F¨¦lix el Loco vuelve al tablao: la desdichada historia del bailaor que perdi¨® el juicio
El Ballet Nacional de Espa?a recupera el montaje que repasa la vida del desconocido artista a quien contrat¨® Diaghilev para que dotara de espa?olidad y flamencura su compa?¨ªa cl¨¢sica
![Albert Hern¨¢ndez y D¨¦bora Mart¨ªnez, en un ensayo de 'El loco'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7ECZYLZJJNECNGN3TNM42PTR34.jpg?auth=70c295a1000837e22454b239b1348917a7cf91342c5faa3b1ef9e390a16562f7&width=414)
![Rut de las Heras Bret¨ªn](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5b8b406a-d7de-4622-b2ae-39f1041cd8bf.jpg?auth=cb08737bc185ddc9e96ff94fd23f4a79e854fa676be0550d81a927c467b4cadc&width=100&height=100&smart=true)
F¨¦lix Fern¨¢ndez Garc¨ªa naci¨® con un don: el baile. Un don que le dio vida y tambi¨¦n se la quit¨®. Su historia, que comenz¨® en la Sevilla de 1893 y termin¨® en 1941 en un manicomio en Epsom (Reino Unido), se cuenta y se baila desde este viernes, 9 de diciembre, hasta el d¨ªa 22 en el Teatro de la Zarzuela (Madrid). El loco comienza por el final, con un cuadro en el que F¨¦lix Fern¨¢ndez se retuerce y taconea al comp¨¢s de los espasmos de su locura ¨D¡±flamenco ecl¨¦ctico contempor¨¢neo¡±, lo llama el core¨®grafo Javier Latorre¨D. Representa ese ¨²ltimo momento en el que se dice que a uno le pasa toda su vida por delante y as¨ª, en forma de flash-back, el Ballet Nacional de Espa?a narra su historia, un relato que habla de danza y creaci¨®n a trav¨¦s de la danza.
Hacia 1915, F¨¦lix el Loco (as¨ª le conoc¨ªan) ya ten¨ªa fama por ir por Andaluc¨ªa de taberna en taberna, de caf¨¦ cantante en caf¨¦ cantante mostrando su arte, su duende. Un duende que cautiv¨® a uno de los empresarios de danza m¨¢s importantes del momento, Sergei Diaghilev, cuya figura ha quedado en la historia por ser el fundador de los Ballets Rusos. Durante un viaje por Espa?a con Le¨®nide Massine (bailar¨ªn, core¨®grafo y en cuyas memorias hay referencias al bailaor sevillano) y Manuel de Falla, documentado con fotograf¨ªas, el empresario ruso descubri¨® a F¨¦lix Fern¨¢ndez en el sevillano caf¨¦ cantante Novedades. Pero ser¨ªa en un segundo encuentro cuando le propuso trabajar con ¨¦l para darle un toque flamenco a su compa?¨ªa, que estaba preparando El sombrero de tres picos, de Falla. El arrojo de El Loco hizo que aceptara una propuesta en la que las condiciones no debieron de quedarle claras (a pesar de que el contrato estaba en espa?ol) o se hizo falsas ilusiones y esto le condujo a su desdichado final. Su misi¨®n era dotar de espa?olidad a los bailarines. Ardua tarea: contagiar de improvisaci¨®n y pasi¨®n flamenca el estricto rigor de la danza cl¨¢sica. Pero no estaba solo en esa labor: la m¨²sica de Falla ya hac¨ªa que tuviera parte del terreno ganado y Picasso cre¨® para El sombrero de tres picos de los Ballets Rusos el tel¨®n de boca y la indumentaria, de inspiraci¨®n goyesca. Era un momento ¨¢lgido en la creaci¨®n espa?ola y esta solo es una prueba m¨¢s.
![Desde la izquierda, Carlos S¨¢nchez, Rub¨¦n Olmo y Jos¨¦ Manuel Ben¨ªtez, en 'El loco'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7KHIYFWSFNGA5OXR2G5T5KX274.jpg?auth=98a86375b127bb1867218fba3272804531eff65427be1952abe532f08eb03218&width=414)
Ah¨ª estaba F¨¦lix Fern¨¢ndez, rodeado de lo m¨¢s granado de la cultura. Retratado por Picasso, el dibujo del malague?o es la ¨²nica representaci¨®n del bailaor que se conoce, ya que se conserva muy poca informaci¨®n sobre su vida. Data de 1919, cuando el pintor viaj¨® a Londres para asistir al estreno del montaje, por el calzado se reconoce la tradici¨®n de escuela bolera del bailaor, la base del flamenco en esos momentos. Y en este aparente ambiente de ¨¦xito que rodeaba a El Loco, lleg¨® el choque con la realidad. En el contrato que firm¨® no dec¨ªa que ¨¦l bailar¨ªa en el escenario, seg¨²n asegura Paco L¨®pez, creador del libreto y director de escena. Su sue?o de interpretar la farruca del molinero se convirti¨® en pesadilla, en incomprensi¨®n: la que provocaba saber que era quien mejor lo controlaba pero no quien la bailar¨ªa ante el p¨²blico; y tambi¨¦n la del idioma, el real y el del cuerpo. Su vida en Londres, en los ensayos con los bailarines, debi¨® de ser frustrante por no conocer la lengua. Esto le har¨ªa sentirse aislado, le despertar¨ªa los fantasmas de su esquizofrenia catat¨®nica. Y, adem¨¢s, ese otro lenguaje fr¨ªo y desconocido para ¨¦l: el del ballet cl¨¢sico. Estos dos ambientes est¨¢n perfectamente marcados en El loco: la iluminaci¨®n y los colores c¨¢lidos de sus caf¨¦s cantantes, de su ambiente flamenco, de los lugares que ¨¦l domina, el ruido, el taconeo¡; frente a los tonos fr¨ªos y pastel con los que visten los bailarines rusos, la sala de ensayo, el bailar con las puntas como levitando, el silencio. Esta dicotom¨ªa se rompe, pierde el equilibrio, cuando el bailaor tambi¨¦n lo pierde y huye, desaparece al enterarse de que no participar¨¢ en el montaje.
![Miriam Mendoza y Jos¨¦ Manuel Ben¨ªtez, en 'El loco'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GLVY5IRIE5BCDMHQWLA3EOULPI.jpg?auth=14a6de773632e84276e53bf49bcda8d64e21491b04607f59e64b6d5ddc4a58c3&width=414)
Despu¨¦s de d¨ªas en paradero desconocido en ese Londres de 1919, la polic¨ªa lo encuentra en Saint-Martin-in-the-Fields, algunos vecinos hab¨ªan avisado de que un hombre bailaba como un poseso en el interior de esta iglesia situada en Trafalgar Square. Los movimientos, la m¨²sica y la luz (b¨²squeda con linternas) del Ballet Nacional remiten a la locura del principio. Se cierra el c¨ªrculo. Vuelve el sanatorio de Epsom, donde el bailaor pas¨® sus ¨²ltimos 22 a?os, el ambiente cargado, los movimientos espasm¨®dicos de los bailarines vestidos con elementos que recuerdan a las madro?eras goyescas que dise?¨® Picasso para El sombrero de tres picos. Solo la muerte parece calmar a F¨¦lix el Loco.
La recuperaci¨®n de esta figura se debe principalmente a Rub¨¦n Olmo, director del Ballet Nacional, quien ha querido volver a tener en el repertorio este montaje, que se estren¨® en 2004 y que por un cambio de direcci¨®n en la compa?¨ªa tuvo una vida muy corta y cay¨® en el olvido, como su protagonista. Esta nueva vida, 18 a?os despu¨¦s, ha conseguido que la pieza quede m¨¢s redonda. Sus creadores, L¨®pez y Latorre, han cortado unos 10 minutos del original para que quede m¨¢s fluido, se han revisado algunas melod¨ªas para que se ajustaran a la ¨¦poca de F¨¦lix Fern¨¢ndez, y el director de escena est¨¢ especialmente contento de haber tenido tiempo para dedicarse al trabajo actoral de los solistas, pero tambi¨¦n del cuerpo de baile. Han de ser una m¨¢quina engrasada que gire en torno al protagonista y en esto inciden todos: uno de los objetivos es poner el foco en la figura del primer bailar¨ªn, en el protagonista masculino. Latorre dice que parten de una situaci¨®n diferente a la de otros ¨¢mbitos, en la danza la mayor¨ªa de las protagonistas son mujeres. Olmo repasa: Medea, Electra, Carmen, La Gitanilla, La Bella Otero¡ Ahora ha sido el director quien ha querido recuperar a F¨¦lix Fern¨¢ndez y su locura por la danza.
![Francisco Velasco y, a la derecha, Jos¨¦ Manuel Ben¨ªtez, en 'El loco'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/24IAWJZYKVAKTFOA5KHP434H4M.jpg?auth=e8320e893f240a8cd239752836e35b99054594f4319957afccf8e6eb7daf89e8&width=414)
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