Gibraltar asiste con hartazgo a la negociaci¨®n eterna del pacto con la UE
Gibraltare?os y espa?oles piden pragmatismo en unas conversaciones marcadas por la cuenta atr¨¢s del a?o electoral a ambos lados de la Verja
El grupo de WhatsApp del trabajo de Alberto Valdivia fue un hervidero la tarde-noche del pasado 14 de diciembre. Hac¨ªa ya horas que hab¨ªan terminado la jornada laboral, pero todos los compa?eros estaban conectados, pendientes de la comparecencia en directo del ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, y del secretario del Foreign Office brit¨¢nico, James Cleverly, en Madrid. Les iba la vida profesional en ello: de los nueve empleados que tiene la consignataria de buques gibraltare?a Incargo, cinco son trabajadores espa?oles transfronterizos. ¡°Seguimos cada novedad del Brexit y esa vez parec¨ªa que, por fin, iban a decir algo del tratado de las relaciones de Gibraltar con la UE¡±, cuenta este contable de Algeciras, de 33 a?os. Pero pronto la decepci¨®n se apoder¨®, de nuevo, del grupo: ¡°Al rato, est¨¢bamos comentando todos que no dec¨ªan nada nuevo. Nos quedamos con las ganas, a seguir esperando, y en esas seguimos¡±.
Espa?a y Reino Unido negocian el acuerdo que regir¨¢ las relaciones de la Uni¨®n Europea con Gibraltar tras el Brexit, en unas conversaciones que llevan en marcha desde que se rubric¨® un preacuerdo en la Nochevieja de 2020 y que no tienen un plazo claro, pero con la incertidumbre que marca que 2023 sea a?o de elecciones espa?olas y gibraltare?as.
Valdivia atraves¨® el pasado viernes la frontera de Gibraltar pasadas las 7.00 para llegar a la empresa en la que trabaja desde hace siete a?os. El paso que cada d¨ªa transitan 15.000 empleados transfronterizos ¡ª11.000 de ellos, espa?oles, seg¨²n estiman desde el Grupo Transfronterizo formado por empresas y sindicatos¡ª vive meses de tranquilidad y fluidez. Pero el gaditano tambi¨¦n sabe lo que es verse en colas de espera de media hora o tres cuartos, al vaiv¨¦n de cualquier conflicto, tan terrenal como una huelga o tan et¨¦reo como un malentendido diplom¨¢tico. Por eso el contable sabe que si el acuerdo no prospera y la Verja se convierte en una frontera dura exterior de la Uni¨®n Europea, su trabajo pende de un hilo. ¡°Queremos ser optimistas, pero lo veo con preocupaci¨®n. No sabemos ni qu¨¦ est¨¢n negociando ahora. Veo todo con incertidumbre, hasta mantener mi puesto de trabajo. Y eso que gibraltare?os y espa?oles dependemos mutuamente unos de otros¡±, subraya.
¡°Puntos por perfilar, escollos por sortear y flecos por pulir¡±. Eso es lo que Cleverly dijo, ese pasado 14 de diciembre, que resta para alcanzar un acuerdo. Desde entonces, el silencio de las partes es sepulcral, aunque aseguran que la negociaci¨®n sigue. ¡°Hay conversaciones todo el tiempo¡±, asegura una fuente cercana al lado ingl¨¦s de la mesa. El propio ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo (del partido socialista GSLP) ¡ªque ha eludido hacer declaraciones¡ª, afirm¨® este martes en su discurso de a?o nuevo que lo que est¨¢ ahora en debate ¡°son acuerdos solo para la inmigraci¨®n y la circulaci¨®n de mercanc¨ªas¡±. Ese primer punto es precisamente el que m¨¢s escuece desde que, a final de a?o de 2021, se alcanz¨® un pacto previo, el acuerdo de Nochevieja, en el que ya se avanzaba que la desaparici¨®n de los controles en la actual Verja estaba condicionada a la presencia de polic¨ªas espa?oles y gibraltare?os en el puerto y aeropuerto del Pe?¨®n, asistidos en los cuatro primeros a?os por Frontex, la agencia europea de fronteras.
El c¨®mo y d¨®nde materializar esa presencia sin enturbiar a su vez las posiciones contrapuestas de Espa?a y Reino Unido en materia de soberan¨ªa centran las negociaciones desde entonces. Pero George Dyke, due?o de Incargo, ahora presidente de turno del Grupo Transfronterizo ¡ªuna entidad de empresarios y sindicatos de ambos lados de la Verja¡ª y director de la C¨¢mara de Comercio de Gibraltar, se pregunta por qu¨¦ no se ha empezado ya a aplicar lo acordado ese 31 de diciembre, mientras se cierran los famosos flecos posteriores. ¡°Estamos un poquito moscas. El problema parece ser pol¨ªtico y, seg¨²n lo que se anunci¨®, el plan era dejar de lado par¨¢metros que no se iban a tocar. El grupo quiere que haga honor a su compromiso de Nochevieja y lo apliquen. Tiene que haber otras cosas de por medio que no nos enteramos. (¡) Londres, Bruselas y Madrid queda muy lejos de aqu¨ª. Es una incertidumbre para todo el mundo. ?C¨®mo vamos a traer inversores si no se sabe qu¨¦ va a pasar?¡±, inquiere.
Desde que Reino Unido vot¨® a favor del Brexit en 2016 en contra del deseo de los gibraltare?os ¡ªun abrumador 95,91% de los votantes del Pe?¨®n apoy¨® permanecer en la UE¡ª, los llanitos han pasado por todas las fases psicol¨®gicas de un duelo: desde el choque inicial hasta la aceptaci¨®n y el aprendizaje. Tambi¨¦n el alivio y la ilusi¨®n con el acuerdo de Nochevieja de 2020. Pero dos a?os despu¨¦s, sin tratado definitivo a la vista, en Gibraltar y su entorno espa?ol han tenido que mentalizarse de nuevo, hartos de esa eterna realidad de impasse. ¡°Es una pesadez, pero ya estamos acostumbrados¡±, resume Salomon Massias, propietario junto a su hermano Daniel de cuatro supermercados Eroski franquiciados en el Pe?¨®n.
En este tiempo, la Roca ha conseguido evitar todas las consecuencias de un Brexit salvaje, aunque ya han comenzado a sentir su salida de la UE en detalles como la imposibilidad de traer productos de alimentaci¨®n por tierra desde Reino Unido, ya que no existe un Punto de Inspecci¨®n Fronteriza (PIF) en La L¨ªnea que revise las mercanc¨ªas tras su tr¨¢nsito por territorio comunitario. La ¨²nica soluci¨®n es que ese control se haga en el PIF del puerto de Algeciras, se embarque y llegue a Gibraltar por mar. ¡°Ahora traemos menos de estos productos, pero culturalmente necesitamos nuestro t¨¦ y nuestra galleta inglesa. Solo podemos traer cada dos semanas. Pones una orden y tarda 20 d¨ªas en llegar, as¨ª que la caducidad tiene que ser m¨¢s extensiva. Adem¨¢s, ha subido el precio¡±, razona Massias.
Todas las fuentes consultadas en Gibraltar asumen que eso es solo un mal menor para lo que podr¨ªa pasar si la Verja llanita pasase a ser una frontera dura con Espa?a. De ah¨ª que haya quien se decante por recurrir al puro pragmatismo, como defiende Marlene Hassan-Nahon, diputada en el Parlamento gibraltare?o en la oposici¨®n y l¨ªder del partido de izquierdas Together Gibraltar: ¡°Que tengamos que tener una nueva infraestructura para ser parte de una Europa que nos va a traer prosperidad no creo que vaya a destruir nuestra identidad¡±, dice. En la misma l¨ªnea parec¨ªa ir Picardo en su discurso televisado: ¡°Al principio, un acuerdo puede resultar inc¨®modo en algunos ¨¢mbitos. Muchos cambios lo son, aunque solo sea porque habr¨¢ diferencias. De la misma manera, la adhesi¨®n a la UE pudo haber resultado inc¨®moda inicialmente en 1972, pero una ausencia de acuerdo tambi¨¦n ser¨¢ muy inc¨®moda¡±.
Hassan-Nahon ley¨® entre l¨ªneas en las palabras de Picardo cierta preparaci¨®n a la ciudadan¨ªa para el nuevo tablero de juego: ¡°Est¨¢ educando, record¨¢ndonos que habr¨¢ cosas en las que tendremos que agacharnos y otras en las que no¡±, interpreta. Y, pese la inquietud que reina en Gibraltar por el silencio de los negociadores, la pol¨ªtica cree que es beneficioso: ¡°Que el detalle se proteja sin filtraciones es se?al de que los equipos negociadores est¨¢n trabajando en serio, con honestidad y buena fe¡±, dice. Aunque a la l¨ªder de izquierdas no se le escapa el nuevo factor temporal que ha entrado en juego en este 2023, donde tanto el actual Gobierno de Espa?a como el de Gibraltar tendr¨¢n que someterse a las urnas con el mes de diciembre como tope. ¡°La sensaci¨®n del pueblo es que va a ser m¨¢s f¨¢cil llegar a un acuerdo con el PSOE que con un posible gobierno del PP con Vox. Pensamos que est¨¢n intentando llegar a acuerdos antes de eso¡±, defiende Daniel Massias. El tiempo y la capacidad negociadora dir¨¢ si la cuenta atr¨¢s acaba con buenas noticias, al fin, para unos gibraltare?os tan preocupados como ilusionados con una realidad que no llega.
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