Trece novelas gr¨¢ficas para celebrar el primer D¨ªa del C¨®mic y el Tebeo
Recomendamos algunas de las mejores historietas publicadas en el ¨²ltimo a?o en la jornada oficial que a partir de ahora se dedicar¨¢ cada 12 meses al noveno arte
Las novelas gr¨¢ficas cuentan muchas historias fant¨¢sticas. Pero el propio sector dibuja hoy una p¨¢gina in¨¦dita que, hasta hace no mucho, solo hubiera encajado en la ciencia-ficci¨®n: este viernes 17 de marzo se celebra en Espa?a el primer D¨ªa del C¨®mic y el Tebeo.
La fecha evoca el comienzo de la publicaci¨®n de la revista TBO, en 1917. Aunque, desde entonces, no debe de haber habido muchas ocasiones en las que las vi?etas se reivindiquen en la mism¨ªsima web oficial del Gobierno, como ahora sucede. Porque, el pasado julio, el Consejo de Ministros proclam¨® una jornada anual dedicada al noveno arte. Y el momento al fin ha llegado. No se resuelven de golpe prejuicios, trabajos precar¨ªsimos o la condescendencia con la que a veces se mira a la historieta. Pero s¨ª se reconoce a este ¨¢mbito cultural al mismo nivel que otros m¨¢s c¨¦lebres y prestigiosos. Con sus obras excelsas, artistas poderosos, todo tipo de temas y relatos y, por supuesto, tambi¨¦n con sus trabajos p¨¦simos.
La efem¨¦ride no se reduce solo al aspecto formal. El pasado martes se constituy¨® el Grupo del Trabajo del C¨®mic, amparado por el Ministerio de Cultura y Deporte, para estudiar peri¨®dicamente la situaci¨®n del tebeo. Y un d¨ªa despu¨¦s los expertos estudiaron los primeros datos del Libro Blanco del Sector del C¨®mic. En toda Espa?a habr¨¢ eventos, talleres, exposiciones, conferencias. Y, para sumarse a la fiesta, redactores y colaboradores de EL PA?S recomiendan algunos de los tebeos que m¨¢s les han gustado entre los publicados en el ¨²ltimo a?o.
Por culpa de una flor, de Mar¨ªa Medem (Blackie Books / Apa Apa C¨®mic). Por culpa de una flor es poes¨ªa visual. En una trama minimalista, la protagonista emprende un viaje para encontrar la cura a su problema vital: que una flor solitaria no muera. Mar¨ªa Medem consigue que sintamos el fr¨ªo del agua cuando Antonia se chapuza en la charca de un p¨¢ramo desolado, que nuestro rostro se caldee a la luz del fuego o que invada nuestro cuerpo el ta?ido de las campanas del pueblo des¨¦rtico donde vive. La simplicidad de los colores s¨®lidos y de los motivos representados (una flor, un perro, un arco¨ªris) recuerdan a los dibujos de infancia. Es una odisea sensorial y hedonista, en la que hay que volver a lo ancestral, es decir, recorrer lo que ya se ha andado, para encontrar la calma. Si lo acaba comprando y no le convence la historia, siempre puede enmarcar algunas p¨¢ginas para decorar su habitaci¨®n. Por Nora G. Forn¨¦s.
Ronson, de C¨¦sar Sebasti¨¢n (Autsaider C¨®mics). El pasado en el que creemos, ese que da nuestra memoria, es tan solo una ficci¨®n reconstruida desde recuerdos fragmentarios que vamos acomodando para crear un relato que nos resulte cre¨ªble y, sobre todo, que nos permita mirarlo sin resentimiento. Sebasti¨¢n reconstruye ese proceso rebuscando en las fotograf¨ªas de la infancia de un peque?o pueblo de interior, en esas luces ya apagadas que intentamos desesperadamente volver a encender para creer que fuimos felices, aunque solo fuera por un momento. Con un trazo de delicado naturalismo, el relator recupera los episodios de sus vivencias, pero frente a la complacencia de ese recuerdo del que se liman las asperezas que puedan herir, el dibujo nos va mostrando las sensaciones y sentimientos que se ocultaron, el dolor que el momento marc¨® en la memoria y al que no queremos volver. Una obra extraordinaria sobre el poder de la memoria. Por ?lvaro Pons.
Batman: Un mal d¨ªa - El Acertijo, de Tom King y Mitch Gerards (ECC Ediciones). De Batman se debe de haber dicho ya (casi) todo. Y sus n¨¦mesis tambi¨¦n han sido exploradas a fondo, hasta convertirse en los rivales m¨¢s fascinantes de todos los tebeos de superh¨¦roes. Por m¨¢s que les pese, de alguna forma Joker, El Ping¨¹ino, Doble Cara y compa?¨ªa han contribuido con su grandeza a encumbrar a¨²n m¨¢s al Hombre Murci¨¦lago. Y por eso su casa creativa, DC, ha lanzado una serie dedicada a los vecinos m¨¢s temidos de Gotham. Se titula Un mal d¨ªa, como el que basta para volverse h¨¦roe o villano, en aquella teor¨ªa que formul¨® Alan Moore en La broma asesina. Y arranca con El Acertijo, que muestra lo inagotable que puede ser un icono, en manos de artistas que sepan cuidarle. Tras tantas d¨¦cadas, resulta que el rey de las adivinanzas a¨²n es capaz de sorprender. Todo un triunfo para ¨¦l. Y para los lectores. Por Tommaso Koch.
La estirpe fracasada, de Elisa Riera (Astiberri). El trazo de Elisa Riera avisa desde las primeras vi?etas de que es una autora sin filtros y en La estirpe fracasada no se ha guardado nada. Con un humor ¨¢cido y a veces cruel, repasa la vida venida a menos de los Muns¨¦, la t¨ªpica gente de bien que, cuando se raspa con los pinceles de la autora, se descubre que es de todo menos ejemplar. Se ve que Riera ha disfrutado como una estudiante de ciencias ante el cad¨¢ver de una rana, diseccionando a cada uno de miembros de esta familia, recorriendo las ramas m¨¢s secas y podridas de un ¨¢rbol geneal¨®gico en el que solo crecen la envidia, la hipocres¨ªa y la mezquindad. Por Aitor Mar¨ªn.
El gran vac¨ªo, de L¨¦a Murawiec (Salamandra Graphic). Que te vean. Que gustes. Que hablen de ti. Que tu nombre suene. Que lo que haces genere reacciones, en la calle, en las redes sociales, donde sea. Cuanto m¨¢s, mejor. La presi¨®n que aflige a muchos hoy en d¨ªa en El gran vac¨ªo es directamente una amenaza letal. Porque los ciudadanos que no alimenten su presencia est¨¢n abocados a desaparecer incluso en el sentido m¨¢s literal. L¨¦a Murawiec no parece tener miedo: trata un tema tremendamente actual, y ya ampliamente debatido; y lo hace en un libro de formato grande, poco color y, a ratos, dos p¨¢ginas enteras ocupadas por una sola vi?eta. Un riesgo creativo tras otro. De todos, sale victoriosa. Y eso que es su ¨®pera prima. Por Tommaso Koch.
No Sleep Till Shengal, de Zerocalcare (Reservoir Books). En No Sleep Till Shengall el autor italiano regresa al norte de Siria donde dibuj¨® su exitosa Kobane Calling. Zerocalcare ha asumido el papel de portavoz gr¨¢fico de los kurdos de esa zona en su lucha por construir una rep¨²blica multi¨¦tica y multireligiosa, donde el papel de la mujer y el feminismo son fundamentales. Como en toda su obra se sirve de la autoiron¨ªa y el escepticismo existencial para contar en esta ocasi¨®n las condiciones de vida de los ezid¨ªes, una minor¨ªa ¨¦tnica masacrada y perseguida del Kurdist¨¢n en su lucha contra el ISIS, los intereses estrat¨¦gicos de Turqu¨ªa, y la intervenci¨®n de otros pa¨ªses en la zona. Un ejemplo de periodismo gr¨¢fico que le conecta con autores como Joe Sacco. Una historieta bien trenzada en dibujo y guion, con un trazo en el que el autor es protagonista y que nos recuerda qu¨¦ ocurre en el mundo a cada rato m¨¢s all¨¢ de pantallas de m¨®viles y titulares de prensa. Por Jacobo Rivero.
Hecha a s¨ª misma, de Alicia Mart¨ªn (Aristas Mart¨ªnez). Alicia Mart¨ªn se reviste del corrosivo esp¨ªritu que inspiraba las historietas de Conti y V¨¢zquez en El DDT de la Editorial Bruguera para crear uno de los retratos m¨¢s subversivos y contundentes de la sociedad moderna desde la vida de la joven Cuca, creyente confesa en las promesas de las t¨¦cnicas de autoayuda para poder ascender en su potente empresa. Mart¨ªn dispara con acierto contra todo, dejando en evidencia el machismo enquistado en cada esquina, las mentiras del ascensor social neoliberalista o el absurdo de una sociedad que olvid¨® el bien com¨²n para creer solo en el dinero como sin¨®nimo de felicidad y ¨¦xito en la vida, pero sin olvidar desde las promesas de la IA hasta una instituci¨®n familiar que ha perdido todo su sentido m¨¢s all¨¢ de ver el ¨²ltimo cap¨ªtulo de un culebr¨®n turco. Una obra que cumple a la perfecci¨®n aquella m¨¢xima de ¡°tiemble despu¨¦s de haber re¨ªdo¡±. Por ?lvaro Pons.
La sala de los espejos, de Liv Str?mquist (Reservoir Books). Como acostumbra, la historietista sueca ¡ªautora de t¨ªtulos como Los sentimientos del pr¨ªncipe Carlos y No siento nada¡ª vuelve a ofrecer en La sala de los espejos una lecci¨®n magistral de feminismo y, ya puesta, de filosof¨ªa, sociolog¨ªa y antropolog¨ªa. La autora carga sus vi?etas de iron¨ªa y humor, lo que no implica en absoluto una rebaja del nivel del debate que plantea. Str?mquist, de hecho, maneja artiller¨ªa pesada para hacer virguer¨ªa fina, entrelazando las teor¨ªas de Ren¨¦ Girard con el fen¨®meno viral de las Kardashian y a estos con el pensamiento de Simone Weil en relaci¨®n con la evoluci¨®n hist¨®rica del concepto de belleza. As¨ª, pasan por las p¨¢ginas de este c¨®mic fascinante desde Susan Sontag a Eva Illouz, y del mito de la madrastra a las obsesiones de la emperatriz Sissi. En un mundo l¨ªquido, la autora busca ¡ªy encuentra¡ª algunas respuestas s¨®lidas. Pero, sobre todo, abre caminos para la reflexi¨®n, la denuncia y una muy constructiva (auto)cr¨ªtica. Por Silvia Hernando.
Doble yo, de Audrey Lain¨¦ y Navie (Andana). Hay historias que pueden contarse en cualquier formato. Se escriben, igual que se dibujan o se filman. Pero tambi¨¦n existen relatos que intentan algo m¨¢s: aprovechar los poderes ¨²nicos de cada medio. Doble yo recoge vivencias personales muy duras: la compleja relaci¨®n de Navie con su obesidad. Es probable que la sinceridad y la humanidad de sus confesiones impactar¨ªan tambi¨¦n en una novela o una obra teatral. Pero solo en un c¨®mic, desde que un m¨¦dico sentencia que la protagonista pesa como dos mujeres de su tama?o recomendado, la doble puede colocarse literalmente en sus hombros para seguirla a todos lados. Contradicciones, traumas, esperanzas, sufrimientos ¨ªntimos de golpe se explican en una sola imagen. Clar¨ªsima. Inolvidable. Por Tommaso Koch.
Soledad. La memoria herida, de Tito (Cascaborra). Hace ya 40 a?os, el toledano Tito llev¨® al c¨®mic la guerra civil espa?ola. Lo hizo desde la revista francesa (A Suivre), donde publicaba un at¨ªpica serie que transcurr¨ªa en uno de esos pueblos de lo que hoy conocemos como ¡°la Espa?a vaciada¡±, contando peque?as historias que transcurr¨ªan tranquilamente, pero escondiendo secretos que tapaban heridas abiertas. Tras varios ¨¢lbumes de esos relatos, La memoria herida se atrev¨ªa por fin a buscar el origen del dolor contando la historia de su abuelo Tiburcio, narrando el horror de una guerra que lleg¨® a su peque?o pueblo toledano para cubrir de sangre y miedo las calles encaladas de blanco donde las ancianas antes conversaban en las puertas. Tito compone el relato de una memoria a la que se oblig¨® a renunciar, pero que dej¨® heridas abiertas que explican el presente. Un c¨®mic que ha permanecido in¨¦dito en nuestro pa¨ªs y que es necesario recuperar. Por ?lvaro Pons.
Ba?os Pleamar, de Isaac S¨¢nchez (Dolmen). Ba?os Pleamar es un restaurante al lado del mar en Badalona, un entorno que, a pesar de las dificultades econ¨®micas de su familia, se antoja m¨¢gico para el peque?o Isaac S¨¢nchez. El autor se nutre de cl¨¢sicos como La casa, de Paco Roca, y modula esos recuerdos dolorosos y a la vez hermosos a trav¨¦s de la perspectiva del ni?o que fue, en la que los heroin¨®manos son vampiros y su padre, al que homenajea en la obra, un superh¨¦roe. Pero lo m¨¢s entra?able de este nost¨¢lgico c¨®mic que recrea el esp¨ªritu de los noventa es la mirada retrospectiva del ahora historietista a su yo del pasado, un Isaac chiquito que dibuja constantemente. Aunque su carrera como humorista le haya servido de trampol¨ªn, no podemos obviar que S¨¢nchez es un autor de c¨®mics consagrado, y esta obra, una oda al lugar que le vio crecer, lo demuestra. Por Nora G. Forn¨¦s.
Escucha, hermosa M¨¢rcia, de Marcello Quintanilha (Astiberri). El c¨®mic documental apegado a la realidad cotidiana y las batallas por la supervivencia no ha perdido vigencia. Un ejemplo de una fuerza incre¨ªble en trazo, color y fondo es Escucha, hermosa M¨¢rcia, del dibujante brasile?o afincado en Barcelona Marcello Quintanilha. La historia de una madre coraje de la favela enfrentada a su destino y en conflicto permanente con su hija. Un libro que te deja paralizado por la violencia de algunos momentos y que te enfrenta a una realidad que puedes sentir como propia si est¨¢s inmerso en el mundo de los cuidados familiares. Quintanilha con la potencia biogr¨¢fica de sus personajes y ayudado por una espectacular gama de colores vivos te sumerge en cada vi?eta en un laberinto de pasiones que atrapa desde la primera p¨¢gina. Un libro que no deja indiferente en ning¨²n sentido. Por Jacobo Rivero.
Gallina clueca, de Alicia Pena (Sapristi). No hay muchas formas de explicar c¨®mo se sienten las protagonistas de esta historia. Solo quien lo ha vivido sabe qu¨¦ supone desear ser madre y no poder conseguirlo. Los intentos, los dedos cruzados, las esperanzas, el silencio. Y la b¨²squeda de fuerzas para una nueva tentativa. A¨²n as¨ª, en su primera novela gr¨¢fica, Alicia Pena logra que cualquiera experimente la odisea de dos chicas a trav¨¦s de la reproducci¨®n asistida. El t¨ªtulo sirve de pista: alude a la gallina ¡°que deja de poner huevos y se queda en el nido para incubar, actuando como si hubiera sido fecundada aunque los huevos no sean suyos¡±. A partir de ah¨ª se dibuja un relato de pocas palabras, muchas miradas, l¨¢grimas y sonrisas a partes iguales. Como en la vida misma. Por Tommaso Koch.
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