando describe lo que considera un acto de canibalismo cultural, el investigador Hiroshi Morishita recurre a la onomatopeya japonesa para engullir, paku (la misma que dio t¨ªtulo al legendario videojuego Pac-Man). ¡°Los productores de Gojira engulleron la idea de la explosi¨®n nuclear que desata la furia destructiva de una bestia prehist¨®rica¡±, dice Morishita, profesor de Cultura Popular en la Universidad de Soka en Tokio. Explica que el detonante para Gojira surgi¨® unos meses antes de iniciarse el rodaje, cuando la tripulaci¨®n del pesquero japon¨¦s Daigo Fukuryu Maru fue irradiada en una prueba nuclear estadounidense en un atol¨®n del Pac¨ªfico.
El Godzilla americano ayud¨® a crear una de las franquicias de monstruos m¨¢s longevas de la historia del cine mundial, con m¨¢s de treinta secuelas, rodadas la mayor parte por Toho en Jap¨®n. El profesor Morishita a?ade que para mejorar la imagen de la energ¨ªa nuclear, Estados Unidos inici¨® por esa misma ¨¦poca el programa Atoms for peace (?tomos para la paz).
Referente de la cultura japonesa
Jap¨®n, el ¨²nico pa¨ªs v¨ªctima de las armas at¨®micas, fue convertido en promotor de la industria nuclear, y para 1957 hab¨ªa contratado con Estados Unidos 20 reactores nucleares, pese a ser un archipi¨¦lago volc¨¢nico propenso a frecuentes terremotos. ¡°En ese contexto, la tragedia nuclear se convirti¨® en una se?a de identidad de la cultura japonesa¡±, afirma el acad¨¦mico. La destrucci¨®n masiva como premisa y las ruinas como escenario se volvieron recurrentes en el manga y la animaci¨®n y Tokio se convirti¨® en lo que un cr¨ªtico llam¨® ¡°la capital m¨¢s destruida en la ficci¨®n desde la Segunda Guerra Mundial¡±.
Mientras Jap¨®n consolidaba su reputaci¨®n como cuna de la excelencia tecnol¨®gica, nac¨ªa una industria de manga y animaci¨®n cuya exportaciones incluyeron series como Mazinger Z (1972), protagonizadas por robots gigantescos que eran avatares de la devastaci¨®n. La aniquilaci¨®n causada por un evento apocal¨ªptico es la raz¨®n de ser de Nausica? del valle de los vientos (1984), anime firmado por Hayao Miyazaki cuyo ¨¦xito comercial propici¨® el nacimiento del Studio Ghibli, la m¨¢s conocida empresa japonesa del sector.
La abreviaci¨®n japonesa para animaci¨®n, anime (con acento esdr¨²julo), se internacionaliza con Akira (1988), la obra de Katsuhiro Otomo que para muchos puristas dividi¨® en dos la historia del cine dibujado. Su personaje central tiene poderes de psicoquinesia y los usa para borrar del mapa el centro de Tokio con una explosi¨®n que, en vez del hongo ic¨®nico de Hiroshima y Nagasaki, produce una c¨²pula perfecta.
Otro cataclismo global, llamado el Segundo Impacto, da lugar a un mundo posapocal¨ªptico atacado por poderosas criaturas que evocan aut¨®matas como Mazinger Z, en otra popular serie titulada en Neon Genesis Evangelion y creada en 1995 por Hideaki Anno.
La barrera geol¨®gica
Al trauma de los bombardeos at¨®micos se suma la condici¨®n geol¨®gica de archipi¨¦lago volc¨¢nico propenso a constantes terremotos como fuente continua de im¨¢genes e historias de devastaci¨®n. El poder destructor de la energ¨ªa at¨®mica volvi¨® a irrumpir en la realidad japonesa en marzo de 2011, cuando la triple tragedia de terremoto, tsunami y accidente nuclear dej¨® inhabitables vastas ¨¢reas de la provincia de Fukushima.
El terremoto y el tsunami produjeron miles de muertos y la productora Toho esper¨® cinco a?os para lanzar una nueva secuela de Godzilla (Shin Godzilla, 2016) en la que el rey de los monstruos es ahora una criatura que se nutre con los desechos nucleares que fueron vertidos en la bah¨ªa de Tokio. Toho convoc¨® a Hideaki Anno, director de Evangelion, para realizar la pel¨ªcula, que termina con el monstruo congelado y la advertencia de que en cualquier momento podr¨¢ volver a atacar.
Un anime reciente, Bubble (2022), dirigido por Tetsuro Araki, parece indicar que al no poder resistir el enorme atractivo de los escenarios decadentes, los creadores japoneses empiezan a imbuirlos de narrativas optimistas. Bubble es una historia de amor que transcurre en lo que queda de un Tokio contaminado y descascarado donde una banda de hu¨¦rfanos rebeldes compite en espectaculares carreras de parkour. En todas sus entrevistas sobre la pel¨ªcula, Araki explica su intenci¨®n de hacer frente al desencanto del mundo futuro con la imaginaci¨®n: ¡°Intento que la distop¨ªa vuelva a ser utop¨ªa¡±.
Babelia
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