¡®Pinocho de Guillermo del Toro¡¯: un Pinocho animado en el fascismo y con canciones feas
La pel¨ªcula deambula entre el drama, la fantas¨ªa y alg¨²n toque de comedia negra, con especial preponderancia del musical y extra?as decisiones en su dise?o de personajes
Si son de los que piensan que Pinocho (1940), obra maestra de la animaci¨®n creada por la cl¨¢sica factor¨ªa Disney, es demasiado cruel e inadecuada para las nuevas generaciones de cr¨ªos, con su oscuridad, sus borracheras, sus brutales castigos y aquellos ni?os con orejas de burro a causa de su mal comportamiento, solo tienen que leer el relato original de Carlo Collodi, que nunca fue perge?ado exclusivamente como literatura infantil: el ni?o de madera deja medio muerto a Pepe Grillo de un martillazo en la cabeza cuando este le recrimina su comportamiento; se va con el zorro y el gato no porque estos le prometan diversi¨®n sino porque le dicen que hay un monte en el que si siembras dinero, crece a¨²n m¨¢s; en la escuela se pelea con sus compa?eros y deja a uno de ellos inconsciente; y, en la versi¨®n primigenia, publicada entre 1882 y 1883 en el peri¨®dico Giornale per i bambini, era ahorcado por sus constantes infracciones.
Entre 2019 y 2022, tres nuevas adaptaciones se han sumado a las decenas que ya se hab¨ªan realizado para cine y televisi¨®n. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s llamativo es que dos de ellas recuperan una parte de la negrura y de la perversidad de la novela original de Collodi, contrariamente a lo que parecen demandar los, en general, sobreprotectores padres de hoy. Salvo la intrascendente versi¨®n de Robert Zemeckis, con Tom Hanks como Geppetto, estrenada este mismo a?o, tanto la creada por Matteo Garrone en 2019, con Roberto Benigni interpretando al carpintero, como la de Guillermo del Toro que hoy se estrena en Netflix, inciden en las tinieblas del relato para acabar componiendo pel¨ªculas no del todo destinadas a los ni?os, al menos, a los m¨¢s peque?os.
La mayor novedad formal de este Pinocho de Guillermo del Toro es que est¨¢ creado en animaci¨®n stop-motion (fotograma a fotograma, a partir de modelos originales), de ah¨ª que junto al cineasta mexicano aparezca como firmante de la direcci¨®n el estadounidense Mark Gustafson, especialista en el formato. La segunda gran innovaci¨®n es que el g¨¦nero de la pel¨ªcula deambula entre el drama, la fantas¨ªa y alg¨²n toque de comedia negra, con especial preponderancia del musical. Cierto, que la versi¨®n cl¨¢sica de Disney ten¨ªa alg¨²n apunte con canciones (¡°Tra-lara-lar¨ª, el arte es para m¨ª¡¡±, cantaba el honrado Juan), pero poco que ver con la decena de temas creada por Alexandre Desplat, con letras de Roeban Katz y del propio Del Toro. Canciones, y he ah¨ª la principal sombra de la pel¨ªcula, bastante feas, que lastran continuamente el, por otra parte, desigual ritmo de una obra que, en su primera media hora, cuesta demasiado agarrar.
A partir de un pr¨®logo tr¨¢gico, Del Toro ha a?adido un subtexto primordial: el de la imposible reparaci¨®n del dolor por la p¨¦rdida de un hijo, en este caso, la de Geppetto, lo que le lleva en una noche de borrachera a la creaci¨®n del ni?o de madera y, en cierto modo, a su sustituci¨®n. Un primer trecho que, adem¨¢s, sorprende (quiz¨¢ no para bien) por la diversidad de formas en la creaci¨®n de personajes, pues cada uno parece elaborado por t¨¦cnicas y estilos casi opuestos: Pinocho, apenas un tronco, rescatando as¨ª la esencia del texto de Collodi, en un estilo visual de majestuoso riesgo; Geppetto, casi como una escultura de arte sacro; y Pepito Grillo, con un extra?¨ªsimo y horrendo dise?o de aspecto pl¨¢stico con el que resulta imposible empatizar.
Sin embargo, este Pinocho de Del Toro no deja de levantar el vuelo tras su discutible primer tramo, hasta alcanzar algunos momentos deslumbrantes. El marco temporal, con la dictadura del fascismo en Italia, la presencia de Mussolini y el empe?o de los camisas negras en seducir al cr¨ªo con su parafernalia militar y sus victorias, entronca muy bien con la utilizaci¨®n pol¨ªtica que se hizo del mito de Collodi en aquellos tiempos por parte del fascio, y naturalmente, con las actuales derivas en parte del mundo. Son los monstruos del autoritarismo, a los que ya se hab¨ªa acercado el director en El laberinto del fauno. Y aunque el remordimiento tenga menos peso en esta versi¨®n, esa forma de tentaci¨®n relacionada con el ascenso del totalitarismo es probablemente el gran valor de la relectura de Del Toro.
PINOCHO DE GUILLERMO DEL TORO
Dirección: Guillermo del Toro, Mark Gustafson.
Reparto: David Bradley, Anthony Mann, Ewan McGregor (voces).
Género: animación. EE UU, 2022.
Plataforma: Netflix.
Duración: 117 minutos.
Estreno: 9 de diciembre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.