El Teatro Real, de ni?o a adulto a trav¨¦s de ¡®Aida¡¯
El coliseo madrile?o, que celebra los 25 a?os de su reapertura, estrena la temporada con la monumental producci¨®n que present¨® el director de escena Hugo de Ana en 1998
Dice Hugo de Ana que el Teatro Real era, en 1998, como un ni?o de cinco a?os al que le tienes que ense?ar todo. El director de escena presentaba entonces una monumental Aida en un teatro que llevaba abierto apenas un a?o. Se cumplen ahora 25 de esa reapertura del Real en 1997 y De Ana regresa de nuevo, y por tercera vez, con su Aida. Pero no se ha encontrado a un ni?o, sino a un adulto: ¡°Ahora es un se?or de 30 a?os al que ya no le tienes que decir nada porque camina solo¡±. La ¨®pera de Verdi arranca este lunes la temporada con 19 funciones y un reparto encabezado por la soprano Krassimira Stoyanova y el tenor Piotr Beczala.
?Qu¨¦ ha cambiado en estos 25 a?os? ¡°?Cambi¨® la vida!¡±, exclama De Ana. ¡°Era otro mundo, se viv¨ªa de otra forma. El teatro reci¨¦n empezaba y el ritmo de la gente era totalmente distinto¡±, explica el director de escena. A¨²n quedan algunos de los trabajadores que levantaron aquella producci¨®n, que tambi¨¦n lo hicieron en la reposici¨®n de 2018 y que vuelven ahora a dar vida a este drama ambientado en el antiguo Egipto. Ovidio Ce?era es uno de ellos. Ahora es jefe del departamento de sastrer¨ªa y caracterizaci¨®n, pero en el 98 era oficial de sastrer¨ªa y apenas llevaba un a?o trabajando en el Teatro Real. Le contrataron en 1997, estaba en la veintena y contaba con una experiencia forjada en el teatro, al igual que muchos de sus compa?eros. ¡°Esto nos superaba a todos porque era inmenso, desconocido para nosotros. Es un edificio enorme, el escenario est¨¢ en planta cero y sastrer¨ªa en la quinta. Un espect¨¢culo con tant¨ªsima gente y con un director de escena tan exigente¡. La Aida del 98 fue una aut¨¦ntica locura. Por mucho que fuera el Teatro Real de Madrid, acababa de abrir y era un teatro de provincias en ese momento. Ahora estamos en otro nivel, en primera liga. Entonces ¨¦ramos de tercera regional y nos trajeron al mejor entrenador que hab¨ªa¡±, cuenta.
No es la primera producci¨®n grande del Real, desde su reapertura, que recuerda Ce?era. Ese puesto se lo otorga a Divinas palabras, con Pl¨¢cido Domingo. Pero s¨ª reconoce que no ten¨ªa nada que ver: ¡°Aida es inmensa. Lo sigue siendo. Yo solo recuerdo de entonces la mesa de sastrer¨ªa repleta de abalorios y taparrabos. Y estar cosiendo abalorios en los taparrabos. Y gritos. Es lo ¨²nico que recuerdo. Ahora trabajamos de otra manera. Ahora disfrutamos¡±. Se han profesionalizado. Ya no son un grupo de trabajadores inexpertos en montar ¨®peras que se vieron sobrepasados.
Tambi¨¦n resalta Ce?era que han cambiado los tiempos. Tanto en la producci¨®n de 1998 como en la de 2018, el equipo de vestuario oscureci¨® con maquillaje la piel de los int¨¦rpretes. Pero este a?o no lo har¨¢n. ¡°Ahora todo el mundo sale con su color de piel. El p¨²blico va a ver et¨ªopes porque hemos contratado a actores y bailarines de color, pero el resto de personal antes iba en color tostado y ahora no porque supone un problema¡±. La propia soprano Anna Netrebko, que cantar¨¢ cinco funciones de esta producci¨®n, se enfrent¨® a las cr¨ªticas el pasado mes de julio tras pintarse la piel para interpretar a Aida en la Arena de Verona. En Madrid no lo har¨¢. ¡°Pero ha venido como un aut¨¦ntico tiz¨®n. Le preguntamos que por qu¨¦ estaba tan morena y nos dijo que es que ven¨ªa de tomar el sol. Yo la conozco de tiempo y nunca la vi as¨ª¡±, dice el jefe de sastrer¨ªa y caracterizaci¨®n.
Al igual que Ce?era, ?lvaro Aguado, jefe del departamento de utiler¨ªa, tambi¨¦n empez¨® a trabajar en el Real en el 97. Pero ¨¦l s¨ª ten¨ªa experiencia en ¨®pera. Es m¨¢s, hab¨ªa trabajado con De Ana. Lo conoc¨ªa bien. Lo que ¨¦l recuerda de la Aida del 98 es aprovechar una alfombra de la cafeter¨ªa del teatro que iban a tirar para hacer unos 40 escudos. Y fabricarlos en la azotea, porque el material que empleaban desprend¨ªa tanto humo al quemarlo que no pod¨ªan hacerlo dentro del edificio. Tambi¨¦n recuerda comerse la cabeza para crear humo sin la ruidosa m¨¢quina que ten¨ªan entonces. ¡°Un compa?ero que sab¨ªa mucho de efectos especiales nos habl¨® de unos polvitos que se quemaban. Utilizamos una especie de casquillo de bombilla hueco que ten¨ªa una resistencia. Eso se calentaba y con el polvito sal¨ªa humo. Eso ya est¨¢ prohibido, resulta muy peligroso. Pero es lo que hab¨ªa. Lo hicimos y qued¨® muy bonito¡±, recuerda Aguado. Ahora cuentan con m¨¢s medios y con m¨¢quinas silenciosas para fabricar el humo.
Los avances tecnol¨®gicos son otra de las novedades con respecto a la primera Aida. En el 98 De Ana no emple¨® v¨ªdeo. Ahora, como ya hizo tambi¨¦n en 2018, s¨ª. ¡°En esencia, la producci¨®n no ha cambiado porque es una producci¨®n tradicional ambientada en la ¨¦poca que toca: el antiguo Egipto. Es muy est¨¦tica y juega muy bien en el espacio¡±, explica Guillermo Carbonell, jefe de regidur¨ªa. ¡°Pero s¨ª que empleamos tecnolog¨ªas audiovisuales nuevas. Hay mucha producci¨®n de v¨ªdeo. En el 98 eran todo estructuras escenogr¨¢ficas corp¨®reas que dificultaban mucho los cambios. Ahora eso se ha sintetizado. Entonces se hicieron dos pausas porque el tercer decorado era tan complicado que necesit¨¢bamos ponerlo y quitarlo durante el descanso. Ahora no. Y el v¨ªdeo permite que el espectador se adentre en un mundo muy fant¨¢stico. ?Qu¨¦ m¨¢s? Pues hemos cambiado nosotros. De entonces quedamos pocos¡±, a?ade.
?Qu¨¦ le dir¨ªa el regidor a quien vio la producci¨®n del 98 y no sabe si volver a verla este a?o? ¡°Le dir¨ªa que venga porque los repartos son mejores que entonces, tenemos hoy a los mejores cantantes del mundo y porque, si la recuerda, reconocer¨¢ momentos, pero le sorprender¨¢n otros¡±.
Una ¨®pera de repertorio
El Teatro Real está de aniversario este 2022 y programar esta Aida es un auto homenaje que recupera una de las producciones más emblemáticas de aquellos primeros años de vida, explica el director artístico del teatro, Joan Matabosch. Pero también es un deseo: que esta producción se convierta en una ópera de repertorio y que el público pueda disfrutar de ella cada pocas temporadas, como ya pasó con la reposición de 2018. "Para una institución como el Teatro Real, es imprescindible disponer de una producción de repertorio de un título como Aida, sobre todo cuando, además, en su día, la institución hizo el esfuerzo de dotarse de una de las puestas en escena más espectaculares que existen de la ópera de Verdi. Es crucial, de vez en cuando, tomar conciencia de nuestros orígenes: saber de dónde venimos, nos guste o no. Y esta monumental —y también bellísima— Aida patrimonial del Teatro Real lo deja muy claro", concluye Matabosch.
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