Pilar Ad¨®n gana el Premio de la Cr¨ªtica por ¡®De bestias y aves¡¯

La escritora madrile?a Pilar Ad¨®n ha ganado el Premio de la Cr¨ªtica en lengua castellana, en la modalidad de narrativa, por su novela De bestias y aves, mientras que la albacete?a Dionisia Garc¨ªa lo ha ganado en poes¨ªa por el poemario Clamor en la memoria.

La Asociaci¨®n Espa?ola de Cr¨ªticos Literarios, que concede estos galardones, ha hecho p¨²blico este viernes en M¨¢laga el fallo de esta edici¨®n tras la reuni¨®n del jurado en esta ciudad.

?ngel Basanta, miembro del jurado, ha explicado en el acto de lectura del fallo que De bestias y aves es ¡°una novela de estirpe kafkiana, con un argumento sencillo y gran riqueza simb¨®lica¡±, y es ¡°dif¨ªcil de interpretar¡±, por lo que ¡°obliga al lector a pensar desde el principio¡±.

En ella, ¡°una mujer herida por la muerte de su hermana conduce de noche hacia ninguna parte y su coche se queda sin gasolina en un lugar muy extra?o, donde vive una extra?a comunidad de mujeres que practican ritos ancestrales y que est¨¢n muy vinculadas con la naturaleza¡±.

La protagonista ¡°quiere marcharse de all¨ª pero no lo consigue¡±, ha a?adido Basanta, que ha apuntado que ello est¨¢ ¡°abierto a la interpretaci¨®n de que quiz¨¢s all¨ª se encuentre a s¨ª misma¡±.

Seg¨²n este miembro del jurado, Ad¨®n (1971) ¡°es una escritora excelente alejada de los circuitos comerciales literarios¡±, que quiz¨¢s ¡°recibir¨¢ con este premio el empuj¨®n que le lleve a m¨¢s lectores, como ella se merece¡±.

Por su parte, Clamor en la memoria es ¡°un libro de homenaje al compa?ero de toda una vida de la autora, su marido, Salvador Montesinos, fallecido en 2021¡å, ha precisado Balbina Prior, integrante del jurado.

En sus poemas, Dionisia Garc¨ªa (Fuente-?lamo, 1929) ¡°evoca vivencias y detalles cotidianos que a la postre devienen en un retrato universal de la convivencia compartida¡± y hay temas como ¡°el car¨¢cter transitorio de la existencia, la fugacidad de la vida y la muerte inexorable¡±.

En lengua catalana, el premio de narrativa ha sido para Raquel Ricart (B¨¦tera, Valencia, 1962) por El dit de D¨¦u (El dedo de Dios), una novela ¡°que constituye una reflexi¨®n sobre la capacidad de conocerse a uno mismo y a los dem¨¢s¡±, seg¨²n la miembro del jurado Simona Skrabec.

Tres mujeres narran su propia vida en primera persona con temas como el abandono, el abuso sexual o el alcoholismo, y el c¨¢ncer ¡°re¨²ne a las tres en un ejercicio de superaci¨®n personal y resiliencia¡±, seg¨²n Skrabec.

En poes¨ªa catalana ha ganado ?ngels Marzo (Caldes de Montbui, Barcelona, 1977) por El rastre nival (El rastro nival), un libro ¡°muy singular que nace desde la admiraci¨®n por Henri Cartier-Bresson, que marc¨® hitos hist¨®ricos con su c¨¢mara¡±.

En lengua vasca, el premio en narrativa ha reca¨ªdo en Jon Benito (Zarauz, Guip¨²zcoa, 1981) por Lagun mi?ak (Amigos ¨ªntimos), compuesto por quince narraciones en las que hay temas como los l¨ªmites que impone la sociedad, la construcci¨®n de la identidad, las relaciones personales o el deseo, en unos textos h¨ªbridos entre prosa y poes¨ªa.

El premio de poes¨ªa vasca ha correspondido a Aritz Gorrotxategi (San Sebasti¨¢n, 1975) por Uda vetea (Pleno verano), una obra dividida en tres apartados con im¨¢genes sugerentes relacionadas con el mar y que desde su primer poema remite al carpe diem, con una celebraci¨®n de la existencia y un canto a la amistad.

En narrativa gallega ha ganado Brais Lamela (Villalba, Lugo, 1994) por Ningu¨¦n queda (No queda nadie), que arranca del traslado forzoso de los habitantes de una aldea en 1960 por la construcci¨®n de un embalse y llega a una trama en la actualidad en EEUU.

Yolanda Casta?o (Santiago de Compostela, 1977) ha ganado en poes¨ªa gallega por Materia, un poemario que evoluciona desde la reconstrucci¨®n de la genealog¨ªa familiar a la reivindicaci¨®n del derecho a renunciar constantemente a la maternidad.

Los Premios de la Cr¨ªtica se completan con el de lengua extranjera, para el rumano Mircea Cartarescu por El ala derecha, ambientada en 1989, el a?o del fin de la era Ceaucescu en su pa¨ªs, y que muestra una Bucarest convertida en un lugar apocal¨ªptico.