¡®Vasil¡¯: una amable historia de amistad escrita en b¨²lgaro

En su capa m¨¢s evidente, Vasil es una amable historia de amistad entre un arquitecto jubilado espa?ol y un inmigrante b¨²lgaro que quiere instalarse en Espa?a. Dos hombres instruidos y educados a los que el azar y un sof¨¢ cama libre en un acomodado sal¨®n les permiten entablar una improbable relaci¨®n, en la que el ajedrez y el bridge tendr¨¢n su particular baza. La ¨®pera prima de Avelina Prat tiene algo de comedia costumbrista marcada por la propia experiencia de la directora. Unos tintes autobiogr¨¢ficos que recogen un episodio de la vida del padre de la guionista y directora, que alberg¨® en su casa durante un tiempo a un inmigrante b¨²lgaro recogido de la calle.

Sus dos actores principales, Karra Elejalde e Ivan Barnev, premiados ex aequo en la pasada Seminci de Valladolid, son los pilares de una pel¨ªcula que encuentra su tono en peque?os gestos: el padre cada vez m¨¢s mis¨¢ntropo que se grapa el dobladillo descosido del pantal¨®n, los tejemanejes de las se?oras del club de bridge, el partido de ajedrez con un yogur natural en la mano, los pasatiempos del peri¨®dico y, sobre todo, la rutinaria relaci¨®n con la hija, que encarna Alexandra Jim¨¦nez.

Es esta relaci¨®n la que vertebra el filme. Porque lo que parece una historia sobre solidaridad y empat¨ªa hacia un desconocido que duerme en un banco del parque, en realidad es una historia sobre c¨®mo un padre algo cascarrabias, instalado c¨®modamente en su solitaria vida, se reencuentra con los dem¨¢s a trav¨¦s de otro hombre solo, m¨¢s expansivo por necesidad y que solo sue?a con traer a Espa?a a su propia hija.

En un giro conmovedor, Vasil le dedicar¨¢ a su hija una misiva en cuyas l¨ªneas podr¨ªa estar encerrado el secreto de este por momentos encantador filme. Una carta sobre un lugar imaginario, una isla que aparece y desaparece en medio del oc¨¦ano Atl¨¢ntico. Una isla que podr¨ªa ser lo ¨²nico que queda de un antiguo mundo civilizado.

Como ese lugar so?ado, Vasil podr¨ªa ser solo un invento, el espejismo de un hombre que envejece y al que le empieza a costar entenderse con los dem¨¢s. En esa partida de ajedrez consigo mismo, Elejalde descubrir¨¢ algo m¨¢s importante que los peque?os placeres de una amistad oto?al. La irrupci¨®n en su vida del amigo b¨²lgaro ser¨¢ la oportunidad para luchar contra su introspecci¨®n y frialdad, su manera de aprender a escribir su propia carta de amor a su hija.