¡®Hamnet¡¯ resucita en la ciudad natal de Shakespeare
La novela de Maggie O¡¯Farrell llega al teatro en una versi¨®n de la Royal Shakespeare Company, con la que culmina el reconocimiento de personajes invisibilizados en su biograf¨ªa, como su mujer y su hijo
En la ciudad natal del dramaturgo m¨¢s conocido de la historia occidental, todo es shakesperiano hasta rozar el hartazgo: los pubs, los inns, los hoteles, los restaurantes y las tiendas de souvenirs lucen el nombre del bardo con insistencia, delineando una especie de parque tem¨¢tico al que empiezan a llegar los turistas en un d¨ªa de primavera todav¨ªa t¨ªmido. En la peque?a patria del autor, la Royal Shakespeare Company, fundada en Stratford-upon-Avon en 1879 para preservar el legado de sus obras, acaba de estrenar Hamnet, adaptaci¨®n teatral de la exitosa novela de Maggie O¡¯Farrell, que ha vendido 1,5 millones de copias desde que se public¨® durante la pandemia de 2020.
La sede de la compa?¨ªa, situada a pocos pasos de la casa natal del escritor, es el lugar id¨®neo para resucitar a personajes como Shakespare, su mujer Anne Hathaway ¡ªrebautizada por O¡¯Farrell como Agnes tras toparse con ese nombre en el testamento de su padre¡ª o sus gemelos, Judith y Hamnet. El fallecimiento de este ¨²ltimo a los 11 a?os, en plena epidemia de peste bub¨®nica, pudo inspirar su celeb¨¦rrima obra sobre el pr¨ªncipe de Dinamarca, escrita solo un lustro despu¨¦s de su muerte e impregnada de las cuestiones existenciales que suelen derivar de ella. ¡°Con Hamnet intent¨¦ explorar la conexi¨®n entre la muerte de su hijo y la escritura de la obra que lleva su nombre (con una letra de diferencia), y preguntarme de d¨®nde viene el arte y por qu¨¦ lo necesitamos¡±, afirma O¡¯Farrell, que acaba de publicar El retrato de casada (editado, igual que Hamnet, por Libros del Asteroide), por correo electr¨®nico desde su casa en Edimburgo.
No fue su ¨²nica misi¨®n. O¡¯Farrell tambi¨¦n quiso descifrar el enigma que sigue encarnando la mujer de Shakespeare. ¡°Un vac¨ªo en forma de esposa, que los id¨®latras del bardo rellenaron despu¨¦s con sus propias especulaciones¡±, como escribi¨® Germaine Greer en su ensayo dedicado a Hathaway en 2007. Sometida a todos los estereotipos mis¨®ginos, Anne/Agnes ha sido tratada de campesina analfabeta que se aprovech¨® de Shakespeare, de curandera, vidente y posiblemente bruja, pese a que no exista ninguna prueba de todo ello, seg¨²n O¡¯Farrell. Si los mayores expertos usaron su imaginaci¨®n para dibujar sus rasgos, ella tambi¨¦n pod¨ªa: la autora decidi¨® imaginar una biograf¨ªa alternativa para un personaje ignorado y vilipendiado, convirti¨¦ndola en una especie de icono prefeminista en luto por su hijo. Estrenada cuando se cumplen 400 a?os de la muerte de Hathaway, esta adaptaci¨®n teatral resulta fiel a la mirada de O¡¯Farrell y coloca a la esposa de Shakespeare en el centro de la obra, de la misma manera que los visitantes que se adentran en la casa-museo del escritor, en el centro de Stratford, preguntan cada vez m¨¢s por Anne y menos por William a las gu¨ªas vestidas de lugare?as con atuendo isabelino que les ayudan a recorrer el lugar.
La obra se representa hasta mediados de junio en el Swan Theatre, reci¨¦n reformado y reabierto por primera vez desde el confinamiento, antes de desembarcar en oto?o en el West End de Londres. Coproducida por la compa?¨ªa teatral de Sam Mendes, la adaptaci¨®n est¨¢ firmada por Lolita Chakrabarti, responsable del exitoso musical basado en La vida de Pi que se representa ahora en Broadway, que desmont¨® la estructura desordenada del libro de O¡¯Farrell y decidi¨® reorganizar la historia cronol¨®gicamente. El resultado es una obra m¨¢s sencilla y ligera que el original, o ¡°m¨¢s predecible y sentimental¡±, como escribi¨® The New York Times tras su estreno. ¡°Una narraci¨®n no lineal puede funcionar en el libro, pero es problem¨¢tica para un p¨²blico de teatro. Los saltos temporales implicar¨ªan muchos cambios de escena y de vestuario¡±, justifica O¡¯Farrell, que reconoce que su participaci¨®n fue escueta. ¡°Me mostraron dos borradores del libreto y propuse mis comentarios sobre ambos, principalmente sobre detalles hist¨®ricos y, a veces, sobre los giros narrativos¡±. Al final, Chakrabarti no logra igualar el calado emocional de la novela en su adaptaci¨®n, a excepci¨®n del tramo final, cuando la protagonista entiende las ausencias y los silencios de su marido: Shakespeare estaba ocupado creando una obra maestra que iba a inmortalizar a su difunto hijo.
La mayor valent¨ªa de este Hamnet teatral es haber convertido a su hero¨ªna en una mujer mestiza. Que la pareja protagonista sea interracial no solo refleja la realidad de la ¨¦poca, en la que los moors (o moriscos), como se designaba a las personas no blancas en la Inglaterra isabelina, pod¨ªan verse en las calles de cualquier ciudad. Tambi¨¦n parece hacer un gui?o a las propias obras de Shakespeare, en las que abunda su presencia: Otelo, Tito Andr¨®nico o El mercader de Venecia, por ejemplo, hablaban de historias de amor entre personajes de razas distintas. Por otra parte, la Dama Oscura de sus sonetos podr¨ªa no ser Mary Fitton, la arist¨®crata expulsada de la corte de la reina Isabel despu¨¦s de quedarse embarazada, sino Black Luce, una mujer negra propietaria de un burdel con v¨ªnculos con la escena teatral londinense, como recuerda Farah Karim-Cooper, profesora del King¡¯s College y miembro de la direcci¨®n del Globe Theatre en Londres, en un ensayo reci¨¦n publicado sobre Shakespeare y la negritud.
La pr¨®xima etapa ser¨¢ la adaptaci¨®n al cine del libro, impulsada por Spielberg, dirigida por Chlo¨¦ Zhao (¡¯Nomadland¡¯) y protagonizada por Paul Mescal en el papel de Shakespeare
Hace unos a?os, O¡¯Farrell deambul¨® por el cementerio de la Holy Trinity Church, la iglesia pegada al r¨ªo Avon donde reposan los cuerpos de Shakespeare y su esposa, buscando la tumba de sus hijos. No tuvo ¨¦xito, porque no existen. Fue entonces cuando decidi¨® pedir permiso a la di¨®cesis de Coventry para plantar dos ¨¢rboles en honor a Judith y Hamnet. ¡°Ahora la iglesia cuenta con dos bustos de William y Agnes mirando a esos dos serbales. Me hace feliz cuando lo veo¡±, dice la escritora. Al lado de cada ¨¢rbol, O¡¯Farrell a?adi¨® una cita de las obras de Shakespeare. La que est¨¢ dedicada a Hamnet retoma la canci¨®n que Ofelia cantaba con insolencia a Gertrudis en la obra teatral que el ni?o habr¨ªa inspirado: ¡°Muerto es ya, se?ora, / muerto y no est¨¢ aqu¨ª. / Una tosca piedra / a sus plantas vi / y al c¨¦sped del prado / su frente cubrir¡±.
El libro de O¡¯Farrell parece responder a una tendencia com¨²n en estos tiempos: reivindicar el papel que jugaron personajes clave del entorno de un gran genio ¡ªla hija de Marx, las mujeres de Picasso¡ª, contradiciendo las tesis en boga durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, que instaban a menospreciar la biograf¨ªa del artista y a privilegiar el estudio de sus obras casi en abstracto. ¡°Siempre me pareci¨® que la muerte del autor era una teor¨ªa extra?a¡±, responde la escritora. La pr¨®xima etapa ser¨¢ la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica del libro, impulsada por la productora de Steven Spielberg y dirigida por Chlo¨¦ Zhao despu¨¦s de ganar el Oscar por Nomadland. Sus protagonistas, seg¨²n se acaba de saber, ser¨¢n Paul Mescal en el papel de Shakespeare y Jessie Buckley en el de su esposa. Queda Hamnet para rato.
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