Ra¨²l Guerra Garrido, un magisterio literario y c¨ªvico
El escritor, ganador del Premio Nadal por ¡®Lectura ins¨®lita de ¡®El Capital¡¯ e incansable activista contra el terrorismo de ETA, fallece a los 87 a?os
Cuando, a comienzos de 1976, Ra¨²l Guerra Garrido obtiene el Premio Nadal con su Lectura ins¨®lita de ¡®El Capital¡¯, contaba en su haber cuatro novelas, aunque su repercusi¨®n hab¨ªa sido limitada. Solo, quiz¨¢, Cacere?o (1970) hab¨ªa logrado abrirse paso en el ¨¢mbito cr¨ªtico y lector. Aquella novela, que ten¨ªa una notable carga autobiogr¨¢fica, era una inmersi¨®n en el mundo de la emigraci¨®n interior al Pa¨ªs Vasco en los a?os sesenta, quiz¨¢ una de las muy escasas novelas que bajo la dictadura abordaban un problema generado por el desarrollismo como la marcha del campo a la ciudad en un entorno tan complejo como Euskadi.
Desde aquel Nadal hasta el d¨ªa de ayer, en que nos ha golpeado la noticia de su fallecimiento a los 87 a?os, Ra¨²l Guerra Garrido ha desarrollado una trayectoria, literaria y c¨ªvica, ejemplar. Farmac¨¦utico de profesi¨®n, nacido en Madrid (1935) aunque su infancia y adolescencia transcurrieron en tierras bercianas (en Cacabelos), en 1963 se asent¨®, con su familia, en San Sebasti¨¢n, una ciudad y un ambiente que lo envolvieron y que ser¨ªan tel¨®n de fondo de gran parte de su obra narrativa. Si en Cacere?o se sumergi¨® en la realidad inmigrante en tierras vascas, en su Lectura ins¨®lita de ¡®El Capital¡¯ se adentr¨® en los mundos generados por el terrorismo de ETA desde antes del inicio de la Transici¨®n: lo ins¨®lito de la lectura del libro de Marx es que se trata de la lectura que hace el protagonista de la obra, un empresario secuestrado, durante el encierro al que le someten los miembros del comando. El Capital es el ¨²nico libro a su disposici¨®n y el s¨ªmbolo que aporta una imprevista complejidad a la novela.
Heredero de la actitud comprometida de buena parte de la generaci¨®n anterior, Guerra Garrido particip¨® activamente en la lucha por la democracia a finales de los setenta, se implic¨® en la defensa de los derechos de los escritores y de la propiedad intelectual participando en la creaci¨®n de la Asociaci¨®n Colegial de Escritores, nacida, como su premio Nadal, en 1976, de la que fue presidente entre 1984 y 1990, y en a?os duros, dif¨ªciles para la vida cotidiana y para la creaci¨®n intelectual en Euskadi, fue un incansable y firme activista contra el terrorismo de ETA, contra los nacionalismos excluyentes y por la paz y la Constituci¨®n. Form¨® parte del Foro de Ermua y del movimiento Gesto por la Paz, actitudes por las que sufri¨® la acci¨®n de la kale borroka hasta optar a partir de 2000, tras ver convertido en cenizas su despacho de farmacia de San Sebasti¨¢n, por el traslado a Madrid.
Lo conoc¨ª en el oto?o de 2002. Nos separaban dos generaciones, pero nos un¨ªa el amor por la literatura y por la libertad. Recuerdo que, en aquellos d¨ªas, Ra¨²l era un escritor con uno o dos escoltas ¡ªalgo que evocar¨ªa en su novela La soledad del ¨¢ngel de la guarda (2007)¡ª que no pod¨ªa tomar un caf¨¦ o comer en un restaurante sin esa compa?¨ªa. Fui conociendo poco a poco sus libros, y comprobando su talla como narrador. Junto a los t¨ªtulos apuntados, son de destacar novelas como El a?o del w¨®lfram (1984), con la que fue finalista del Planeta, La mar es mala mujer (1987) o El oto?o siempre hiere (2000). Sus ¨²ltimos libros, desde el singular¨ªsimo La Gran V¨ªa es New York (2004) hasta la novela Demolici¨®n (2018), han sido publicados por Alianza Editorial, sello bajo el que se ha reeditado, en bolsillo, gran parte de su obra anterior. En 2006 fue galardonado con el Premio Nacional de las Letras.
Creo necesario mencionar tres libros que dejaron en m¨ª una huella imborrable y que dan cuenta de la versatilidad y el magisterio de Ra¨²l Guerra Garrido: dos libros viajeros y una novela breve. Me refiero a Viaje a una provincia interior (1990), nunca reeditado, en el que narra su retorno, durante un verano, a El Bierzo de infancia y adolescencia con emocionantes incursiones en la memoria personal; a Castilla en canal (1999), un recorrido andariego por los pueblos y paisajes del canal de Castilla, entre Valladolid y el l¨ªmite con Cantabria, y La carta (1990), una novela de poco m¨¢s de 100 p¨¢ginas tan contundente como intensa y desasosegadora, en la que se adentra en la experiencia de los amenazados por ETA y desteje la urdimbre de complicidades en los a?os de plomo. Ese libro tiene un valor dif¨ªcil de calibrar hoy: fue publicado en un a?o terrible para la sociedad de entonces: en 1990 y 1991, el terrorismo seg¨®, en el Pa¨ªs Vasco y en el resto de Espa?a, m¨¢s de 70 vidas. Valor literario y coraje democr¨¢tico. La muerte de Ra¨²l Guerra Garrido tiene una doble cara: perdemos a un gran escritor y a un testigo nada indiferente de nuestra historia civil m¨¢s pr¨®xima. Descanse en paz.
Manuel Rico. Escritor y cr¨ªtico literario. Su ¨²ltimo libro publicado es ¡®Diarios completos¡¯ (Punto de Vista, 2022).
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