En busca de las civilizaciones perdidas de Afganist¨¢n: una carrera contra el olvido y la destrucci¨®n
Una exposici¨®n en Par¨ªs recoge la historia de la misi¨®n arqueol¨®gica francesa en Asia Central, que encontr¨® la ciudad griega m¨¢s oriental, fundada por Alejandro Magno
Afganist¨¢n ha sido una tierra donde se han cruzado las culturas y las civilizaciones, disputada desde hace siglos por diferentes imperios y destrozada por guerras interminables. All¨ª fund¨® Alejandro Magno, en el siglo IV antes de nuestra era, la m¨ªtica A? Janum, la m¨¢s oriental de las ciudades ...
Afganist¨¢n ha sido una tierra donde se han cruzado las culturas y las civilizaciones, disputada desde hace siglos por diferentes imperios y destrozada por guerras interminables. All¨ª fund¨® Alejandro Magno, en el siglo IV antes de nuestra era, la m¨ªtica A? Janum, la m¨¢s oriental de las ciudades griegas; all¨ª floreci¨® el misterioso reino de Bactria, que mezclaba las tradiciones helen¨ªstica y budista, y all¨ª se tallaron majestuosos budas gigantes en las monta?as de Bamiy¨¢n, dinamitados por los talibanes en 2001.
Pero casi todos estos restos fueron abandonados, sepultados por siglos de olvido, saqueados por los imperios que pasaban con sus oleadas de destrucci¨®n por este pa¨ªs. Hasta que, despu¨¦s de la Primera Guerra Mundial, el reci¨¦n creado Estado afgano independiente ¡ªdisputado por rusos y brit¨¢nicos en el llamado Gran Juego¡ª decidi¨® encargar a Francia la creaci¨®n de una misi¨®n arqueol¨®gica destinada a desenterrar todos esos vestigios perdidos. La DAFA (Delegaci¨®n Arqueol¨®gica Francesa en Afganist¨¢n) ten¨ªa una misi¨®n cultural; pero sobre todo pol¨ªtica: el nuevo pa¨ªs, y su rey Amanul¨¢ Kan, necesitaban construir un pasado a la altura de las aspiraciones nacionales del nuevo pa¨ªs.
Una exposici¨®n en el Museo Guimet de Artes Orientales de Par¨ªs, Afghanistan. Ombres et l¨¦gendes (Afganist¨¢n, sombras y leyendas), que se podr¨¢ ver hasta el 6 de febrero y cuyo magn¨ªfico cat¨¢logo ha sido editado por Lienart, recoge esta aventura cient¨ªfica, interrumpida por la invasi¨®n sovi¨¦tica de 1979. La entrada de las tropas de Mosc¨² sumi¨® al pa¨ªs en una serie de guerras civiles que todav¨ªa no han terminado y que han arruinado la mayor¨ªa del patrimonio desenterrado durante aquellas d¨¦cadas. Una p¨¦rdida resulta especialmente simb¨®lica: la destrucci¨®n de los restos de A? Janum, la ¡°Dama de la luna¡± en Uzbeco, descubierta por un arque¨®logo franc¨¦s en 1926, aunque no comenz¨® a excavarse hasta los a?os sesenta.
As¨ª describe la ciudad el helenista de Oxford Robin Lane Fox en su biograf¨ªa Alejandro Magno. Conquistador del mundo (Acantilado): ¡°Cuando m¨¢s lejos se aleja a un hombre de su hogar, con m¨¢s tenacidad se apega a todo lo que un d¨ªa signific¨® para ¨¦l. En Afganist¨¢n, donde el r¨ªo Kokcha fluye desde las monta?as y las minas azules de Badajsh¨¢n para incorporarse al curso superior del Oxo (Amu Daria en la actualidad), desde donde se avista el corredor que atraviesa los Pamires en direcci¨®n a China, la enorme ciudad griega de A? Janum empez¨® a salir a la luz en la d¨¦cada de los sesenta. A unos 5.000 kil¨®metros de distancia del Egeo hab¨ªa ciudadanos griegos, macedonios y tracios que disfrutaban de los templos, los gimnasios y las palestras exactamente como si estuvieran en una ciudad de la Grecia peninsular¡±.
¡°Muchos sitios han sido destruidos. A? Janum fue totalmente saqueada en los a?os ochenta y noventa¡±, explica por tel¨¦fono desde Par¨ªs Nicolas Engel, responsable de antig¨¹edades afganas del Museo Guimet y uno de los comisarios de la exposici¨®n, que combina el material fotogr¨¢fico y diferentes v¨ªdeos con piezas de la colecci¨®n permanente. El convenio de Afganist¨¢n con Francia establec¨ªa un reparto equitativo de aquello que se encontraba. ¡°Bragram, donde se hall¨® un tesoro muy importante, tambi¨¦n fue expoliado desde los a?os ochenta. La cuesti¨®n est¨¢ ahora en c¨®mo conservar el patrimonio arquitect¨®nico que ha sobrevivido, como las fortalezas del Hindu Kush¡±.
Adem¨¢s de la destrucci¨®n que se produjo durante la invasi¨®n sovi¨¦tica y, despu¨¦s, durante la guerra civil de los a?os noventa que enfrent¨® a diferentes se?ores de la guerra, que sumi¨® al pa¨ªs en la violencia y la anarqu¨ªa, la llegada al poder de los talibanes fue catastr¨®fica, porque esta milicia islamista radical pretendi¨® desde el principio destruir las huellas de cualquier pasado no isl¨¢mico del pa¨ªs. Con el regreso de los talibanes al Gobierno, tras la retirada occidental en el verano de 2021, muchos arque¨®logos temen que vuelva su furia iconoclasta ¡ªy su financiaci¨®n con el lucrativo tr¨¢fico de antig¨¹edades¡ª. La destrucci¨®n de los budas de Afganist¨¢n, en 2001, tampoco fue ajena a que las estatuas milenarias ¡ªse construyeron en los siglos V o VI¡ª se encontraban en pleno territorio hazara, una etnia afgana de credo chi¨ª, especialmente perseguida por los talibanes.
¡°A? Janum es la m¨¢s oriental de las ciudades helen¨ªsticas¡±, prosigue Nicolas Engel. Sus restos se hab¨ªan buscado durante siglos. De hecho, en El hombre que pudo reinar, la novela de Rudyard Kipling llevada al cine por John Huston que transcurre en Kafirist¨¢n, un trasunto de Afganist¨¢n, los dos p¨ªcaros protagonistas, Danny Dravot y Peachy Carnehan, cruzan la cordillera del Hindu Kush en busca de riquezas sin l¨ªmites. Lo que encuentran, aparte de muchos problemas, es una ciudad helen¨ªstica perdida, fundada por Sikander, el nombre persa de Alejandro Magno.
Como ocurre tantas veces cuando se produce un encuentro de culturas, no es una ciudad griega como las dem¨¢s porque el helenismo se mezcl¨® con las tradiciones de Asia Central. ¡°Es una arquitectura h¨ªbrida, con fuertes influencias orientales¡±, se?ala Engel. La ciudad se conserv¨® ¨ªntegra porque fue abandonada en el siglo II antes de nuestra era. Mezcla los capiteles y las columnas claramente griegas con ladrillos de la zona. Lo que se pudo investigar durante las 16 campa?as de excavaci¨®n mostr¨®, por otro lado, una ciudad con una estructura cl¨¢sica, con su palacio, sus templos, sus murallas, su teatro, su gimnasio¡ ¡°Lo que es seguro es que dos siglos despu¨¦s del paso de Alejandro Magno se segu¨ªa hablando griego, aunque la poblaci¨®n ten¨ªa nombres locales¡±, prosigue Engel bas¨¢ndose en unos manuscritos que fueron encontrados durante las excavaciones. ¡°Los dioses griegos recibieron el culto de los nuevos colonos¡±, explica Robin Lane Fox en otro ensayo, El mundo cl¨¢sico. La epopeya de Grecia y Roma (Cr¨ªtica), poniendo a A? Janum como ejemplo de la potencia de la cultura que los ej¨¦rcitos de Alejandro llevaron desde las orillas del Mediterr¨¢neo al otro lado del mundo.
Una parte de los objetos encontrados fueron llevados a Francia, otra se qued¨® en el Museo de Kabul, saqueado durante la guerra, aunque importantes tesoros fueron escondidos en el banco central a la espera de tiempos mejores. Varios capiteles fueron utilizados por casas de t¨¦ de la zona. Desde la salida de los arque¨®logos franceses, las ruinas fueron expoliadas. Adem¨¢s, la zona se encontraba en el frente entre los talibanes y las fuerzas de la Alianza del Norte en el invierno de 2001, cuando se produjo la intervenci¨®n estadounidense tras los atentados del 11-S. Ahora mismo, resulta casi imposible saber lo que ha podido salvarse.
La historia del redescubrimiento de A¨ª Janum no es tan racombolesca como la imagin¨® Kipling, pero s¨ª refleja las enormes dificultades para excavar en Afganist¨¢n, as¨ª como las casualidades necesarias para descubrir una ciudad perdida en un territorio remoto. El sitio fue localizado la primera vez en 1926 por el arque¨®logo franc¨¦s Jules Barthoux en una de las primeras misiones de la DAFA. ¡°Se localiz¨® la ciudad griega que llevaban buscando desde que llegaron a Afganist¨¢n¡±, escribe Fran?oise Olivier-Utard en su historia de la DAFA, Politique et arch¨¦ologie. Histoire de la D¨¦l¨¦gation arch¨¦ologique fran?aise en Afganist¨¢n (Editions Recherche sur les Civilisations). Sin embargo, por un acuerdo afgano-sovi¨¦tico, los extranjeros no pod¨ªan permanecer en la frontera con la URSS y los trabajos arqueol¨®gicos eran, por lo tanto, imposibles.
Hubo que esperar hasta 1961 para que volviese a surgir el inter¨¦s por la ciudad perdida de Alejandro gracias a una casualidad: el rey Zahir Shah se encontr¨® durante una expedici¨®n de caza con un capitel de A? Janum. As¨ª comenzaron 16 campa?as de investigaci¨®n que se prolongaron durante 13 a?os. Dirigidas por Paul Bernard con la participaci¨®n de arque¨®logos sovi¨¦ticos, el descubrimiento de documentos e inscripciones permiti¨® entrever destellos de la vida de aquellos colonos macedonios en Asia central. Se logr¨® resolver un enigma, pero no dio tiempo para resolver todos los misterios.
¡°Pa¨ªs inalcanzable, Afganist¨¢n constituye un horizonte literario e hist¨®rico so?ado, un desierto de los t¨¢rtaros de nuestros pensamientos¡±, escribe en el cat¨¢logo la otra comisaria de la exposici¨®n, Sophie Makariou, conservadora general del patrimonio. ¡°Francia no ha renunciado a creer que se pueden seguir haciendo cosas en Afganist¨¢n, a pensar que nos incumbe proteger y transmitir esta historia, a veces tan dif¨ªcil, que un nuevo cap¨ªtulo, alguna vez, ser¨¢ escrito¡±. Mientras tanto, ha regresado el silencio de un mundo perdido.