Valeria Bruni Tedeschi: ¡°Lamento haber rodado mi pel¨ªcula, ninguna obra vale este sufrimiento¡±
El nuevo filme de la directora, ¡®La gran juventud¡¯, se vio manchado por las acusaciones de violaci¨®n contra su protagonista, Sofiane Bennacer. Hoy denuncia un clima de censura contra los trabajos ¡°que relatan lo que molesta y da verg¨¹enza¡±
Valeria Bruni Tedeschi (Tur¨ªn, 59 a?os) est¨¢ ¡°traumatizada¡±. Dice que se siente ¡°en silla de ruedas, reci¨¦n salida del hospital¡±, despu¨¦s de ¡°un accidente de carretera¡± del que no est¨¢ segura de recuperarse. Lo dice solo en sentido metaf¨®rico, aunque con el pathos propio de la gran actriz tr¨¢gica que siempre ha sido, sobre el devenir de su quinto largometraje como directora, La gran juventud, que este viernes llega a las salas espa?olas. Iba camino de convertirse en una de las pel¨ªculas francesas de 2022 hasta que, d¨ªas despu¨¦s de su estreno, Lib¨¦ration public¨® una investigaci¨®n que desvelaba que uno de sus protagonistas, el actor Sofiane Bennacer, hab¨ªa sido imputado por violaci¨®n. De repente, la suerte de su proyecto cambi¨®. ¡°Algunos cines la desprogramaron y mucha gente no la quiso ver, sobre todo j¨®venes¡±, recuerda. ¡°Ahora lamento haberla rodado. Ninguna pel¨ªcula merece este sufrimiento, este dolor, esta devastaci¨®n¡±.
El diario franc¨¦s recogi¨® en noviembre pasado las declaraciones de tres mujeres que lo acusaban de agresiones f¨ªsicas y sexuales, y denunci¨® un clima de ¡°omert¨¢¡± durante el rodaje de La gran juventud. Bruni Tedeschi admiti¨® que sab¨ªa que pesaban sospechas sobre el actor, de 25 a?os, convertido desde entonces en su compa?ero sentimental. ¡°Pero les dije a mis productores que sin ¨¦l no pod¨ªa hacer la pel¨ªcula¡±, dijo la actriz y directora, denunciando un ¡°linchamiento medi¨¢tico¡± y defendiendo ¡°la presunci¨®n de inocencia¡±. Bennacer, por su parte, desminti¨® las acusaciones y asegur¨® ¡°no haber violado ni pegado nunca a nadie¡±.
Seis meses despu¨¦s, la hermana mayor de Carla Bruni sigue parapetada en su piso de Par¨ªs, la ciudad donde se exiliaron sus padres, adinerados industriales italianos que tem¨ªan un atentado de las Brigadas Rojas, a principios de los setenta. ?A qu¨¦ se dedica ahora? ¡°A nada. Me ocupo de mis hijos¡±, responde Bruni Tedeschi con una cordialidad algo desafiante. En la habitaci¨®n de al lado se encuentra Oumy ¡ªla hija que adopt¨® con su ex, Louis Garrel¡ª, que se gan¨® sus 30 segundos de fama en las redes sociales (los 15 minutos pertenecen a otro siglo) con una de esas bromas que los ni?os gastan a sus padres boomers: hacerle creer que Meryl Streep hab¨ªa muerto y grabar su reacci¨®n con su m¨®vil.
La gran juventud es una obra coral y autobiogr¨¢fica que recuerda sus d¨ªas en la Escuela de Les Amandiers, el teatro de Nanterre, a las afueras de Par¨ªs, que Patrice Ch¨¦reau convirti¨® en uno de los escenarios m¨¢s prestigiosos de Europa durante los ochenta. All¨ª fue donde Bruni Tedeschi conoci¨® a su primer amor, el actor Thierry Ravel, que muri¨® de una sobredosis en 1991 (es el personaje que inspira el de Bennacer). Solo hubo dos promociones de este conservatorio alternativo, que aspiraba a borrar la frontera entre la vida y el arte, pero de ¨¦l salieron nombres como Vincent Perez o Agn¨¨s Jaoui, en los que se basan otros roles de esta pel¨ªcula. El de la segunda se llama Ana?s, una actriz zarandeada por el Ch¨¦reau interpretado por Louis Garrel, ocasionalmente cruel, que le anuncia que no formar¨¢ parte de la funci¨®n de Platonov que prepara con los alumnos y le dice que, si por ¨¦l fuera, la habr¨ªa dejado fuera de la escuela. ¡°Nunca me has emocionado¡±, le espeta. En su retrato del director, que fue el primer valedor de Bruni Tedeschi y ¡°algo parecido a un padre¡±, no ha quedado casi nada de la hagiograf¨ªa que cab¨ªa esperar. En la pel¨ªcula, el gran director teatral es un tirano carism¨¢tico que toma drogas en la escuela, trata con sa?a a sus alumnos e intenta seducir a uno de ellos contra su voluntad. ¡°?l era as¨ª. Hubiera odiado un retrato respetuoso. Por respeto a Ch¨¦reau, deb¨ªa ser irrespetuosa¡±, se justifica Bruni Tedeschi.
¡°Me acusaron de abuso de poder, de manipular a mis actores. Que me metan en la c¨¢rcel por ello, pero no pienso cambiar de manera de trabajar¡±
En sus rodajes, la cineasta ha acabado adoptando el m¨¦todo de su mentor: un caos controlado, una fiesta que nunca est¨¢ a salvo de terminar mal. Ella dirige como vive y respira, en un estado perpetuo de intensidad que nunca admite la calma, como reflejaba un reciente documental para el canal francoalem¨¢n Arte, que gener¨® cierta pol¨¦mica cuando se emiti¨® en Francia. ¡°Me acusaron de abuso de poder, de manipular psicol¨®gicamente a mis actores. Que me metan en la c¨¢rcel por ello, si hace falta, pero no pienso cambiar de manera de trabajar. Y no me siento culpable, porque creo que siempre soy respetuosa. Es solo que, para alcanzar ciertos resultados, a veces hay que apretar un poco¡±, se defiende Bruni Tedeschi.
Toda la pel¨ªcula puede interpretarse como una reivindicaci¨®n de una ¨¦poca m¨¢s libre e irreverente, contrapuesta al tiempo presente, que a la directora parece no gustarle tanto. ¡°No s¨¦ si era un tiempo mejor, pero s¨ª m¨¢s maleducado e incorrecto, m¨¢s loco y peligroso¡±, razona Bruni Tedeschi. ¡°Hoy los actores j¨®venes son m¨¢s racionales y piensan m¨¢s en sus carreras. Nosotros tambi¨¦n ten¨ªamos miedo, pero al sida. Pens¨¢bamos en la muerte desde que nos levant¨¢bamos por la ma?ana¡±. ?Tal vez por eso sus vidas fueron tan intensas? ¡°S¨ª, y porque hoy la diferencia entre vida y teatro se ha intensificado. Yo, en cambio, me llevaba a Fedra en el metro, o a Julieta a cenar a casa de mis padres¡±.
Bruni Tedeschi volver¨¢ a dirigir, pero cree que todav¨ªa es pronto. ¡°Estoy impactada por lo que ha ocurrido, porque dejaran caer a un hombre que a¨²n no ha sido juzgado, por c¨®mo todo el mundo estuvo de acuerdo con este linchamiento y por c¨®mo me dieron la espalda a m¨ª por apoyarlo¡±, enumera la directora. Y, m¨¢s all¨¢ de su caso individual, se dice ¡°preocupada¡±. ¡°Existe una censura respecto a las obras que osan relatar el mundo que molesta, el mundo oscuro, el que da verg¨¹enza. Vivimos en una ¨¦poca muy peligrosa para el arte¡±, opina. ¡°He le¨ªdo que una de mis pel¨ªculas no mostraba la mejor cara de la mujer. Lo que yo digo es que no hacemos pel¨ªculas para ofrecer una buena imagen de la mujer, sino para mostrar los deseos oscuros de los seres humanos¡±, dir¨¢ antes de cerrar la puerta, excedida y algo agotada. ¡°Hacemos pel¨ªculas para mostrar nuestra existencia ca¨®tica, y no para representar el mundo en una versi¨®n sin asperezas¡±.
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