Un tuit que se vendi¨® por 2,6 millones ahora no vale ni 300 euros: ?ha estallado la burbuja de los NFT?

Principios de 2021. Los NFT se cuelan en la conversaci¨®n popular y dejan de ser un tema exclusivo de expertos en criptomonedas y una parte de internet. El inter¨¦s por estas piezas digitales de arte que se elaboran a partir de unos c¨®digos que las hacen ¨²nicas empieza a crecer. De la noche a la ma?ana cientos de artistas se convierten en millonarios. Famosos como el futbolista Cristiano Ronaldo o la influencer Paris Hilton se apuntan a vender sus propios NFT o se convierten en compradores. La locura alcanza tal cota que un tuit de Jack Dorsey, cofundador de Twitter, se vende por 2,6 millones de euros. El mensaje ¡°Configurando mi cuenta Twttr¡± (¡°Just setting up my twttr¡±), que Dorsey public¨® en marzo de 2006 y que estaba a la venta en la plataforma Valuables, fue adquirido por el empresario Sina Estavi, afincado en Malasia. Un a?o despu¨¦s, en abril de 2022, el magnate trat¨® de revender el tuit en subasta. Anunci¨® que la mitad de la recaudaci¨®n ser¨ªa para caridad. Esperaba ganar m¨¢s de 50 millones de euros. Tras siete d¨ªas en venta, la mayor puja ascend¨ªa a unos 250 euros. ?Ha estallado la burbuja de los NFT?

Suele usarse esta fecha, abril de 2022, para ubicar el estallido de la burbuja de los NFT. O, por lo menos, quienes aseguran que ha explotado, ponen de ejemplo el desplome del valor del tuit de Dorsey. Su argumento se fundamenta en una combinaci¨®n de factores: la especulaci¨®n descontrolada, la ca¨ªda de las criptomonedas ¡ªlos NFT se pagan con ethereum, la segunda m¨¢s popular tras el bitcoin¡ª y una reorganizaci¨®n de un sector del arte que creci¨® de manera descontrolada e insostenible. El mercado de los NFT ha bajado al 50% en un a?o, se ha pasado de ventas de casi 2.900 millones de d¨®lares a poco menos de 1.500 millones, seg¨²n el informe anual The Art Basel and UBS Global Art Market.

Clare McAndrew, fundadora de Art Economics y responsable de este informe, solo recuerda un par de acontecimientos similares. ¡°A finales de los ochenta, principios de los noventa, el mercado cay¨® un 60% en un a?o despu¨¦s de que los japoneses dejaran de comprar de manera abrupta¡±. El arte tampoco escap¨® a la gran crisis financiera de 2008, con p¨¦rdidas del 40%. Pero en ninguno de los dos casos hubo un protagonista tan claro como lo tienen ahora los NFT.

Desde el propio sector se admite que las valoraciones y la cantidad de dinero fluyendo hacia estas obras digitales fue por momentos exagerada, cuando no una burbuja. ¡°Est¨¢ claro que hubo una locura que no era sostenible de gente lanzando proyectos y de gente compr¨¢ndolos pensando que iban a subir¡±, se?ala Ra¨²l Marcos, CEO de Carbono.com, una plataforma que asesora a inversores y dise?a estrategias de lanzamiento de proyectos para emprendedores cripto.

La evoluci¨®n de las criptomonedas ha contribuido a que los precios de los NFT sean una monta?a rusa. Ethereum, la moneda digital con la que se paga la mayor¨ªa de estas obras, cay¨® un 70% frente al d¨®lar en 2022, lo que autom¨¢ticamente redujo el valor de las im¨¢genes. Y las ventas de arte en la red Ethereum pasaron del 24% en 2020 al 8% en 2022, seg¨²n el informe de Art Basel. Este a?o, sin embargo, la criptomoneda est¨¢ recuperando terreno y sube un 65%, aunque todav¨ªa est¨¢ por debajo de la mitad respecto a sus m¨¢ximos de noviembre de 2021.

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La explicaci¨®n del fen¨®meno de los NFT en el arte

Uno de los problemas de los NFT frente a las criptomonedas es la falta de liquidez. Cualquier inversor puede vender inmediatamente un bitcoin o un ethereum porque hay un mercado de compradores y vendedores que funciona ininterrumpidamente 24 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana, con precios que cambian continuamente. Pero cuando alguien vende un NFT debe fijar un precio y esperar, sin saber si alg¨²n d¨ªa alguien ofrecer¨¢ esa cantidad o su valor se desplomar¨¢, tal y como sucedi¨® con el tuit del cofundador de Twitter.

Ra¨²l Marcos insiste, sin embargo, en que los NFT siguen funcionando, y pone como ejemplos a los Cryptopunks o los avatares de monos del Bored Ape Yacht Club, ambos por encima de los 100.000 d¨®lares el m¨¢s barato. Beatriz Ordov¨¢s, una de las responsables de Christie¡¯s en Espa?a, considera que ¡°hubo muchas cosas que no merec¨ªan la pena¡±, es decir, que se pag¨® mucho dinero por arte que no lo val¨ªa y que hubo muchos compradores que se apuntaron a la tendencia ¨²nicamente en busca de rentabilidad, sin tener conocimientos art¨ªsticos. Compraban porque un mercado enloquecido les promet¨ªa ganancias r¨¢pidas y millonarias. El problema es que esa promesa dur¨® muy poco. ¡°Entonces, cuando se da un desencanto multitudinario, hubo una gran retirada del mercado¡±, recuerda Ordov¨¢s.

Christie¡¯s pas¨® de una facturaci¨®n de m¨¢s de 100 millones de d¨®lares en NFT a seis en 2022. ¡°Los ¨²ltimos seis meses de los que tenemos datos hemos tenido ventas muy s¨®lidas de arte digital¡±, asegura la firma. ¡°Los artistas muy buenos, las obras que de verdad pasan un filtro de calidad, se siguen vendiendo¡±, a?aden. Ordov¨¢s explica que no se ha quedado ni una obra digital sin vender. Lo llama ¡°un crecimiento org¨¢nico l¨®gico¡±. ¡°La industria se sigue moviendo, hay gente seria atenta a estas ventas, ya sean o no coleccionistas digitales¡±.

Se ha producido, adem¨¢s, una cierta evoluci¨®n. No solo en los compradores, tambi¨¦n en los propios artistas. Beeple, como los Cryptopunks, no ha perdido mercado. El artista marc¨® uno de los primeros r¨¦cords en el universo de los NFT. En marzo de 2021, Christie¡¯s se estren¨® en este tipo de arte con una de sus obras, que vendi¨® por m¨¢s de 69 millones de d¨®lares. Mike Winkelmann, nombre real del artista, no ha dejado el arte digital, pero ahora las complementa con piezas f¨ªsicas, explica Ordov¨¢s.

La experta pone otro ejemplo: Tyler Hobbs, la cara m¨¢s visible de lo que se denomina arte generativo, una disciplina que, como los NFT, requiere de c¨®digo para la creaci¨®n. Al mismo tiempo que se derrumbaba el criptoarte, Hobbs expon¨ªa en Nueva York y vend¨ªa sus piezas por cientos de miles de d¨®lares. ¡°Es en gran parte una exploraci¨®n de c¨®mo el arte digital puede volverse m¨¢s humano y el arte f¨ªsico m¨¢s sistem¨¢tico¡±, explicaba Hobbs en el medio Wallpaper. ¡°Es una mezcla de obras creadas a mano, creadas a m¨¢quina o creadas por una combinaci¨®n de las dos. Hay mucho terreno f¨¦rtil ah¨ª¡±. Es decir, no se renuncia a vender la versi¨®n NFT de unas obras que cuelgan de las paredes de galer¨ªas y museos.

Los compradores buscan ya f¨®rmulas para recuperar la inversi¨®n o seguir apostando por un tipo de arte en el que una vez creyeron, o por lo menos desearon poseer. Sus pasos se dirigen ahora a lo que se conoce como web 3. Si la web 1 era la de los links y la web 2 la de los likes, esta nueva fase de internet pretende ser m¨¢s descentralizada y democr¨¢tica. Y para conseguirlo, los tokens y la blockchain son imprescindibles. En el lenguaje de los mortales, un sistema en el que los usuarios compran y venden con sus criptomonedas a trav¨¦s de plataformas seguras sin intermediarios. ¡°Siempre ha sido un problema para un coleccionista entender c¨®mo adquirir los derechos de propiedad de una obra digital¡±, explica Clare McAndrew, que conf¨ªa en que con nuevas aplicaciones las transacciones sean m¨¢s directas y, por tanto, aumenten los beneficios para los que compran. ¡°Usar la tecnolog¨ªa de una manera positiva, no solo enfocarse en el valor de una obra, en la especulaci¨®n¡±.