Robin Lane Fox: ¡°Leer a Homero te cambia para siempre¡±
Ensayista y profesor, divide su vida entre los cl¨¢sicos y la jardiner¨ªa; entre sus clases en Oxford y las plantas, sobre las que escribe en la prensa brit¨¢nica. Cree que muchas respuestas a la actualidad se encuentran en textos de hace siglos.
Robin Lane Fox tiene una doble vida profesional que transcurre en alg¨²n lugar entre Atenas y los jardines ingleses. Por un lado, es uno de los grandes clasicistas de Reino Unido, profesor em¨¦rito del New College de Oxford y autor de ensayos como El mundo cl¨¢sico (Cr¨ªtica), que fue elegido uno de los mejores libros del a?o en 2007 por los cr¨ªticos de Babelia. Tambi¨¦n ha escrito una c¨¦lebre biograf¨ªa de Alejandro Magno, que Oliver Stone utiliz¨® como base para su pel¨ªcula sobre el conquistador heleno, en la que trabaj¨® como asesor ¡ªy como extra, ya que form¨® parte de las tropas del general macedonio¡ª. Eruditos, amenos y sorprendentes, sus libros han servido como introducci¨®n a Grecia para muchos lectores. Pero adem¨¢s Lane Fox, de 71 a?os, es un jardinero profesional. Desde hace casi medio siglo escribe una secci¨®n de jardiner¨ªa en la edici¨®n de fin de semana del Financial Times y tambi¨¦n tiene a su cargo varios jardines en Oxford. La entrevista se celebr¨® en C¨®rdoba, donde acudi¨® como jurado a la primera edici¨®n del Festival Internacional de las Flores, que se celebr¨® en octubre. Estaba encantado con el evento y con la temperatura de Andaluc¨ªa a finales del oto?o, pero se mostraba impaciente por regresar. Lane Fox es un hombre cordial, con mucho humor, pero no bromea cuando dice que no le gusta pasar mucho tiempo lejos de su jard¨ªn: ¡°Si tengo que quedarme tres noches fuera de casa, sufrir¨ªa lo que llamo ¡®sue?os verdes¡¯. So?ar¨ªa con mi jard¨ªn, pero luego tendr¨ªa pesadillas pensando que todo se ha quemado y tendr¨ªa que volver a casa¡±.
?Cu¨¢l era la relaci¨®n de los griegos y los romanos con los jardines? Por ejemplo, en la Domus Aurea, el palacio de Ner¨®n en Roma, eran un elemento esencial. Para los griegos, los jardines significaban sobre todo frutas y hortalizas. Las flores eran un lujo solo para los ricos y el agua no abundaba. Cuando cambi¨® la estructura social y llegaron los reyes, los jardines se pusieron de moda entre los griegos poderosos. En el mundo romano, a los l¨ªderes les gustaba exhibir sus parques y jardines. Cultivaban algunas flores, pero no tantas como en un jard¨ªn ingl¨¦s. Los emperadores romanos eran dictadores como Ceaucescu o Sadam Husein, o los dos a la vez, y les encantaba construir parques en los que mostraban su grandiosidad. El enorme parque de Adriano en su villa de T¨ªvoli es un ejemplo. Pero yo respeto a la gente que hace crecer cosas. No me impresionan tanto los que pagan por mantener grandes jardines.
¡°Me encanta la jardiner¨ªa, no
la contemplaci¨®n de las plantas. Respeto a la gente que hace crecer cosas, no a los que pagan por mantener grandes jardines¡±
?Es muy grande la diferencia? Enorme. A veces es la misma persona, pero no siempre. A m¨ª lo que me encanta es la jardiner¨ªa, no la contemplaci¨®n de jardines.
En sus libros explica que los primeros jardines bot¨¢nicos fueron griegos, de un disc¨ªpulo de Arist¨®teles. Teofrasto, que dispuso ser enterrado en su jard¨ªn. Conocemos algunas de las plantas que cultiv¨®, pero su objetivo era m¨¢s cient¨ªfico que est¨¦tico.
?Y cu¨¢l es su jard¨ªn bot¨¢nico favorito? Hay dos grandes en el mundo. Los dos primeros son M¨²nich y Edimburgo. Trabaj¨¦ en M¨²nich en 1965 cuando ten¨ªa 18 a?os y es el mejor jard¨ªn del mundo. Tiene plantas excepcionales. En Edimburgo, los escoceses llevan a cabo un trabajo excelente y tienen acceso a las plantas que vienen de China y de Extremo Oriente. Admiro el jard¨ªn bot¨¢nico de Madrid, cerca del Museo del Prado. Comenc¨¦ a admirarlo en los a?os noventa, cuando fue renovado. Es precioso. En Reino Unido me gustan los jardines privados. Los bot¨¢nicos no tienen nada que ver con la jardiner¨ªa, que es un oficio, un arte relacionado con la exposici¨®n. Est¨¢n interesados en la ciencia, en un esfuerzo rid¨ªculo por salvar a las plantas del mundo.
?Por qu¨¦ cree que es rid¨ªculo? Es algo que no se puede hacer. Actualmente el 30% de las plantas del mundo solo se conservan en jardines bot¨¢nicos. ?Por qu¨¦ las salvan? Kew Gardens [los jardines bot¨¢nicos de Londres] mantiene un proyecto para recopilar todas las semillas del mundo, pero nadie las planta. All¨ª est¨¢n, en un refrigerador. ?Qu¨¦ van a hacer con ellas? Soy bastante esc¨¦ptico con eso.
?C¨®mo afecta el cambio clim¨¢tico a su trabajo como jardinero? Enormemente. En Inglaterra, mi jard¨ªn dura mucho m¨¢s tiempo con flores. Pero s¨¦ que en Italia este a?o ha sido una cat¨¢strofe para jardines como el de Ninfa, al sur de Roma, que depende de las fuentes naturales. Ha padecido una crisis enorme tras nueve meses sin lluvia. No ha pasado nada igual en sus ocho siglos de historia. Y Espa?a supongo que vivir¨¢ el mismo desastre. En Inglaterra es magn¨ªfico. Los inviernos son cada vez m¨¢s suaves. En febrero el jard¨ªn est¨¢ fant¨¢stico, todo florece en marzo. Mi jard¨ªn est¨¢ magn¨ªfico en esta ¨¦poca del a?o y por eso no estoy totalmente contento de hallarme en C¨®rdoba porque no puedo verlo.
?En cu¨¢ntos jardines trabaja? Ahora mismo tengo tres responsabilidades. Los jardines del New College de Oxford, los mejores de la ciudad. Tenemos much¨ªsimos visitantes, sobre todo por las pel¨ªculas. Uno de los ¨¢rboles ha sido utilizado en la serie de filmes de Harry Potter y todos los a?os 50.000 j¨®venes japonesas nos visitan para fotografiarse bajo el ¨¢rbol. El jard¨ªn tambi¨¦n ha sido utilizado en Mamma M¨ªa II, veremos c¨®mo una joven Meryl Streep deja la universidad en ese jard¨ªn y tendremos otros 50.000 visitantes, porque la gente no distingue entre realidad y ficci¨®n. Me ocupo de un segundo jard¨ªn, Yarnton Manor, cerca de Oxford, que es una academia de verano. Y por encima de todo trabajo en mi propio jard¨ªn.
?Sabe cu¨¢ntas plantas tiene? No, no las cuento, son demasiadas. Llevo 60 a?os siendo jardinero.
?Qu¨¦ tipo de jardines le gustan, los barrocos o los sencillos? Me gusta cultivarlos. No me importa que sea con semillas o plantas compradas en un vivero. Lo malo es que la gente joven ya no puede comprar casas, son demasiado caras. Yo pude disponer de mi propio jard¨ªn a los 30 a?os, pero ahora resultar¨ªa imposible. Representa una crisis tremenda para la jardiner¨ªa inglesa.
En C¨®rdoba existen algunos jardines musulmanes. ?Son reales o son recreaciones rom¨¢nticas? ?Sabemos c¨®mo eran los jardines de la antig¨¹edad? En algunos casos podemos recrearlos. Gracias a fuentes ¨¢rabes, tenemos una lista de plantas que fueron tra¨ªdas desde Siria y Egipto y que se cultivaron en el sur de Espa?a, pero no las ver¨¢n en la Alhambra. De la Antig¨¹edad conocemos pocos jardines, el de Plinio es uno de ellos. Y podr¨ªamos recrearlo. Pero los nuestros son mucho m¨¢s interesantes de lo que nunca pudieron ser los romanos o los griegos, gracias a China. El oeste de China y T¨ªbet son el para¨ªso para las plantas y las flores silvestres. En Inglaterra ahora tenemos 90.000 plantas para elegir.
Recientemente public¨® un art¨ªculo en el que relataba un viaje a Rumania en busca de flores silvestres. ?Cu¨¢l es la flor que nunca ha visto en la naturaleza y que le gustar¨ªa ver? La Gentiana farara, pero eso significar¨ªa viajar a China. Y me gustar¨ªa volver a ver la Campanula covadonga en los Pirineos. Fue encontraba en los a?os treinta por un gran investigador ingl¨¦s y su hijo me dio unas semillas. Es violeta oscuro. La tuve hace 50 a?os, pero la perd¨ª, no logr¨¦ reproducirla.
?Podemos contar la historia del mundo a trav¨¦s de las plantas? Ser¨ªa muy interesante porque nunca se ha hecho bien. Quiero realizar un programa de televisi¨®n sobre lugares de Grecia donde todav¨ªa crecen plantas famosas en la literatura cl¨¢sica. En la Iliada, el poema m¨¢s grande del mundo, Hera quiere seducir a Zeus, el rey de los dioses, en el monte Ida. Es irresistible y Zeus hace el amor con ella sobre un lecho de flores. Afortunada pareja. Y si uno va en marzo al monte Ida puede encontrar las mismas flores¡ Tambi¨¦n se producen sorpresas con el origen de las plantas. Por ejemplo, siempre se pens¨® que los melocotones llegaron de China en la Edad Media. Sin embargo, unos arque¨®logos alemanes encontraron en Samos un hueso de melocot¨®n en un nivel muy antiguo. Todav¨ªa me pregunto si lo tiraron ellos. La historia antigua de las plantas es muy disputada.
Cuando la conversaci¨®n se interna en la otra profesi¨®n de Lane Fox, el profesor no tarda en preguntar a su interlocutor si es capaz de leer el griego cl¨¢sico. Ante la respuesta negativa, explica que ¡°nunca es demasiado tarde¡± y realiza una defensa de la necesidad de aprender aquella lengua: ¡°Tenemos muchas razones para estudiar griego cl¨¢sico, pero una se eleva por encima de todas. Si ha le¨ªdo los poemas de Homero en su lengua original, su vida tiene sentido. Cuando usted termine su d¨ªa, pensar¨¢: ¡®?Qu¨¦ he hecho hoy?¡¯. He grabado una entrevista en ingl¨¦s, he le¨ªdo unos art¨ªculos. Pero si lees a Homero te cambia para siempre¡±.
Hace un a?o entrevist¨¦ a un latinista franc¨¦s, Paul Veyne¡ Le conozco, un hombre muy inteligente.
Y me explic¨® que su teor¨ªa es que ya queda tan poca gente que hable lat¨ªn y griego que tendr¨ªa m¨¢s sentido utilizar el tiempo que se dedica a esas lenguas en el bachillerato a la lectura de los autores cl¨¢sicos. En otras palabras, que es m¨¢s importante leer a Homero como sea que leer algunos versos de Homero con dificultad en la lengua original¡ Eso no tiene sentido. Veyne es un historiador, muy importante, pero no es un hombre de letras. No me importa qui¨¦n lea griego, de hecho a veces me gustar¨ªa que algunos profesores de griego no lo conociesen por las cosas que escriben, pero Homero est¨¢ ah¨ª para todos. ?Por qu¨¦ deber¨ªamos negar a la mayor¨ªa de la humanidad el acceso a lo m¨¢s grande que se ha producido en su historia? No puedo estar de acuerdo, tendr¨ªa que ense?arse a Homero en griego cl¨¢sico en las escuelas. La pregunta correcta ser¨ªa m¨¢s bien por qu¨¦ tenemos que aprender franc¨¦s en el colegio.
La literatura cl¨¢sica nos ilumina sobre los grandes periodos de crisis, como el helenismo o la ca¨ªda de la Rep¨²blica romana. ?Cree que estamos viviendo uno de esos momentos de cambio total? No. B¨¢sicamente no est¨¢ ocurriendo nada. El Brexit es una estupidez, pero no representa ni de lejos una crisis comparable a una conquista romana o el ascenso de Alejandro. No deber¨ªamos creer que podemos aprender lecciones del mundo cl¨¢sico. Ten¨ªan esclavos. A veces me pregunto si no deber¨ªa escribir cada vez ¡°Pericles, el ateniense due?o de esclavos¡±. De hecho, s¨ª que existe una poderosa lecci¨®n moral del mundo griego: no se puede tratar a otras personas de esa forma.
¡°Tendr¨ªa que ense?arse a Homero en griego cl¨¢sico en las escuelas. La pregunta correcta ser¨ªa m¨¢s bien por qu¨¦ tenemos
que aprender franc¨¦s¡±
?Por qu¨¦ termina su libro El mundo cl¨¢sico con Adriano, emperador de 117 a 138 d. C. y no con el final del imperio romano de Occidente, en el siglo V? Porque creo que es la primera persona que mira hacia atr¨¢s y contempla el mundo griego como si fuese cl¨¢sico. Es la primera vez que una mirada cl¨¢sica sobre el mundo se convierte en dominante y, con ella, cambia la mirada sobre el pasado. Y adem¨¢s es espa?ol¡
?Tenemos una idea clara de por qu¨¦ el mundo se convirti¨® en cristiano, por qu¨¦ se abandonaron los viejos dioses para adoptar uno nuevo? S¨ª, conocemos muchas razones. Una de ellas fue la conversi¨®n del emperador Constantino, que adem¨¢s dedic¨® mucho dinero a la Iglesia y a los cristianos. Eso anim¨® a mucha gente a seguir ese camino. La conversi¨®n del mundo cl¨¢sico a la cristiandad fue un proceso lento, no acab¨® hasta el final del siglo V. Era una religi¨®n que uni¨® las creencias con la ¨¦tica, que antes hab¨ªan estado siempre separadas; que promete una vida despu¨¦s de la muerte¡
Pero en su libro dice que cuando Jes¨²s muere deb¨ªa de tener en torno a 30 seguidores. S¨ª, sin duda es extraordinario. Es una de las grandes historias de la humanidad. No creo en el mensaje, pero respeto lo que logr¨®.
En su libro explica que Cicer¨®n se construy¨® una casa enorme en Roma que pod¨ªa ser contemplada desde muchos lados porque le gustaba exponerse en p¨²blico. ?No est¨¢ ocurriendo ahora mismo algo parecido con las redes sociales? No hab¨ªa pensado en ello, pero me parece muy interesante. ?C¨®mo tuitear¨ªa Cicer¨®n? Me encantar¨ªa reconstruir los tuits de Cicer¨®n.
?Y era Cicer¨®n un idiota, con un ego gigantesco, o uno de los hombres m¨¢s inteligentes de todos los tiempos, o un poco de cada cosa? Si eres un hombre de izquierdas, no puedes soportarle, pero muchas veces te quita el aliento. No puedo evitar sentir simpat¨ªa hacia ¨¦l. De verdad. Muy pocos de mis colegas simpatizan con ¨¦l, salvo los especialistas en su obra. Los historiadores le consideran un horror, alguien que nunca se preocupa por el pueblo, un nuevo rico que se equivoca en todo¡ Pero, qu¨¦ puedo decir, las cartas son maravillosas. Se equivoca siempre: piensa todo el rato que todo el mundo le est¨¢ esperando para que vuelva y lo arregle todo, y nunca es as¨ª. Siempre que puede equivocarse, se equivoca¡ Pero el mundo ser¨ªa mucho m¨¢s gris sin Cicer¨®n. Cuando tenga 80 a?os y ya no escriba libros, volver¨¦ a leer todas sus cartas. Siendo ya viejo relata la visita que hizo Octavio [el futuro emperador Augusto]. Y tenemos la descripci¨®n de aquel encuentro entre el joven m¨¢s letal del mundo y un anciano hombre de Estado que quiere volver a ser importante¡ ?Es ir¨®nico cuando escribe: ¡°Creo que va a hacer todo lo que le he sugerido¡±? Es maravilloso. Y en otro momento le visita C¨¦sar, porque le gustaba Cicer¨®n siempre que no hablasen de pol¨ªtica. Llega con un s¨¦quito de 2.000 personas y se pasan toda la noche hablando de teatro griego, mientras que Cicer¨®n est¨¢ deseando que le pregunte por la actualidad pol¨ªtica. Tras la visita, Cicer¨®n escribe un comentario: ¡°Creo que no es el tipo de persona que volver¨ªa a invitar¡±. Son cosas inmortales.
Ha escrito usted durante 40 a?os para el mismo diario... Todav¨ªa m¨¢s, durante 47.
?Cu¨¢l es el mayor cambio que ha visto en el periodismo en este medio siglo? En mi trabajo, que soy mejor. Ahora llego a m¨¢s lectores. Cuando empec¨¦, escrib¨ªa para lectores que viv¨ªan en el sur de Inglaterra y que quer¨ªan aprender a cultivar plantas y flores. Ahora, el Financial Times del fin de semana es un diario global, uno de los m¨¢s importantes y le¨ªdos del mundo. Escribir¨¦ sobre mi viaje a C¨®rdoba. La gente quiere leer sobre muchas m¨¢s cosas, no solo sobre jardiner¨ªa. Soy mucho menos provinciano.
?Y desde el punto de visto t¨¦cnico? Al principio no escrib¨ªa, creo en Homero y la literatura oral: dictaba mis textos. Luego escrib¨ªa a mano y lo mandaba a un editor que lo enviaba a su secretaria, que lo pasaba a m¨¢quina. Luego volv¨ª a dictar. Y ahora todo se ha convertido en digital y ya no dicto. Me gustar¨ªa volver a hacerlo, pero s¨¦ que no me van a dejar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.