Kelly Reichardt, la reverenciada cineasta independiente que necesita otro trabajo para llegar a fin de mes
La directora estadounidense da clases en la universidad a cambio de libertad creativa: ¡°Encontrar tu voz art¨ªstica significa vivir un tiempo sab¨¢tico. Es algo que no s¨¦ si mis estudiantes podr¨¢n permitirse¡±, dice en el festival de Locarno
Las pel¨ªculas de Kelly Reichardt (Miami, 58 a?os) recuerdan que la vida no es como en las pel¨ªculas. Sus relatos minimalistas son ampliamente celebrados por buena parte de la cr¨ªtica. Aparecen en las listas de Cahiers du Cinema entre lo mejor del a?o y The New York Times los suele calificar de obras maestras. Lo mismo ocurre en los festivales de cine, en especial desde que huyera de las reglas del w¨¦stern en First Cow (2019). En los ¨²ltimos meses ha formado parte de la competici¨®n oficial de Cannes con su ¨²ltimo trabajo, Showing Up, donde recibi¨® la Carroza de oro de la Quincena de realizadores ¡ªpremio a toda una carrera que en a?os anteriores fue a parar a Martin Scorsese y Jane Campion, entre otros¡ª, y ha obtenido un reconocimiento similar en el de Locarno, con un galard¨®n que recogi¨® ayer viernes. Pero no es suficiente. Tal y como explicaba recientemente en una entrevista la actriz Michelle Williams, su int¨¦rprete fetiche, aun siendo venerada por el sector independiente de la industria, la creadora estadounidense necesita de otro trabajo para poder rodar sus proyectos, tras casi tres d¨¦cadas de trayectoria en las que ha logrado estrenar ocho largometrajes.
¡°Kelly pas¨® mucho tiempo en los sof¨¢s de sus amigos. Incluso como cineasta consolidada, ense?a [en Bard College] para financiar su carrera. Al hacer pel¨ªculas con poca frecuencia, no obtiene seguro m¨¦dico del gremio de directores de Estados Unidos. Es as¨ª. Hay un teatro con su nombre en la Sorbona, pero tiene que dar clases para obtener un seguro m¨¦dico¡±, protestaba la interprete en Variety. La propia Reichardt comentaba con humor hace unos a?os durante un encuentro con el p¨²blico en el festival de Londres que ha sido montadora de casi todas sus pel¨ªculas porque era la ¨²nica profesional del sector a la que pod¨ªa permitirse pagar.
¡°Entiendo el punto de vista de Michelle y que saliera a defenderme, pero dar clases de cine, adem¨¢s de alimentarme en el sentido literal del t¨¦rmino, es algo que amo hacer. Lo hago en un lugar fascinante, donde cineastas y videoartistas que admiro imparten clases y donde alguien como Todd Haynes rod¨® en su d¨ªa [Superstar: The Karen Carpenter Story (1988)]. Que yo pueda rodar pel¨ªculas sobre dos hombres que roban leche o sobre la vida de dos ceramistas¡ pues hoy en d¨ªa es un milagro¡±, comenta Reichardt a este peri¨®dico en Locarno, horas antes de recibir su galard¨®n de manos del propio Haynes.
Precisamente Showing Up, que todav¨ªa no ha definido sus fechas de estreno en salas tras su paso por el certamen franc¨¦s, va sobre eso, de c¨®mo las cuitas cotidianas se interponen entre el artista y su inspiraci¨®n. D¨ªas antes de inaugurar una de su exposiciones, una ceramista de Portland interpretada por Williams se enfrenta a la visita de su complicada familia, a su casera/vecina que tambi¨¦n es artista y a una paloma con un ala rota. Mientras parece que no pasa gran cosa, pasa la vida y la esencia de toda una sociedad.
¡°Ha terminado siendo una historia sobre los artistas que conozco, aunque el plan inicial era hacer una biograf¨ªa de la pintora canadiense Emily Carr (1871-1945). Hubo unos a?os en su vida en que decidi¨® comprar una casa y alquilar habitaciones, y as¨ª ganar tiempo para crear, pero sus inquilinos eran tan dependientes de ella que no lleg¨® a pintar nada en ese tiempo¡±.
Cine de ¡°kil¨®metro cero¡±
En su caso, Reichardt se ha buscado la forma de construir un cine que podr¨ªa definirse de ¡°kil¨®metro cero¡±. Adem¨¢s de sus dos ¨²ltimos t¨ªtulos, otros como Wendy y Lucy (2008), Meek¡¯s Cutoff (2010) y Old Joy (2006) tambi¨¦n est¨¢n ambientados en Oreg¨®n, el lugar donde vive. Y se rodea de una red de colaboradores habituales. El guionista Jonathan Raymond suele firmar los textos con ella, que a menudo interpretan actores como John Margaro (Carol), Will Oldham y Alia Shawkat (Search Party). ¡°No creo que pudiera vivir en el juego de la industria todo el tiempo. Prefiero trabajar con gente con la que me gusta salir a tomar algo¡±, admite la directora.
¡°S¨ª que me preocupa que mis estudiantes no puedan permitirse algo as¨ª. En mi generaci¨®n, todo el mundo ten¨ªa unos a?os perdidos, donde intentaba decidir qu¨¦ hacer con su vida. Te ibas a Nueva York y de un modo u otro conoc¨ªas a gente en tu misma situaci¨®n y comenzabas a colaborar con ellos. As¨ª conoc¨ª a Todd Haynes y es alguien con el que he podido hablar de cine durante 30 a?os. Encontrar tu voz art¨ªstica cuando eres joven significa eso: estar un tiempo sab¨¢tico, probando cosas, compartiendo experiencias con tus amigos. Pero mis estudiantes llegan a clase directamente de casa de sus padres para encontrar un trabajo y ganar dinero lo antes posible. Ahora los alquileres son tan altos en todos lados que no tienes tiempo de andar probando o experimentando porque necesitas pagar tu piso¡±.
Ese yugo capitalista es uno de los temas recurrentes en su filmograf¨ªa. Lo es en First Cow, en torno a la amistad de dos hombres sensibles, un cocinero y un inmigrante chino, a?os antes de la llegada de la Fiebre del oro a Estados Unidos, que roban un poco de leche para montar un negocio de galletas. Tambi¨¦n en Wendy y Lucy, que muestra c¨®mo poco a poco se complica el d¨ªa de una mujer mientras viaja junto a su mascota de camino a Alaska, donde le espera un trabajo mejor remunerado. La reacci¨®n del p¨²blico a esta pel¨ªcula le ense?¨® algo nuevo sobre un asunto que ten¨ªa sobreanalizado. ¡°Era 2008, en los a?os de George Bush Jr., y ese enfrentamiento entre las dos Am¨¦ricas que vemos ahora era todav¨ªa incipiente. En un encuentro con la audiencia, la gente estaba muy cabreada porque en una escena la protagonista se ve obligada a robar comida para su perro. Me dec¨ªan que merec¨ªa todo lo malo que le ocurriera por hacer algo as¨ª, mientras que ver a los protagonistas de Tarantino disparando todo el rato en la cara de la gente es todo risas. Es curioso c¨®mo hemos convertido algunos gestos en actos pol¨ªticos y otros no¡±.
Huir de los g¨¦neros es uno de sus objetivos como cineasta en los m¨¢rgenes, al sentir que las normas que los rodean favorecen esas narrativas tan polarizadas. ¡°Pero escapar de ellos es casi imposible, porque es una forma muy sencilla de definir un relato. Casi cualquier historia que puedas contar se puede considerar una road movie. Quiz¨¢ por eso soy una fan¨¢tica de la nouvelle vague, donde los c¨®digos son m¨¢s abiertos y expansivos. Creo que en Showing Up he conseguido no sentirme encerrada en esos c¨®digos. Estoy feliz por ello¡±.
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