El algoritmo se reconcilia con la m¨²sica cl¨¢sica
La dificultad para encontrar grabaciones espec¨ªficas en las plataformas de ¡®streaming¡¯ lleva a Apple a desarrollar una aplicaci¨®n capaz de seleccionar las versiones de referencia entre decenas de ediciones
La m¨²sica se ha vuelto l¨ªquida en la era del acceso. Lo confirman, desde 2014, los periodistas tecnol¨®gicos italianos Gianluigi Bonanomi y Renzo Zonin. En su libro Musica liquida. Spotify, Deezer e la canzone nell¡¯era dello streaming acuden al ubicuo t¨¦rmino del soci¨®logo Zygmunt Bauman para dar nombre al creciente flujo de canciones por streaming. Y explican c¨®mo el referente s¨®lido del disco compacto est¨¢ siendo reemplazado por el abismo l¨ªquido de las plataformas en l¨ªnea, como Spotify y Deezer.
Bonanomi y Zonin tambi¨¦n comentan la transformaci¨®n comercial de la propiedad en acceso. Aluden a las famosas prescripciones del economista norteamericano Jeremy Rifkin en su libro La era del acceso: un mundo donde grandes redes comerciales alquilan contenidos en l¨ªnea a cambio de una tarifa mensual o anual, y donde ya no se hablar¨ªa de vendedores y compradores, sino de proveedores y usuarios. Una realidad que se ha ampliado hace tiempo al entorno audiovisual (con Netflix y otras plataformas) e incluso tambi¨¦n al audiolibro y al libro electr¨®nico (con el caso de Storytel).
Pero los divulgadores tecnol¨®gicos italianos olvidaron advertir, en su referida monograf¨ªa, que ese mundo hab¨ªa sido dise?ado a medida para la m¨²sica popular. En las plataformas, los discos se clasifican utilizando campos (o metadatos) muy limitados, como el artista, el nombre del ¨¢lbum y el t¨ªtulo de la canci¨®n. Tres elementos suficientes para localizar r¨¢pidamente un tema de Rosal¨ªa o de Beyonc¨¦, pero no una grabaci¨®n espec¨ªfica del Concierto Emperador, de Beethoven. De hecho, el usuario puede encontrar decenas de int¨¦rpretes que han grabado esa misma composici¨®n y algunos incluso m¨¢s de una vez. El algoritmo deber¨ªa distinguir, por lo menos, entre compositor, obra, n¨²mero de cat¨¢logo, movimiento e int¨¦rpretes.
El gigante tecnol¨®gico Apple lanz¨®, el pasado 28 de marzo, una nueva aplicaci¨®n para iPhone llamada Apple Music Classical que aspira a resolver el gran problema de la m¨²sica cl¨¢sica en las plataformas de streaming. El origen de esta nueva aplicaci¨®n est¨¢ relacionada con la inclusi¨®n de la alta fidelidad entre las preocupaciones de Apple. En mayo de 2021, la compa?¨ªa lanz¨® una nueva funci¨®n, dentro de Apple Music, que llam¨® ¡°audio espacial¡±. Una experiencia de sonido inmersivo a trav¨¦s de Dolby Atmos similar a la ofrecida por Tidal o Deezer (con 360 Reality Audio). A esa novedad se sum¨® la inclusi¨®n de ficheros sonoros de alta resoluci¨®n sin p¨¦rdida. Y todo ello sin encarecer el coste de suscripci¨®n, a diferencia de otras plataformas.
#AppleMusicClassical is here! Watch as two of the most powerful talents in classical music, @AliceSaraOtt and @kcanellakis, team up to introduce you to the new app. https://t.co/lwnF4Dx4ua pic.twitter.com/cbEbageOha
— Apple Music Classical (@AppleClassical) March 28, 2023
No obstante, la compra de Primephonic, en agosto de 2021, marc¨® el camino hacia la nueva aplicaci¨®n. Esta startup con sede en ?msterdam hab¨ªa desarrollado la experiencia de la cl¨¢sica por streaming con una interfaz atractiva e intuitiva, tras haber comenzado su andadura, en 2014, como tienda de descargas digitales. Estaba formada por profesionales especializados en m¨²sica cl¨¢sica que Apple incorpor¨® a su plantilla, con Guy Jones al frente, un antiguo responsable de proyectos digitales de la Sinf¨®nica de Londres y creador desde Touch Press de exitosas aplicaciones de m¨²sica cl¨¢sica, como The Orchestra y Beethoven¡¯s 9th Symphony.
Apple Music Classical se ha beneficiado de ese equipo editorial para ofrecer una experiencia mejorada. Ahora es m¨¢s f¨¢cil localizar un disco cl¨¢sico con m¨ªnimas indicaciones (poniendo ¡°Beethoven 5 Uchida¡± es posible encontrar al instante las dos grabaciones del Concierto Emperador de la pianista anglojaponesa). Adem¨¢s, se ofrece una sugerencia para comenzar a escuchar esa composici¨®n (indicando ¡°Beethoven 5¡å, y seleccionando el concierto, se puede acceder a una grabaci¨®n destacada como referencia junto a varios registros populares). Otra ventaja es que su cat¨¢logo es el mayor de m¨²sica cl¨¢sica en l¨ªnea, con cinco millones de pistas frente a los dos millones que tiene Spotify (del Concierto Emperador se incluyen nada menos que 971 grabaciones). Y se ofrece con una calidad de sonido ¡°sin p¨¦rdida¡±, con registros en ¡°alta definici¨®n¡± y algunos en Dolby Atmos.
Pero tampoco es oro todo lo que reluce. El cat¨¢logo de Apple no distingue entre grabaciones y lanzamientos, pues un mismo registro cl¨¢sico puede tener m¨²ltiples ediciones. Tambi¨¦n se confunde el a?o de grabaci¨®n con el de publicaci¨®n. E incluso se mezclan composiciones completas y fragmentos, algo que no sucede, por ejemplo, en la plataforma Idagio (hay decenas de duplicados y fragmentos entre esas 971 grabaciones del Concierto Emperador). Adem¨¢s de todo ello, aunque la ¡°alta definici¨®n¡± de Apple llegue hasta los 192 kHz de frecuencia de muestreo, en realidad casi nunca supera los 44,1 kHz (la misma que tiene un CD), a diferencia de otras plataformas que destacan por su cat¨¢logo de alta definici¨®n, como Qobuz.
La gran joya de Apple Music Classical es el men¨² ¡°Explorar¡±. Una invenci¨®n original que ofrece un admirable sistema de navegaci¨®n pensado para la m¨²sica cl¨¢sica. Permite elegir entre ¡°Cat¨¢logo¡±, ¡°Playlists¡± e ¡°Instrumentos¡±. En la primera opci¨®n, es posible optar por compositor, periodo hist¨®rico o g¨¦nero de m¨²sica, adem¨¢s de por int¨¦rpretes (directores, orquestas, solistas, conjuntos y coros). El primer compositor es Johann Sebastian Bach y se nos muestran tres obras populares junto a los ¨²ltimos lanzamientos y una breve biograf¨ªa. Pero lo m¨¢s interesante sucede cuando tocamos en ¡°Ver las 1224 obras¡± y accedemos a toda su producci¨®n musical, que podemos ordenar por n¨²mero de cat¨¢logo (BWV), aunque tambi¨¦n por popularidad, nombre y tonalidad (¡°clave¡± es una traducci¨®n err¨®nea) y filtrarlas por g¨¦nero (orquestal, m¨²sica vocal, etc.).
El cat¨¢logo de listas de reproducci¨®n (playlists) es inmenso. Ofrece opciones para diferentes estados de ¨¢nimo, selecciona grabaciones imprescindibles (por compositores e int¨¦rpretes) e incluso por periodo hist¨®rico, instrumentos y conjuntos. Tambi¨¦n hay listados dise?ados por los propios artistas que explican ese itinerario de escucha con un breve texto. Por ejemplo, el violinista Joshua Bell titula ¡°M¨²sica que cambia vidas¡± su atractiva selecci¨®n personal y el violonchelista Yo-Yo Ma apela a la conexi¨®n humana en su lista titulada ¡°Lo que nos une¡±.
El otro men¨² m¨¢s relevante es ¡°Escuchar¡±. Aqu¨ª podemos acceder a muchas m¨¢s playlists, listados de novedades y varias selecciones editoriales (¨¢lbumes imprescindibles, ¨¢lbumes que nos encantan y joyas ocultas). El principiante encontrar¨¢ aqu¨ª una completa historia de la m¨²sica en podcast narrada en ingl¨¦s por Guy Jones titulada The Story of Classical. Y el iniciado podr¨¢ acceder a una serie de grabaciones exclusivas, en Dolby Atmos, como resultado de convenios que ha firmado Apple con las principales orquestas y teatros de ¨®pera del mundo (Filarm¨®nicas de Viena y Berl¨ªn, Concertgebouw de ?msterdam, Metropolitan de Nueva York, etc.)
Tambi¨¦n destaca el apartado ¡°Canci¨®n a canci¨®n¡± (una desafortunada traducci¨®n de ¡°Track by track¡±). Aqu¨ª podemos escuchar a los propios int¨¦rpretes comentando ¡°pista por pista¡± sus propias grabaciones, como Hilary Hahn explicando su ¨²ltimo disco de Bach para viol¨ªn solo (Decca). Todo en esta nueva aplicaci¨®n lleva el sello de calidad y dise?o de Apple. Se incluyen decenas de car¨¢tulas creadas para cada playlist junto a 55 retratos digitales exclusivos para los principales compositores. Y se aporta un cierto toque retro con el uso del tipo de letra Nueva York frente a la habitual de San Francisco en Apple Music.
Esta nueva aplicaci¨®n del gigante tecnol¨®gico de Cupertino mejora sustancialmente la experiencia de la m¨²sica cl¨¢sica en la era del acceso (o del streaming). Permite al principiante saber por d¨®nde empezar, al iniciado localizar f¨¢cilmente sus grabaciones favoritas y al experto ampliar sus horizontes.
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