¡®El peque?o Nicol¨¢s¡¯: un precioso homenaje a una obra maestra de la ligereza y la literatura infantil

¡°?A qu¨¦ esperamos para ser felices?¡± Con esta pregunta, tan anacr¨®nica en su melancol¨ªa, se abre El peque?o Nicol¨¢s, una pel¨ªcula maravillosa que nos devuelve el placer de la inocencia y de un mundo en el que el trabajo y la imaginaci¨®n flu¨ªan entre bistr¨®s y buhardillas de Par¨ªs, de Saint-Germain-des-Pr¨¦s a Montmartre.

Lleno de preciosas ideas, El peque?o Nicol¨¢s es el homenaje a una obra maestra de la literatura infantil, pero tambi¨¦n a la amistad que se forj¨® entre Ren¨¦ Goscinny y Jean-Jacques Semp¨¦, creadores de este diminuto personaje cuya alegr¨ªa y ligereza est¨¢ construida con los materiales de un tiempo y una amistad perdida. Oda al trabajo creativo en equipo, El peque?o Nicol¨¢s es un juguete vintage irresistible, entretenido y tierno. Una pel¨ªcula que deber¨ªa ser obligatoria en los colegios porque, adem¨¢s, evoca una infancia en v¨ªas de extinci¨®n.

A partir de una idea de la hija de Goscinny, la escritora Anne Goscinny, Amandine Fredon y Benjamin Massoubre han urdido un guion en el que la creaci¨®n del personaje ¡ªnacido en 1956 para unas tiras c¨®micas de la revista Le Moustique y m¨¢s tarde protagonista de una serie de famosos libros infantiles¡ª y sus aventuras de peque?o alborotador se entrelazan con la biograf¨ªa de Goscinny y Semp¨¦, que cobran vida dentro de su propia historieta. La pel¨ªcula responde a c¨®mo naci¨® el ni?o de chaleco rojo y nariz respingona, al esplendor de un mundo cosmopolita que giraba alrededor de Par¨ªs, Nueva York y Buenos Aires y a la dura infancia de los dos creadores. De la familia disfuncional y violenta de Semp¨¦ a la errante de Goscinny, que perdi¨® a buena parte de los suyos en el Holocausto. Como un Pepito Grillo de estuche y pantal¨®n corto, Nicol¨¢s se cuelga de la m¨¢quina de escribir de Goscinny o de la mesa de dibujo de Semp¨¦ para conocer el triste fondo de sus ra¨ªces. Una infancia devastada que encontr¨® su respuesta en dos adultos que buscaron la felicidad no como un capricho sino como un deber.

La belleza pl¨¢stica de esta pel¨ªcula hecha de acuarelas pastel, su iron¨ªa y p¨ªcara candidez, la convierten en todo un regalo. Como si Amandine Fredon y Benjamin Massoubre hubiesen logrado captar el hondo y a la vez leve lema de Semp¨¦: ¡°El hombre es un animal tan inconsolable como alegre¡±.