¡®Llaman a la puerta¡¯: el apocalipsis seg¨²n M. Night Shyamalan

Las pel¨ªculas de M. Night Shyamalan suelen navegar entre misterios y dilemas morales que conectan con las patolog¨ªas de la sociedad contempor¨¢nea. Si en su anterior pel¨ªcula, Tiempo, se deten¨ªa en una obsesi¨®n universal que en algunas sociedades roza lo grotesco, el terror a envejecer y al paso del tiempo, en su nueva propuesta, Llaman a la puerta, apunta a esa psicosis colectiva que, aupada por la tecnolog¨ªa, corre como la p¨®lvora: la inminencia del apocalipsis.

Llaman a la puerta est¨¢ conectada de forma directa con la encerrona y el aturdimiento del presente y, de paso, con ese interesado equ¨ªvoco en el que ya nadie sabe qu¨¦ es verdad y qu¨¦ es mentira. A trav¨¦s de siete personajes y casi un ¨²nico espacio, la pel¨ªcula arranca con una ni?a de ocho a?os en medio de un bosque cazando saltamontes para meterlos en un bote de cristal. Con su habitual pulso narrativo, que incluso logra que no chirr¨ªen demasiado una serie de flashbacks sobre la familia protagonista, Shyamalan asume una vez m¨¢s su papel de cuentacuentos y, de la mano de esa imagen inicial de la naturaleza secuestrada, se adentra en un juego simb¨®lico con el tel¨®n de fondo del fin del mundo.

La pel¨ªcula adapta la novela de 2018 La caba?a del fin del mundo, del autor de misterio Paul Tremblay, que presenta un cuadro de familia contempor¨¢nea, dos hombres y su hija adoptada, acorralados por un grupo de fan¨¢ticos que creen que sus delirios apocal¨ªpticos pueden quedar resueltos gracias a esta familia elegida al azar en un bosque solitario.

Como en la serie Servant, en la que Shyamalan participa como productor ejecutivo y director de varios cap¨ªtulos, Llaman a la puerta funciona como un tablero de mesa con pocas fichas movidas por el poder oscuro de una fuerza misteriosa. El uso del sonido y de la m¨²sica, los primeros planos de sus int¨¦rpretes para ahondar en el terror mental y el audaz uso de la televisi¨®n como fuente de realidad, pero tambi¨¦n de confusi¨®n y fantas¨ªa, conforman una pel¨ªcula de suspense psicol¨®gico que se disfruta del tir¨®n.

El desconcertante personaje que interpreta Dave Bautista, ese actor y luchador profesional que parece salido de un reality en horario nocturno y sirve Shyamalan para homenajear el mito de Frankenstein, lleva la batuta de un delirio con m¨ªstica de telediario. Y aunque cada personaje representa diferentes respuestas al mismo problema, finalmente el que m¨¢s destaca es el de la ni?a, quiz¨¢ porque se adapta mejor al esquematismo de Shyamalan. Llaman a la puerta convoca muchos de los fantasmas de nuestra sociedad, como la crisis de la salud mental y la p¨¦rdida de la noci¨®n de la realidad. Aunque todo parezca un simpl¨®n juego de ni?os, la pregunta a qu¨¦ estamos dispuestos a renunciar para salvar a la humanidad prevalece m¨¢s all¨¢ de los t¨ªtulos de cr¨¦dito.