Gibraltar lucha para no perder su identidad llanita en ¡®espanglish¡¯
La ca¨ªda en desuso del espa?ol entre los m¨¢s j¨®venes del Pe?¨®n se convierte en preocupaci¨®n local, pero el Instituto Cervantes no volver¨¢ hasta que no haya tratado pos-Brexit
El escritor gibraltare?o Mark S¨¢nchez lleva ya 30 a?os viviendo en el Reino Unido. Un buen d¨ªa, caminando por la famosa Oxford Street de Londres, escuch¨® una frase entre el murmullo mayoritariamente ingl¨¦s: ¡°?Qu¨¦ fr¨ªo hace! ?No dijeron ayer en la television que hoy it was going to be sunny [iba a estar soleado]?¡±. No le hizo falta m¨¢s para saber que se hab¨ªa topado con un vecino de su a?orada Gibraltar. ¡°El llanito es muy importante para nosotros porque es algo que define lo que somos y c¨®mo nos reconocemos¡±, explica S¨¢nchez emocionado. Aunque parad¨®jicamente todos dicen apreciarlo, esa habla en espanglish con acento brit¨¢nico-andaluz se diluye en la Roca poco a poco, a medida que los j¨®venes abandonan el uso del espa?ol. Hasta el extremo de que la p¨¦rdida del biling¨¹ismo se percibe ya como un problema social en la Roca, aunque su Gobierno promete estar enfrascado en su promoci¨®n.
En Gibraltar, todo es historia entreverada con pol¨ªtica. Tras la cesi¨®n a los brit¨¢nicos en 1713, el espa?ol fue ¡°la lengua franca de la ciudad hasta mediados del siglo XX¡±, como defiende Francisco Oda, director del Instituto Cervantes en la Roca hasta que el exministro de Exteriores Jos¨¦ Manuel Margallo decidi¨® unilateralmente cerrarlo en 2015. Era la lengua materna de sus habitantes hasta que, tras la Segunda Guerra Mundial, los ingleses introdujeron cambios en el sistema educativo que dieron m¨¢s peso a su lengua. El cierre de la frontera decretado por el dictador Francisco Franco en 1969 hizo el resto. El castellano se convirti¨® ¡°en lengua de herencia y redujo su presencia al ¨¢mbito informal y familiar¡±, como a?ade Oda. Y justo esa tesis defender¨¢ el tambi¨¦n profesor de Sociolog¨ªa en el IX Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola (CILE) de C¨¢diz, en un panel el pr¨®ximo mi¨¦rcoles llamado Mestizaje, biling¨¹ismo y multiling¨¹ismo. Impacto en la educaci¨®n. Aunque a lo largo de los cuatro d¨ªas hay diversas ponencias dedicadas al mestizaje y al espanglish que se habla en Am¨¦rica, esa ser¨¢ la ¨²nica que abordar¨¢ las singularidades de un ejemplo de biling¨¹ismo que ya es se?a de identidad de un territorio.
Pero lo que hablan buena parte de los m¨¢s de 32.600 habitantes del Pe?¨®n ¡ªespecialmente los mayores¡ª no es una lengua, ni siquiera un dialecto, sino un habla biling¨¹e tan rica y diversa como entr¨®pica y moldeable al hablante y su contexto en ese momento. Su singularidad hizo que el equipo del Laboratorio de Adquisici¨®n del Lenguaje de la Universidad de Valladolid, capitaneado por la ling¨¹ista Raquel Fern¨¢ndez, comenzara a visitar la ciudad hace 20 a?os para descubrir c¨®mo se produce la tambi¨¦n llamada alternancia de c¨®digos en el cerebro de los gibraltare?os. ¡°La zona del lenguaje de estas personas est¨¢ ocupada por dos lenguas. Hay momentos en los que el espa?ol da m¨¢s informaci¨®n. Si a house [casa] le pones el determinante la, da m¨¢s informaci¨®n que the. El esqueleto es el mismo, pero c¨®mo lo rellenas depende de la riqueza gramaticalmente de cada lengua¡±, razona la especialista.
Es lo que S¨¢nchez hace instintivamente desde que aprendi¨® a hablar ingl¨¦s y castellano: ¡°El llanito es el lenguaje de las emociones, en el que uno sue?a o de gran enfado. Llevo 30 a?os viviendo en el Reino Unido y, en mitad de la noche, mi mujer dice que hablo en sue?os en espa?ol¡±. Pese a ese libre albedr¨ªo, el escritor es capaz de trazar algunas reglas, como el uso del ingl¨¦s para definir las tecnolog¨ªas ¡ªcomputer por ordenador, boiler por caldera¡ª, anglicismos castellanizados ¡ªquequi por cake, pastel; mebli por marble, canica¡ª o calcos sem¨¢nticos en los que se traduce literalmente frases del ingl¨¦s ¡ªvoy para atr¨¢s por go back¡ª. Para complicarlo m¨¢s, la multiculturalidad gibraltare?a ha hecho que en esa habla se incorporen pr¨¦stamos del malt¨¦s, el ladino, el ¨¢rabe o el italiano ¡ªmarchapi¨¦, del italiano marciapiede, para referirse a la acera¡ª.
Pero todos esos giros en el habla brillan por su ausencia en los gibraltare?os m¨¢s j¨®venes, mucho menos biling¨¹es que sus padres y abuelos. Pese a que, desde los a?os ochenta, la frontera reabri¨® y que el espa?ol ya no es repudiado en las aulas ¡ªcomo lleg¨® a ocurrir en la d¨¦cada de los sesenta¡ª, el Pe?¨®n asiste preocupado a la p¨¦rdida del llanito. En los colegios, el ingl¨¦s es la lengua vehicular, y el castellano lleva d¨¦cadas presente como lengua extranjera, pero distinto es lo que ocurre en las casas. ¡°Se ha mantenido gracias a esta transmisi¨®n familiar, pero en el futuro dejar¨¢ de producirse porque el espa?ol est¨¢ en declive¡±, apunta Oda. ¡°Los j¨®venes est¨¢n perdiendo la alternancia de c¨®digos y los mayores ya han empezado a ver que est¨¢n ante un problema social. Es una pena, pero es un esfuerzo de todos, de la pol¨ªtica, la sociedad y las familias¡±, valora Fern¨¢ndez.
Tampoco ayuda que la sede del Instituto Cervantes siga cerrada desde 2015, enredada en constantes promesas de reapertura no materializadas. En los cuatro a?os que estuvo abierta, la instituci¨®n formaliz¨® hasta 4.500 matr¨ªculas, el 51% de alumnos menores de 16 a?os, como cuantifica el que fuese su director. La vuelta del Cervantes al Pe?¨®n cuenta ahora con el visto bueno del Ministerio de Asuntos Exteriores ¡ªdel que depende¡ª y del propio Gobierno gibraltare?o, pero no est¨¢ previsto que se materialice hasta que los tratados pos-Brexit de Espa?a con Reino Unido ¡ªatascados desde hace meses por cuestiones de la frontera¡ª vean la luz, si es que lo hacen.
Mientras tanto, en el Gobierno de Gibraltar descartan tomar la iniciativa de convertir en biling¨¹es sus colegios, como recomienda Oda. ¡°Tienen que ser en ingl¨¦s, ya que nuestros alumnos se examinan a trav¨¦s del sistema ingl¨¦s del General Certificate of Secondary Education¡±, excusa John Cort¨¦s, ministro de Educaci¨®n en la Roca. En el Gabinete presidido por el socialista Fabian Picardo aseguran estar interesados en promover el llanito y apoyan las investigaciones sobre su habla, adem¨¢s de haber creado un Consejo Nacional del Libro para promover la escritura gibraltare?a y haber creado un concurso de relatos con una categor¨ªa propia en biling¨¹e. ¡°El Gobierno se asegurar¨¢ de que contin¨²e la mezcla ¨²nica de ingl¨¦s y espa?ol de Gibraltar, as¨ª como de ingl¨¦s y espa?ol por separado¡±, a?ade Cort¨¦s.
Por si lo institucional no es suficiente, los gibraltare?os ya han empezado a organizarse y han creado la asociaci¨®n Gibraltare?os por una sociedad multiling¨¹e. Buena parte de todos los usos y giros en espanglish que S¨¢nchez a?ora usar con frecuencia en Leeds ¡ªla ciudad inglesa en la que vive ahora¡ª los volc¨® en su novela Marlboro Man, en la que recrea el llanito en divertidas conversaciones de sus protagonistas, unos contrabandistas de tabaco. ¡°Pese a todo, soy optimista porque est¨¢ naciendo un movimiento prollanito. No creo que sea un problema irreversible, ni creo que se vaya a perder¡±, remacha emocionado S¨¢nchez, poco antes de colgar, por volver a usar su espa?ol con un interlocutor ¡°con acento andaluz¡±.
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