Veinte a?os despu¨¦s de su muerte, Cela yace a¨²n en el purgatorio literario
La vigencia del escritor, reeditado ahora en varias colecciones, viene lastrada por el personaje histri¨®nico, machista y desagradable en que se convirti¨® en los ¨²ltimos a?os, y que contin¨²a como el mayor enemigo de su obra
Una regla no escrita advierte de que todo escritor, por muy c¨¦lebre que sea, sufre un eclipse pasado un tiempo desde su muerte. Su figura se difumina, sus libros dejan de pronto de interesar y de leerse y su influencia en las siguientes generaciones merma o, simplemente, desaparece. En el caso de Camilo Jos¨¦ Cela, el ¨²ltimo premio Nobel nacido en Espa?a, en 1989, la desaparici¨®n resulta particularmente larga, honda y llamativa. Desde los a?os cincuenta y hasta su muerte, en enero de 2002, el autor gallego fue uno de los escritores m¨¢s conocidos, adulados, citados y premiados de la literatura espa?ola. Tambi¨¦n, sobre todo en sus ¨²ltimos a?os, uno de los personajes literarios m¨¢s antip¨¢ticos, aborrecibles y denostados del mundo cultural espa?ol. La editorial Debolsillo, del grupo Penguin Random House, ha publicado recientemente buena parte de su obra, en ediciones nuevas, revisadas y, con frecuencia, agrupadas de manera in¨¦dita. Tambi¨¦n la peque?a editorial Ediciones 98 acaba de reeditar una vieja colecci¨®n de viajes. Es decir: veinte a?os despu¨¦s de su muerte, y en una Espa?a y un mundo completamente diferente al que Cela conoci¨®, el Nobel regresa a las librer¨ªas. ?Significa eso que vuelve a tener lectores? ?Vuelve Cela?
Domingo R¨®denas, catedr¨¢tico de literatura espa?ola en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y cr¨ªtico literario, considera que a¨²n no ha pasado tiempo suficiente para que Cela salga del purgatorio en el que languidece, a pesar de ser due?o de obras literarias memorables: ¡°No es f¨¢cil que un escritor tenga varias. Y Cela las tiene: La familia de Pascual Duarte, La colmena, Mazurca para dos muertos, Cristo versus Arizona, San Camilo 1936 y Madera de boj, sin olvidar Oficio de tinieblas 5. Esta ¨²ltima es una exploraci¨®n descarnada de la conciencia, de su propia conciencia de escritor, es un libro radical, en el que por medio de una t¨¦cnica extrema y novedosa, se le ve buscando algo de verdad¡±. Los vol¨²menes citados por R¨®denas se levantan gracias a una prosa virtuos¨ªsima, atravesada de violencia, expresividad y lirismo. Pero no bastan, seg¨²n este especialista, para aupar al escritor del hoyo en el que a¨²n sigue inmerso: ¡°Ya no est¨¢ ¨¦l para sostener su obra. Su obra tiene que sostenerse sola. Pero la antipat¨ªa que suscit¨® su persona ha contaminado su obra y va a costar trabajo que se le rehabilite de la manera en que Antonio Mu?oz Molina contribuy¨® a rescatar a Max Aub o Andr¨¦s Trapiello a Manuel Chaves Nogales. Un obst¨¢culo es su machismo, otro, la colisi¨®n de su obra con la correcci¨®n pol¨ªtica que impera ahora. Y no solo por el machismo, sino por el desprecio al diferente, al d¨¦bil. Hay que a?adir tambi¨¦n su impiedad hacia los personajes, su visi¨®n inmisericorde hacia ellos, a los que trata muchas veces como mu?ecos. Eso choca con la sensibilidad actual. En mis clases, cuando leemos a Cela, los alumnos, y en especial las alumnas, se incomodan. Por eso creo que va a ser dif¨ªcil recuperarlo para las futuras generaciones¡±.
En 1942, con 26 a?os, tras algunas incursiones po¨¦ticas, Cela irrumpi¨® en la narrativa espa?ola con La familia de Pascual Duarte. Nueve a?os despu¨¦s, en 1951, public¨® La colmena. Y en 1953, Mrs Caldwell habla con su hijo. Un comienzo fulgurante y original de una carrera literaria que, con altibajos, iba a mantenerse a lo largo de los a?os.
Paralelamente, atesora en su biograf¨ªa m¨¢s de un episodio deleznable: es conocido que en 1938 se ofreci¨® como delator al bando nacional durante la Guerra Civil, que trabaj¨® de censor en la posguerra y que se avino a escribir en 1953 por 50.000 d¨®lares (una fortuna de la ¨¦poca) una novela, La catira, por encargo expreso del dictador venezolano P¨¦rez Jim¨¦nez. Tambi¨¦n qued¨® demostrado que plagi¨® para hacerse con los 50 millones de pesetas del Premio Planeta de 1994. En sus ¨²ltimos a?os, adem¨¢s, fatig¨® por las televisiones y los peri¨®dicos un personaje falt¨®n, soez, despreciativo, histri¨®nico y soberbio. Todos los especialistas coinciden: este personaje ha sido el peor enemigo del Cela escritor. Entre los que lo piensan est¨¢ Adolfo Sotelo, uno de los mayores expertos sobre el escritor gallego. Sotelo, catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola de la Universidad de Barcelona (UB), acaba de hacer p¨²blico un manuscrito del que ser¨ªa futuro premio Nobel, el poemario Pisando la dudosa luz del d¨ªa. Tambi¨¦n prepara una monumental biograf¨ªa de Cela que saldr¨¢, seguramente, en 2025. Tiene ya redactada la parte que va desde el nacimiento de Cela a la muerte de Franco. Sotelo recuerda que este escritor ¡°es mucho m¨¢s complejo de lo que parece¡±. ¡°Es alguien con muchos m¨¢s matices que, por ejemplo, guard¨® 100.000 cartas, suyas y de sus destinatarios, a lo largo de su vida. A alguien as¨ª no se le puede reducir f¨¢cilmente¡±.
Su hijo Camilo Jos¨¦ Cela Conde tambi¨¦n es consciente de que su padre ¡°se convirti¨® en un ser repelente desde la concesi¨®n del Nobel¡±. Y aunque carece de datos sobre las ventas de las nuevas ediciones, cree que la tendencia se ha invertido y que su padre, paso a paso, est¨¢ saliendo del olvido. ¡°Hace unos a?os se public¨® una magn¨ªfica edici¨®n de la RAE de La colmena que pas¨® completamente inadvertida. Ahora, se est¨¢n comentando m¨¢s. Es pronto para asegurarlo y hay que ser prudente, pero yo creo que hay un peque?o cambio de tendencia¡±, asegura. Para el hijo de Cela, el tiempo juega a favor del escritor y en contra del personaje. ¡°Ahora lo ¨²nico que cuenta es la calidad literaria. Lo otro se ir¨¢ olvidando. Si tuviera que aconsejar un solo libro de mi padre simplemente dir¨ªa: abra cualquier libro, lea al azar cualquier p¨¢rrafo y siga leyendo. Entonces va a apreciar su calidad¡±.
Jes¨²s Bl¨¢zquez, editor de Ediciones 98, acaba de rescatar primorosamente P¨¢ginas de geograf¨ªa errabunda, publicado en 1965, nunca hasta ahora reeditado, y que agrupa relatos y escenas de viajes hechos por el escritor por diversas zonas de Espa?a. La tirada es min¨²scula: 1.000 ejemplares. ¡°Y a ver c¨®mo se venden¡±, se?ala Bl¨¢zquez, para quien Cela es un escritor ¡°injustamente arrinconado¡± y del que tiene la intenci¨®n de poner en circulaci¨®n varias obras poco o nada conocidas m¨¢s del escritor gallego.
¡°Cl¨¢sico indiscutible de la lengua¡±
Ignacio Echeverr¨ªa, cr¨ªtico literario y editor, se ha encargado de prologar, seleccionar y agrupar los 19 libros de Cela que Debolsillo ha publicado en ediciones asequibles y modernas. Echeverr¨ªa considera que la raz¨®n de publicar ahora a Cela responde a ¡°que es un cl¨¢sico indiscutible de la lengua, un prosista magistral y uno de los grandes novelistas del siglo XX en cualquier lengua¡±. Y su vigencia es ¡°la de los cl¨¢sicos, por mucho que a¨²n le quede por atravesar el purgatorio a que le condenaron su personalidad m¨¢s bien bronca y tantas actitudes y manifestaciones no siempre afortunadas¡±. Y a?ade: ¡°Cela se mantuvo en la vanguardia de la narrativa espa?ola durante m¨¢s de medio siglo, y m¨¢s ac¨¢ de su fama como personaje p¨²blico, muchos de sus libros est¨¢n por descubrir y por apreciar, tambi¨¦n por parte de quienes, en su despiste, piensan que han le¨ªdo a Cela porque leyeron en su d¨ªa ¡ªpor lo general en la escuela¡ª La familia de Pascual Duarte y Viaje a la Alcarria¡±.
Anna Caball¨¦, escritora, cr¨ªtica literaria y profesora universitaria, al pensar sobre Cela, se hace esta pregunta: ¡°?Qu¨¦ hacemos con su obra?¡±. Y responde: ¡°Hay libros como Izas, rabizas y colipoterras, que son fruto de un machismo ahora mismo inconcebible, y el descr¨¦dito intelectual de sus ¨²ltimos a?os tampoco ayuda, pero hay un Cela fundamental, con novelas como La familia de Pascual Duarte, La colmena o Mrs. Caldwell habla con su hijo, que contienen un mundo propio original¨ªsimo y adem¨¢s muy experimental¡±. Y agrega: ¡°Si quieres ense?ar a alguien a escribir bien el castellano no hay m¨¢s que darle a leer Viaje a la Alcarria, su puntuaci¨®n es perfecta. Fue un gran escritor que acabar¨ªa perdi¨¦ndose a s¨ª mismo, tal vez por puro agotamiento profesional. A m¨ª, sinceramente, a partir de Mazurca para dos muertos dej¨® de interesarme, casi ve¨ªa su cansancio a la hora de construir una historia. Y no es f¨¢cil que los escritores j¨®venes le lean en una clave que resulte estimulante para ellos. Cela habla de una Espa?a muy distinta y muy s¨®rdida¡±. Y concluye: ¡°Estamos obligados a rescatar el gran Cela de sus buenos libros. Sin ¨¦l no podemos explicar nuestra literatura del siglo XX. Con el tiempo iremos olvidando sus lamentables equivocaciones¡±.
Mientras, ajenos a estas pol¨¦micas, los profesores de instituto siguen ense?ando a Cela como se ha hecho en los ¨²ltimos 50 a?os. En el instituto Leonardo da Vinci, de Puertollano (Ciudad Real), Paloma Le¨®n incluye como lectura de cuarto de la ESO La familia de Pascual Duarte. ¡°Les gusta. No se meten a discutir la estructura o la calidad literaria, simplemente les gusta¡±. Ana L¨®pez Garc¨ªa-Mohedano, otra profesora de Ciudad Real, a?ade: ¡°Una alumna de cuarto me coment¨® hace poco: ¡®Cu¨¦ntales a los de segundo esa historia del Pascual, que ah¨ª hay tela¡±.
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