¡®Irati¡¯: c¨ªclopes, juegos de tronos y mujeres de fuego que fornican en los bosques vascos

El excelente momento del cine espa?ol hay que medirlo fundamentalmente por la calidad, pero aun cabe otra variante para celebrar la fiesta: la diversidad de g¨¦neros y estilos. Que coexistan Albert Serra y Rodrigo Sorogoyen, Carla Sim¨®n y Carlota Pereda, Jon¨¢s Trueba y Alauda Ruiz de Az¨²a, Lois Pati?o y Roberto Bueso, Alberto Mielgo y Alberto V¨¢zquez, que se parecen entre ellos como un huevo y una casta?a, es formidable. Y a estos nombres y unos cuantos m¨¢s se uni¨® en 2022 el vitoriano Paul Urkijo, que hace un cine casi in¨¦dito en Espa?a. Con su segunda pel¨ªcula, la singular Irati, epopeya medieval con toques de fantas¨ªa mitol¨®gica de espada y brujer¨ªa, nominada a cinco premios Goya, confirma su naturaleza de rara avis.

En Irati parecen desembocar referentes poco habituales en el cine espa?ol: Tolkien y El se?or de los anillos, los juegos de rol, los videojuegos, el cine estadounidense fant¨¢stico, de aventura y leve toque rom¨¢ntico de los a?os ochenta; el c¨®mic, los cuentos populares, la historia medieval y hasta los paseos por el bosque acompa?ados de narraciones orales sobre las extra?as criaturas que los pueblan, seg¨²n la tradici¨®n. La mitolog¨ªa vasca, la memoria sentimental, las supersticiones y la acci¨®n cinematogr¨¢fica confluyen en Irati, un canto a la libertad y a la defensa del extra?o, adem¨¢s de reflexi¨®n sobre el poder y el arrinconamiento de la mujer, ambientado en el a?o 778 en el Pirineo Occidental.

Los misterios del terru?o han estado siempre en el cine espa?ol, desde Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n a Julio Medem, pasando por Jos¨¦ Luis Borau, pero ese coraz¨®n del bosque nunca hab¨ªa aparecido en nuestras pel¨ªculas con la magia medieval de Urkijo. Quiz¨¢ los especialistas de una cierta edad recuerden la presencia en el festival de San Sebasti¨¢n de 1993 de la demasiado olvidada El aliento del diablo, apuesta medieval (y suicida) de Paco Lucio, coproducida por El¨ªas Querejeta y coescrita por Lucio, Guti¨¦rrez Arag¨®n y el propio Querejeta. Pero desde entonces poco o nada puede emparentarse con el trabajo de Urkijo, que en Errementari (2017) ya dio muestras de por d¨®nde iba su estilo de cine de g¨¦nero, inspirado en la leyenda y la historia (all¨ª, las guerras carlistas), que puede presumir de un estupendo pulso para las secuencias de batalla y acci¨®n, rodadas en localizaciones naturales y no en plat¨®, algo tan meritorio como poco habitual.

Basada libremente en la novela gr¨¢fica El ciclo de Irati, publicada por Juan Luis Landa y Jon Mu?oz Otaegui en 2004, la pel¨ªcula se ambienta en cuevas, castillos y bosques, con las guerras contra los francos de soslayo, el tesoro de Carlomagno y el papel del papado y de la religi¨®n en lugar preponderante. Por ah¨ª pululan los se?ores del valle, el incipiente reino de Pamplona, las brujas, el paganismo, la ¡°nueva fe cristiana¡±, un c¨ªclope y las lamias, criaturas con pies de ave. Quiz¨¢ el hilo conductor del relato se torne un poco disperso en el n¨²cleo central, pero la visualizaci¨®n de la magia (la lluvia de piedras, la aparici¨®n del gigante con un solo ojo¡­), la calidad de los efectos especiales (?ay, ese Goya para Modelo 77!), que abrillantan un relato para so?ar, y el precioso ep¨ªlogo dejan la pel¨ªcula muy arriba.

¡°Mujeres de fuego que fornican con serpientes para provocar tormentas¡±. He ah¨ª una frase inimaginable en el cine espa?ol hasta la llegada de Urkijo, al que ni siquiera le ha hecho falta inventar un idioma, como a los autores de El se?or de los anillos o Juego de tronos, para que su fantas¨ªa ¨¦pica tenga un matiz at¨¢vico en el lenguaje: el euskera ya estaba all¨ª.