Javier Mar¨ªas, estilo y vida
Manuel Vilas recuerda c¨®mo las novelas del autor ¡°eran poderosas construcciones de sintaxis del espa?ol llevada al l¨ªmite¡± y expand¨ªan el idioma
He sido buen lector de Javier Mar¨ªas a lo largo del tiempo. Su muerte nos roba un gran fabulador, pero tambi¨¦n a un gran constructor de estilo literario. Pocas veces se dice que las novelas de Mar¨ªas eran poderosas construcciones de sintaxis del espa?ol llevada al l¨ªmite. Una de las cosas que m¨¢s me fascinaba de sus novelas era la necesidad de inventarse un estilo antes que una trama, porque aunque al autor de Coraz¨®n tan blanco le gustaba exhibir siempre su filiaci¨®n anglosajana, la lengua literaria en la que ten¨ªa que cimentar sus ficciones era el espa?ol. Algo parecido le pas¨® a Borges. La lengua est¨¢ all¨ª, y es inevitable. Si escribes en espa?ol, te has de medir con todos cuantos escribieron en esa lengua antes, desde Cervantes. Pondr¨¦ un ejemplo: el estilo sint¨¢ctico en una de las grandes y ¨²ltimas novelas de Mar¨ªas, Los enamoramientos, es una vuelta de tuerca del espa?ol. Toda la novela se basa en un c¨®digo ling¨¹¨ªstico: el lenguaje de Mar¨ªa Dol?. Me acuerdo en este instante del poeta espa?ol Luis Cernuda, quien, en sus ¨²ltimos libros, lleg¨® a un retorcimiento deliberado de la gram¨¢tica castellana. Los cr¨ªticos de Cernuda dijeron que se trataba de una influencia notable de la poes¨ªa en lengua inglesa. Otros se?alaron la voluntad de Cernuda de inventarse un espa?ol que lo alejara de sus contempor¨¢neos, incluso una sediciosa voluntad de no ser entendido como una original respuesta a la Espa?a franquista. Siempre me gust¨® el retorcimiento de la sintaxis de la poes¨ªa de Luis Cernuda y siempre vi en ese retorcimiento el aparato deslumbrante de la literatura. Mar¨ªa Dol? tambi¨¦n tiene su propia ret¨®rica y su castellano art¨ªstico. Hay un uso est¨¦tico de la lengua, que probablemente alg¨²n purista censurar¨¢ poniendo el grito en el cielo. Tambi¨¦n se lo censuraron a Cernuda. Pero a m¨ª esa me parece una de las virtudes m¨¢s refinadas de los c¨®digos narrativos de Javier Mar¨ªas. Cernuda enrarec¨ªa el espa?ol en sus poemas, le daba su toque personal. El pensamiento de Mar¨ªa Dol? se expresa en una lengua castellana llena de matices y novedades ret¨®ricas, que causan en el lector curiosidad, mucha curiosidad. Es un truco util¨ªsimo. Pasa lo mismo con Cernuda desde un punto de vista musical y po¨¦tico: parece que nos est¨¢ diciendo algo distinto de lo que en realidad nos est¨¢ diciendo. Se violenta la sintaxis para violentarnos el alma: ese es uno de los logros de Javier Mar¨ªas. Cuando el lector entiende que se trata de un juego interesante, porque se involucra una intensidad moral, acepta esa violaci¨®n. Nunca es una violaci¨®n extrema, en absoluto. Se trata de peque?os juegos ret¨®ricos, variaciones de sujeto, verbo y predicado, pinceladas art¨ªsticas extra?as, que refinan la percepci¨®n de la realidad y permiten a Mar¨ªas regenerar el pacto entre lector y escritor a la hora de representar la realidad. Tambi¨¦n los nombres de los personajes contienen una violencia l¨¦xica. Son nombres castellanos, pero nunca o¨ªdos antes, como el de Ruib¨¦rriz, que me parece todo un hallazgo, o el nombre del protagonista, Miguel Desvern, solo por ese ensanchamiento de los nombres de los personajes Mar¨ªas ya buscaba ganar tierra literaria a la nada.
Mar¨ªa Dol?, la protagonista de Los enamoramientos, es un estado del espa?ol. Es una ret¨®rica andante. La novela llega a sus momentos m¨¢s deslumbrantes en las grandes conjeturas sobre el enamoramiento y la muerte y el crimen que esa mujer expone ante el lector. Uno tiende a pensar que no puede existir una mujer as¨ª, con esa fuerza mental. Mar¨ªas carga el cerebro de Dol? de mucha literatura shakesperiana. Dol? es una actualizaci¨®n de Shakespeare. Y como en otras novelas, Mar¨ªas es un pedagogo de Shakespeare, y en Los enamoramientos esa pedagog¨ªa se extiende a Balzac y a Alejandro Dumas, pero se hace en espa?ol, en la lengua de Cervantes, que queda as¨ª acrecentada, enriquecida.
El final de Los enamoramientos es muy emocionante. Y eso que en la novela hay constantemente una desesperaci¨®n ambiental que oscila entre la frialdad y un sentido del Mal con may¨²sculas. El Mal para Mar¨ªas es de naturaleza privada e individual. No es un Mal de origen pol¨ªtico o colectivo, como lo fue en Roberto Bola?o.
Acabas las novela enamorado de una mujer, de ese ser, de esa tal Dol?, que mete en la cabeza del lector toda una forma distinta de pensar en castellano. Ella enamora. Es una mujer legendaria. Esa Dol?, s¨ª, un misterio casi, un misterio del castellano ensanchado, un misterio de la prosa literaria elevada a arte.
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