¡®Cerdita¡¯: ¡®Carrie¡¯ en Extremadura

Aunque los hallazgos de Cerdita se condensan en esa poderosa imagen de una adolescente entrada en carnes, semidesnuda y ba?ada en sangre sobre el infernal asfalto de una carretera extreme?a en pleno verano, la ¨®pera prima de Carlota Pereda va m¨¢s all¨¢ en su mezcla de humor negro, terror y denuncia del acoso end¨¦mico a las personas gordas.

Con su predominio crom¨¢tico rosa ¡ªel de los flamencos kitsch, los cerdos y ese bollo industrial que ha marcado la adolescencia de varias generaciones de espa?oles y que aqu¨ª se erige como s¨ªmbolo de la comida basura, aunque tambi¨¦n de la pasi¨®n rom¨¢ntica¡ª, Cerdita es un c¨®ctel de ideas, sobre todo en su primera parte, capaz de representar el bullying con un tono ligero y a la vez como el p¨¢nico m¨¢s at¨¢vico. Una pel¨ªcula de terror ¡ªy humor¡ª rural sobre la soledad adolescente y la carne en su amplio espectro de posibilidades: sociales, culinarias, er¨®ticas, psicol¨®gicas.

El primer largometraje escrito y dirigido por Carlota Pereda nace del corto de 14 minutos del mismo t¨ªtulo premiado en los Goya de 2019 y en el que ya se abr¨ªa la puerta de una sangrienta venganza pasada por el paisaje ib¨¦rico. Es el punto de partida de una pel¨ªcula que, aunque decae por momentos, se sostiene, entre otras razones, por presentar un cuadro familiar y social en el que la alimentaci¨®n y el sobrepeso tambi¨¦n forman parte de la brecha de clase. Esa fractura que representan esa madre de pueblo amargada y castradora que borda una inmensa Carmen Machi frente a la de la ciudad, con la vis tragic¨®mica de Pilar Castro.

Cerdita pasa del almodovariano uso de la iconograf¨ªa m¨¢s ca?¨ª (el toro, la guardia civil, el calor de pueblo y el mandil) al alegato body positivity de una heredera directa de Carrie, icono del cine de terror y de la crueldad del bullying adolescente.

Pero, adem¨¢s, la pel¨ªcula tambi¨¦n entronca con los s¨ªmbolos del cerdo y la matanza (el padre de la protagonista es el carnicero del pueblo) como rituales del campo espa?ol o ese paganismo que siempre va asociado a la figura del marrano, como se tachaba despectivamente a los jud¨ªos que despu¨¦s de la expulsi¨®n de Espa?a en 1492 se vieron obligados a cristianizarse para poder sobrevivir.

Cerdita, como llaman con sa?a y desprecio las chicas que se burlan del personaje interpretado por Laura Gal¨¢n, busca ser aceptada por un entorno, pijo y urbanita, que viaja a La Vera los fines de semana o durante las vacaciones. Pereda afina en esa tensi¨®n social de un lugar id¨ªlico solo en apariencia: del aterrador plano fijo de un banco vac¨ªo mientras escuchamos la m¨¢quina de rebanar de la carnicer¨ªa del pueblo, a la idea de la boller¨ªa industrial como emblema de un amor loco y fuera de norma o el cuerpo desbordado de su protagonista corriendo asustada y acalorada por una carretera en pleno achicharre extreme?o. Un cuerpo omnipresente, que desde el dolor y el miedo desaf¨ªa los c¨¢nones, tambi¨¦n los de las hero¨ªnas del cine de venganza, para convertirse por s¨ª solo en veh¨ªculo de la idea m¨¢s radical del filme.