El actor Josh O¡¯Connor enamora en la piel de un arque¨®logo saqueador de tumbas en el cierre de un Cannes de gran nivel

Los ¨²ltimos d¨ªas del festival de Cannes han confirmado el gran nivel de su concurso. La jornada final brill¨® con un nombre propio, el del actor brit¨¢nico Josh O¡¯Connor, que en La Chimera, nuevo prodigio de la italiana Alice Rohrwacher, interpreta a un joven arque¨®logo saqueador de tumbas en la Italia de los a?os ochenta. La Chimera habla de lo sagrado y lo profano atravesando ambos mundos con unas im¨¢genes fascinantes, tan on¨ªricas como terrenales. O¡¯Connor da vida a un antih¨¦roe tr¨¢gico, un buscador de tesoros maltrecho, un loco triste marcado por la melancol¨ªa y la ultratumba. La densidad emocional y la dulzura que transmite este actor, cuyo trabajo en Tierra de Dios ya lo situ¨® entre los mejores, gu¨ªa una pel¨ªcula que ahonda en la l¨²gubre picaresca de un pa¨ªs despojado de su alma en nombre de la codicia. Rohrwacher vuelve a mirar a las ruinas de Italia a trav¨¦s de personajes marginales, con ese aire comunal, ¨¢crata y femenino de su poderoso imaginario. Al menos, su actor protagonista merecer¨ªa estar en el palmar¨¦s del s¨¢bado.

Las primeras quinielas con la suerte plenamente echada empiezan a sobrevolar La Croisette, aunque la loter¨ªa del jurado presidido por el sueco Ruben ?stlund sea impredecible. Fallen Leaves, del finland¨¦s Aki Kaurism?ki, deber¨ªa ganar la Palma de Oro. Este genio del cine contempor¨¢neo posee solo un Gran Premio del Jurado, logrado en 2002 por El hombre sin pasado. Pero no se trata de premiar su trayectoria sino de reconocer una pel¨ªcula perfecta, en la forma y en el fondo. Kaurism?ki, que al parecer no es santo de la devoci¨®n de ?stlund, ya ha perdido la Palm d¡¯Dog, ese simp¨¢tico y este a?o nada anecd¨®tico galard¨®n paralelo que destaca la mejor actuaci¨®n canina del certamen y que ha reca¨ªdo en Snoop, el border collie de Anatom¨ªa de una ca¨ªda, la pel¨ªcula judicial de Justine Triet que est¨¢ con derecho propio entre las favoritas.

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Tr¨¢iler de 'Fallen Leaves'

En la ¨²ltima propuesta programada, The Old Oak, del brit¨¢nico Ken Loach, tambi¨¦n hay un perro crucial en el desarrollo de los acontecimientos. El dos veces ganador de la Palma de Oro vuelve a demostrar a sus 86 a?os que su cine anti-c¨ªnicos a¨²n tiene sentido. Es una historia sencilla: a un pueblo minero empobrecido del norte de Inglaterra llega un autob¨²s de refugiados sirios. El due?o de un viejo pub, hu¨¦rfano de un viejo sindicalista minero, decide ayudar a sus nuevos vecinos pese al rechazo de los lugare?os. Quiz¨¢ todo lo que ocurre es predecible, pero reivindicar la solidaridad como ¨²nica esperanza desde la pantalla es algo que no deber¨ªa agotarse nunca. A Loach solo le interesa ese mensaje y esa lealtad a sus ideales es admirable.

Otro veterano que concurs¨® en esta recta final ha sido, a sus 77 a?os, el alem¨¢n Wim Wenders, que en una sesi¨®n especial tambi¨¦n ha presentado su documental en 3D sobre Anselm Kiefer. La verdad es que nadie esperaba ya mucho del director de Par¨ªs, Texas (Palma de Oro en 1984), pero Perfect Days es una pel¨ªcula que en su minimalismo va tomando cuerpo gracias en gran medida a su actor protagonista, el japon¨¦s K¨­ji Yakusho. La historia de un misterioso limpiador de ba?os p¨²blicos (fascinante ese submundo nip¨®n) que lee a Faulkner y tiene una colecci¨®n de casettes de los setenta y ochenta acaba siendo una bonita oda a los placeres de la vida del mundo anal¨®gico y presencial.

Esos placeres de la vida que son igual de importantes en The Pot Au Feu, de Tran Anh Hung, con Juliette Binoche y Benoit Magimel en la piel de dos amantes de la cocina. La manera de filmar la elaboraci¨®n de cada men¨², todos de gran sofisticaci¨®n, convierten este filme en un gustoso placer. Todo lo contrario que Club Zero, de la austriaca Jessica Hausner, f¨¢bula sobre los des¨®rdenes alimentarios en la adolescencia y los peligros de los nuevos mitos del mindfulness en el patio de un rid¨ªculo internado pijo.

Wenders coincidi¨® en la programaci¨®n el mismo d¨ªa que la francesa Catherine Breillat, que en Last Summer propone un interesante remake de la feroz pel¨ªcula danesa Reina de corazones. La historia de una mujer madura casada con un hombre de clase media alta que tiene un destructivo idilio con su hijastro adolescente entronca con otra de las pel¨ªculas favoritas para el palmar¨¦s, May December, de Todd Haynes, cuyo oscuro melodrama sobre la exploraci¨®n de una actriz (Natalie Portman) de la historia real de una pareja que se conoci¨® cuando ¨¦l ten¨ªa 12 a?os y ella treinta y pico deber¨ªa poner a la actriz Julianne Moore en la lista de ganadores del s¨¢bado por la noche. Solo la alemana Sandra H¨¹ller (Anatom¨ªa de una ca¨ªda y La zona de inter¨¦s) est¨¢ a la misma altura.

El documental Youth (Spring), de Wang Bing, o About Dry Grasses, del turco Nuri Bilge Ceylan, tambi¨¦n han destacado estos d¨ªas y podr¨ªan tener alg¨²n hueco en los premios. Como la lecci¨®n hist¨®rica sobre el antisemitismo de la Iglesia Cat¨®lica que proporciona Rapito, de otro veterano en forma, Marco Bellocchio, que est¨¢ casi en la ant¨ªpodas formales de la pel¨ªcula que suena con m¨¢s fuerza para la Palma de Oro, La zona de inter¨¦s, de Jonathan Glazer, basada en la novela de Martin Amis y presentada en Cannes unas horas antes de la muerte del escritor brit¨¢nico. Podr¨ªa ser una pel¨ªcula de consenso gracias al poder conceptual de su primera parte, que describe la rutina familiar del comandante de Auschwitz Rudolph H?ss entre ba?os, flores y juegos infantiles mientras el insoportable ruido de fondo de las c¨¢maras de gas y los crematorios del campo de exterminio nazi se convierte en un aterrador fuera de campo.

La banda sonora de Mica Levi acent¨²a ese poderoso efecto pero la pel¨ªcula de Glazer es una fr¨ªa maquinaria que tampoco aporta nada tan nuevo (la barbarie de ese fuera de campo ya la explor¨® con m¨¢s fuerza El hijo de Sa¨²l) y adem¨¢s no es una pel¨ªcula redonda. El mensaje de su cierre resulta ambiguo e incapaz de despegarse de la frialdad que envuelve al conjunto. Esa frialdad es acertada para retratar a la familia H?ss pero resulta impotente y mal pensada cuando la c¨¢mara decide cruzar las puertas de Auschwitz como si siguiese en una fr¨ªa v¨ªdeo instalaci¨®n art¨ªstica.