Drogas durante el embarazo y azotes en dibujos: llega a Espa?a Aline Kominsky-Crumb, la reina del c¨®mic antipol¨ªticamente correcto
El volumen ¡®Querido Callo¡¯ recopila la obra de la autora y pareja de Robert Crumb, fallecida en noviembre, conocida por sus tebeos lib¨¦rrimos y radicales, llenos de sexo y humor
El c¨®mic dio un viaje sideral en el San Francisco de finales de la d¨¦cada de los sesenta y principios de los setenta. En esa ciudad de California se juntaron hippies, yippies, chulos, camellos, chaperos, putas, frikis, m¨²sicos ecl¨¦cticos, revolucionarios de toda condici¨®n y moteros. Tambi¨¦n ilustradores e ilustradoras que quer¨ªan agitar conciencias dibujando ese ambiente atiborrado de viajes de ¨¢cido y humo de porros. En esa escena destacaron dos nombres: Robert Crumb y Aline Kominsky. El primero como cabeza visible a nivel internacional de un c¨®mic muy sexualizado, sobrado en formas y fondos, brillante en agudezas de todo tipo. La segunda como abanderada de un trazo biogr¨¢fico con pelos en la lengua, pero no precisamente por recato o timidez. Ambos formaron parte del colectivo de dibujantes underground comix. La pareja, que se cas¨® en 1978, tuvo su propia carrera y sus historietas circularon con profusi¨®n entre la escena comiquera de medio mundo. Era el desfase ilustrado y su obra marc¨® tendencia, hablaban de las intersecciones fuera del foco del american way of life (el estilo de vida americano).
La editorial Reservoir Books publica por primera vez en Espa?a Querido Callo. Comida, sexo, muerte, felicidad, amor, dolor, de Aline Kominsky-Crumb, una recopilaci¨®n de toda su obra que se ha convertido tambi¨¦n en homenaje p¨®stumo, tras el fallecimiento de la autora el pasado noviembre. El libro cuenta en primera persona la vida de la autora, desde que es adolescente y tiene su primera experiencia sexual hasta que marcha a vivir a un castillo con su marido en el sur de Francia y m¨¢s tarde su hija Sophie la convierte en abuela. Un aut¨¦ntico pelotazo vital contra la moral pacata o a las religiones castrantes, tambi¨¦n un manifiesto de independencia y reivindicaci¨®n del deseo. Un viaje cargado de sexo, drogas, m¨²sica y experiencias autobiogr¨¢ficas sin pudor ni formalismos sociales. Kominsky-Crumb relata tambi¨¦n su adoraci¨®n primeriza por los Beatles, la relaci¨®n at¨®mica con su familia o su paso tirante por el colectivo de mujeres historietistas Wimmen¡¯s Comix.
Para Sophie Crumb Kominsky (Woodland, California, 1981), hija de ambos ilustradores, su madre fue ¡°una aut¨¦ntica outsider incluso dentro del underground, una artista original al 100%, hecha a s¨ª misma. Su humor es muy espec¨ªfico, no necesariamente accesible a todo el mundo, y su dibujo ingenuo y antiacad¨¦mico. Este libro es como un ovni¡±. Sophie, que tambi¨¦n es una destacada ilustradora, apunta por correo electr¨®nico estar ¡°muy orgullosa de ser su hija¡±. Sobre la idea de ¡°outsider¡± de su madre, hace una aclaraci¨®n en relaci¨®n al debate de entonces y ahora: ¡°Ella aport¨® al feminismo la libertad sexual, el derecho a ser anti pol¨ªticamente correcto, a ser hipersexual, a amar y tambi¨¦n a ser azotada. Y eso es una parte enorme de lo que significa ser una mujer libre, se trata de no preocuparse por las normas o de que te de igual ser aceptada por un grupo. Ella era, en mi opini¨®n, una punk¡±.
Como ocurre con el punk, al menos en su versi¨®n original, Kominsky-Crumb sorprende y escandaliza casi a partes iguales a un p¨²blico no acostumbrado a romper las normas. En el ep¨ªlogo de la edici¨®n espa?ola del libro Hillary Chute, profesora de arte y experta en c¨®mics de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, apunta: ¡°Su obra conjuga de manera excepcional im¨¢genes de deseo y repulsi¨®n y aporta visibilidad a los aspectos asquerosos de los cuerpos y deseos de las mujeres¡±. Y a?ade la profesora sobre la desnudez autobiogr¨¢fica de la autora: ¡°En esta ¨¦poca en la que el juicio moral pesa sobre el comportamiento materno, admitir haber consumido montones de drogas durante el embarazo no es un hecho convencional que se revele en p¨²blico, sobre todo porque no pide disculpas y no siente la m¨¢s m¨ªnima verg¨¹enza¡±.
El t¨ªtulo de Querido Callo tiene que ver con el mote que eligi¨® Aline Kominsky-Crumb para definirse a ella misma. Un apodo que decidi¨® ponerse porque sonaba repulsivo. Para Sophie Crumb Kominsky sus padres eran ¡°los mejores artistas del mundo¡±. Y a?ade sobre su madre que admira ¡°su originalidad, su humor y su realismo. Ella siempre ten¨ªa un comentario raro e hilarante que hacer, una cara extra?a que dibujar o una idea peculiar que aportar¡±. Para Jaume Bonfill, director literario de Reservoir Books, que conoci¨® a la autora en 2016, ¡°era una mujer llena de energ¨ªa, educad¨ªsima, encantadora y seductora¡±. Considera que el trabajo de la estadounidense ¡°te vuela la cabeza¡± y a?ade: ¡°Ella tira por la calle de la radicalidad formal y por el dibujo deliberadamente extra?o, al servicio de una verdad que es la suya. Un lenguaje gr¨¢fico que estaba por hacer y que cincuenta a?os despu¨¦s no ha perdido vigencia¡±.
Babelia
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