El feroz surrealismo olvidado de ?scar Dom¨ªnguez cotiza al alza
Una exposici¨®n en Tenerife recrea la vida y la obra del torturado artista canario a partir de un centenar de obras

Hay pocas plantas tan fascinantes y bellas como el drago. De lento desarrollo, su edad se calcula por su hilera de ramas, no por los c¨ªrculos del tronco. La copa est¨¢ cuajada de hojas cori¨¢ceas y adquiere forma de un gran paraguas que en verano se adorna con racimos de flores blancas. Este ¨¢rbol jur¨¢sico puede cumplir 1000 a?os y se encuentra en pocos lugares. En Espa?a, que se sepa, solo es posible disfrutarlo en las islas Canarias y, de manera singular, en Tenerife, la isla en la que naci¨® y creci¨® ?scar Dom¨ªnguez (La Laguna, 1906- Par¨ªs, 1957), miembro esencial del surrealismo al que Andr¨¦ Breton bautiz¨® como Dragonnier des Canaries (el drag¨®n de las Canarias). El Tenerife Espacio de las Artes (TEA) ofrece hasta el 29 de octubre una gran exposici¨®n titulada O?scar Domi?nguez. La conquista del mundo por la imagen, en la que a trav¨¦s de casi un centenar de obras, 12 de ellas in¨¦ditas, se recorren las etapas esenciales de su pintura y sus feroces incursiones en la ilustraci¨®n. El centro, dependiente del Cabildo de Tenerife, se adelanta as¨ª a las celebraciones dedicadas al centenario de la publicaci¨®n del manifiesto surrealista, el 15 de octubre de 1924.
El drago de Canarias (1933), prestado por la colecci¨®n Abanca de A Coru?a, es una de las piezas estrella de la exposici¨®n. No en vano lleg¨® hace dos semanas al museo con una escolta policial similar a la de los grandes mandatarios. Pero al margen de la pompa que garantiza la seguridad de estas obras millonarias, los expertos equiparan al artista con el drago silvestre que sobrevive en el tiempo por los lugares en los que vivi¨® el artista antes de abandonar su casa de Tacoronte y viajar a Par¨ªs en 1923 para ocuparse de los pujantes negocios familiares.

Isidro Hern¨¢ndez, conservador de la colecci¨®n TEA y uno de los m¨¢ximos conocedores de la obra de Dom¨ªnguez, es el comisario de la exposici¨®n. El TEA es el organismo con mayor n¨²mero de obras de Dom¨ªnguez, despu¨¦s del Reina Sof¨ªa, donde se le dedic¨® una exposici¨®n antol¨®gica en 1996. Aunque hasta 1973 fue pr¨¢cticamente un desconocido en Espa?a, su valoraci¨®n art¨ªstica y su cotizaci¨®n ha ido aumentando con el tiempo. ¡°Junto con Esteban Franc¨¦s, Salvador Dal¨ª, Joan Mir¨® y Remedios Varo, ?scar Dom¨ªnguez conforma la constelaci¨®n de pintores que Espa?a aporta al Movimiento Surrealista Internacional¡±, asegura Isidro Hern¨¢ndez. TEA ha ido agrandando la colecci¨®n Dom¨ªnguez con adquisiciones localizadas en Par¨ªs y otras ciudades europeas en las que particip¨® en colectivas con los surrealistas y en individuales despu¨¦s de ser expulsado por Breton. El canario le hab¨ªa mandado ¡°a la mierda¡± en p¨²blico y no disimulaba su amistad con Paul ?luard y Picasso, ¡°dos peligrosos comunistas¡±, a juicio de Breton. Despu¨¦s de la expulsi¨®n, Dom¨ªnguez vincul¨® su obra a la Escuela de Par¨ªs.
El comisario ha incluido en la exposici¨®n un gran cap¨ªtulo dedicado a la biograf¨ªa del pintor. V¨ªctima de elefantiasis aguda y muy aficionado al alcohol y al sexo, los excesos le pasaron factura en el cuerpo y en la mente. Todo ello est¨¢ en su obra como parte de su particular imaginario surrealista. Muchos elementos y objetos familiares se convierten en modelos de sus telas: el imperdible, el piano, el despertador, la cerradura o las latas de sardinas y abrelatas en L?ouvre-bo?te (1936), Caja con piano y toro (1936), Femmes aux bo?tes de sardines (1949) o Rev¨®lver (1952).

En la exposici¨®n se recogen, en v¨ªdeo y por escrito, varios testimonios sobre Dom¨ªnguez. Puede que el que mejor refleje su esencia sea el que firma el cr¨ªtico de arte franco-americano Patrick Waldberg: ¡°Veinte a?os de amistad me inclinan a hacer un juicio sesgado sobre el arte de ?scar Dom¨ªnguez. Frente a sus obras, cada vez, es el hombre que aparece, como me apareci¨® en una tarde de 1937, feroz y melanc¨®lico macrocef¨¢lico, sus ojos brillaban por los reflejos de un alcohol peligroso. Se?orial entonces y siempre, el bigote l¨ªrico, la barbilla imperial, la nariz orgullosamente vestida de normas desafiadas (¡) Rebelado por no tener alas reales, y por ser obstaculizado por las leyes de un mundo gobernado por la raz¨®n. Como un ni?o, por la voluntad de someter este mundo a su capricho, por el paso constante de la maravilla a la ira, de la euforia a la decepci¨®n, de la risa al miedo. Poeta, finalmente, y artista y, como aquellos, monstruo, una persona desplazada en todos los aspectos, perdida, cuestionando todo, inasimilable, ind¨®mita¡±.
La monstruosidad de retratos y autorretratos (Cabeza de toro, 1941) se extiende por salas creadas para admirar sus principales aportaciones a la historia del arte: los paisajes c¨®smicos y la teor¨ªa de la solidificaci¨®n del tiempo o ¡°litocronismo¡±, que elabor¨® junto al escritor argentino Ernesto S¨¢bato, o trabajos en los que aplic¨® la decalcoman¨ªa: t¨¦cnica autom¨¢tica que consiste en introducir t¨¦mpera negra l¨ªquida entre dos hojas de papel, que se presionan ligeramente. Las huellas de sus excesos est¨¢n en el retrato de V¨ªctor Brauner, pintor obsesionado con la ceguera y los ojos en general (tema muy surrealista) a quien Dom¨ªnguez dej¨® tuerto lanz¨¢ndole una botella de vidrio roto a la cara en plena fiesta et¨ªlica. Ese exceso le llev¨® al manicomio en un par de ocasiones y, finalmente, a la muerte. Fue encontrado en el suelo de su estudio parisino con las venas de las mu?ecas cortadas. Era el 31 de diciembre de 1957.

Eliseo Izquierdo, director art¨ªstico del museo privado LM Arte Colecci¨®n de La Laguna (Tenerife) y miembro del comit¨¦ de expertos de la Asociaci¨®n en Defensa de ?scar Dom¨ªnguez, opina que la admiraci¨®n por Dom¨ªnguez se ha multiplicado con el paso del tiempo. Considera muy importante que se siga investigando su legado. Dentro de poco estar¨¢ listo el estudio de sus dibujos e ilustraciones. Para la pintura habr¨¢ que esperar porque pese a la labor depurativa del comit¨¦, todav¨ªa hay falsas atribuciones en el mercado y mucho material pendiente de estudio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.