El arte reivindica la belleza y la fragilidad del vidrio

El arte contempor¨¢neo y el vidrio. Una combinaci¨®n para crear, reflexionar y contar historias. Con esa alianza como base el creador pl¨¢stico Luis Moro (Segovia, 1969) ha llevado a cabo parte del montaje de su exposici¨®n La esfera invisible, un proyecto de arte multidisciplinar con pinturas, grabados, instalaciones y esculturas en cristal en torno al mundo de Felipe V, en el que no faltan referencias a su segunda esposa, Isabel de Farnesio. El autor es heredero del New Glass Movement, una tendencia art¨ªstica que nace a finales de los a?os cincuenta del siglo XX a nivel internacional que utiliza el vidrio como materia prima. Y varios ejemplos pueden verse estos d¨ªas en la Real F¨¢brica de Cristales de La Granja (Segovia), fundada por Carlos III en el siglo XVIII.

El Centro Nacional del Vidrio, que acoge una de las manufacturas en pie de la ¨¦poca m¨¢s destacadas de Europa, regido por un patronato del que forman parte diferentes administraciones, quiere cerrar el que ha sido el A?o Internacional del Vidrio (declarado por la ONU) mostrando la obra de Moro y evocando tambi¨¦n a otros artistas que elevaron este material al arte. Como los pioneros del New Glass Stanislav Libensk? y Jaroslava Brychtov¨¢, que inspiraron en el arte africano sus esculturas en la antigua Checoslovaquia; o Harvey K. Littleton, que en 1962 inaugur¨® con Dominik Labino su horno en Toledo (Ohio, Estados Unidos).

La historiadora del arte Cristina Gim¨¦nez Raurell identifica en Espa?a 20 a?os decisivos en el New Glass: desde que Joaqu¨ªn Torres Esteban, el primer escultor nacional que emple¨® el vidrio, expuso en una galer¨ªa en 1975 hasta que Pedro Garc¨ªa Garc¨ªa mostr¨® sus Inclusiones en 1995. Las corrientes constructivistas, el arte conceptual, el arte povera, el land art, el minimal o el arte cin¨¦tico acogieron el vidrio progresivamente por su riqueza expresiva y su belleza.

Moro, que tiene un estudio en M¨¦xico, donde expone con asiduidad, adem¨¢s de haber pasado por salas de Estados Unidos y Europa, y que tambi¨¦n ha ilustrado ediciones de grabado y poes¨ªa de los Premios Cervantes Isa Vitale, Elena Poniatowska y Antonio Gamoneda, entre otras obras, forma parte de una nueva generaci¨®n de j¨®venes vinculados tanto a la instituci¨®n vidriera de La Granja como al Centre del Vidre de Barcelona. De igual forma que Natalia Garrido, Mar¨ªa ?ngeles Escudero y Concha Ju¨¢rez, entre otros artistas que siguen la estela de escultores en vidrio, como Javier G¨®mez y Pedro Garc¨ªa, en Madrid; Jos¨¦ Fern¨¢ndez Castrillo, Jos¨¦ Luis Sainz Gil Keshava y Lluis Vent¨®s, en Barcelona; Chema Dapena, en Galicia, y Pere Ignasi, en Mallorca, herederos de la actividad de Torres, fallecido en 1988.

Junto con los sopladores de la Real F¨¢brica de La Granja, una t¨¦cnica que ha sido declarada por el Gobierno patrimonio cultural inmaterial de Espa?a, la obra del artista segoviano quiere expresar que el universo est¨¢ compuesto por esferas; desde la primera, que es el seno materno, hasta el cosmos y los planetas. En el cristal, afirma Moro, ¡°esa l¨®gica se cumple al insuflar aire por la ca?a met¨¢lica, a trav¨¦s de la cual el vidrio incandescente se convierte en un brillante globo¡±.

En un momento en que revive el inter¨¦s por este material entre artistas pl¨¢sticos de todo el mundo, y que, sin embargo, no se consideran artistas del vidrio, seg¨²n la directora del Museo del Vidrio de La Granja, Paloma Pastor, las piezas de cristal que se muestran en la exposici¨®n hablan de la fragilidad de las esferas interiores y exteriores, de los delicados ecosistemas que pueden estallar ante el acelerado crecimiento.

Para Luis Moro, el vidrio es un material que sorprende y de gran fragilidad. Si no se desarrolla la obra en el tiempo preciso, ¡°de repente estalla todo. Entonces te das cuenta de que se asimila a nuestro planeta, que tanto tenemos que cuidar¡±, recuerda. Adem¨¢s, destaca por su versatilidad y es ecol¨®gico porque puede reciclarse.

En una de las salas, una instalaci¨®n se centra en la figura de Carlos III: est¨¢ presidida por una pintura del molde de metal con el que se elaboran las piezas de vidrio soplado. Otro eje se desarrolla en una sala de paredes negras que hacen destacar el vivo colorido de un grupo de acuarelas y grabados, con diferentes elementos mitol¨®gicos de las fuentes del jard¨ªn palaciego de La Granja, con una videoinstalaci¨®n con m¨²sica creada para la muestra por Four Hands Project, consagrada al dios Neptuno.

En cuanto a la convivencia de la pintura con el vidrio, el artista considera que una retroalimenta a la otra. Moro se ha inspirado en dibujos de las fuentes, acuarelas en su mayor¨ªa, pero tambi¨¦n ¨®leos y obras en acr¨ªlico. Despu¨¦s, en piezas de cristal, ha creado una iconograf¨ªa neobarroca que, a su juicio, guarda mucha relaci¨®n con La Granja, declarada Reserva de la Biosfera, como espacio natural y cultural, una esfera ¨ªntima que mand¨® construir Felipe V como refugio para su melancol¨ªa, haciendo de su jard¨ªn un reflejo de los espacios verdes versallescos de su infancia, ideados por su bisabuelo Luis XIII.

En la exposici¨®n, dividida en tres ejes o esferas, basadas en la idea del fil¨®sofo alem¨¢n Peter Sloterdijk, quien propugnaba que la relaci¨®n de los hombres se daba en dos esferas (el feto-placenta y los macro¨²teros de las naciones), Moro ha modificado el pasillo de los atizaderos de la antigua f¨¢brica, compuesto de 15 arcas a modo de 15 esferas, que contienen cada una una pieza de vidrio y sus reflejos, una propuesta metaf¨®rica a modo de viaje on¨ªrico a trav¨¦s del tiempo y de los diferentes episodios de la vida de Felipe V. A juicio del artista, el vidrio ofrece numerosas posibilidades para crear matices, reflejos, transparencias o figuras, que parecen incluso talladas en piedra.

Como parte del proyecto multidisciplinario, Moro presentar¨¢ un disco-libro con m¨²sica de Four Hands Project, una composici¨®n musical creada en Espa?a para el A?o Internacional del Vidrio, con Huso Editorial, con textos de la fil¨®sofa y ensayista Mercedes G¨®mez-Blesa y un poema in¨¦dito de Manuel Francisco Reina, premio Jaime Gil de Biedma 2022.