Justine Triet se convierte en la tercera mujer en ganar la Palma de Oro de Cannes, con el inteligente drama judicial ¡®Anatom¨ªa de una ca¨ªda¡¯

El drama judicial Anatom¨ªa de una ca¨ªda, de la directora francesa Justine Triet, se ha llevado la Palma de Oro de la 76? edici¨®n del Festival de Cannes por encima de la incontestable Fallen Leaves, del cineasta finland¨¦s Aki Kaurism?ki (Premio del Jurado), y La zona de inter¨¦s, la pel¨ªcula de Jonathan Glazer inspirada en la novela del recientemente fallecido Martin Amis que se llev¨® el segundo galard¨®n en importancia, el Gran Premio del Jurado.

La de Triet era una de las mejores pel¨ªculas de una secci¨®n oficial de alto nivel pero por debajo de la obra maestra de Kaurism?ki o de la fascinante pel¨ªcula La chimera, de la italiana Alice Rohrwacher, que se fue de vac¨ªo. El premio para Kaurism?ki lo recogieron sus dos actores principales, Alma P?ysti y Jussi Vatanen, que leyeron el lac¨®nico y rocanrolero agradecimiento de este genio del cine contempor¨¢neo. Un ¡°gracias¡± seguido de un optimista ¡°twist & shout¡±. El jurado presidido por el sueco Ruben ?stlund le neg¨® la Palma de Oro a este filme redondo en su humanidad y su sabidur¨ªa cinematogr¨¢fica.

La actriz Jane Fonda fue la encargada de entregar el premio a la tercera mujer en la historia que logra el reconocimiento m¨¢s relevante del mundo del cine. Antes que Triet, Julia Ducournau (miembro del jurado en esta edici¨®n) lo logr¨® en 2021 con Titane y Jane Campion, por El piano, en 1993, aunque en aquella ocasi¨®n fuera compartido. Ya sobre el escenario, Triet se pronunci¨® contra las pol¨ªticas neoliberales que mercantilizan la cultura y contra el proyecto de reforma de las jubilaciones del Gobierno de Emmanuel Macron. Dedic¨® su Palma de Oro a los j¨®venes que sue?an con rodar y no lo consiguen: ¡°Tenemos que dejarles el hueco que me dejaron a m¨ª hace quince a?os¡±, dijo la directora de Anatom¨ªa de una ca¨ªda, una pel¨ªcula muy inteligente en su disecci¨®n del juicio contra una mujer acusada de matar a su marido.

Se trata de una pel¨ªcula que se sostiene sobre un pulido discurso visual que en su recta final alza el vuelo de manera impresionante gracias a algunas ideas brillantes de puesta en escena y a la inmensa actriz alemana Sandra H¨¹ller, cuya presencia en Cannes por partida doble con La zona de inter¨¦s y este filme la han convertido en el talism¨¢n de esta edici¨®n. La ambig¨¹edad fr¨ªa y reflexiva que inyecta a su personaje est¨¢ construida con una densidad y sensibilidad que por momentos parece evocar a su compatriota Marlene Dietrich en el cl¨¢sico de Billy Wilder Testigo de Cargo. H¨¹ller es con derecho propio un rostro de referencia del nuevo cine europeo y el filme ganador le debe mucho.

El Gran Premio del Jurado fue para La zona de inter¨¦s, pel¨ªcula en la que el brit¨¢nico Jonathan Glazer construye un jard¨ªn al lado del mismo infierno. All¨ª, entre flores y juegos, transcurre la rutina familiar del comandante de Auschwitz Rudolph H?ss, un aparente oasis rodeado por el humo y el ruido que llega del campo de exterminio. La espectacular banda sonora de este filme, firmada por Mica Levi, envuelve de desasosegantes y aterradores sonidos un filme conceptual cuya perfecta maquinaria formal resulta demoledora en la primera parte del filme y decepcionante en su final.

El premio a la mejor direcci¨®n recay¨® en Tr?n Anh H¨´ng por La passion de Doddin Bouffant (The Pot-Au-Feu), en la que este director recoge la meticulosa y placentera vida alrededor de una cocina capitaneada por los personajes que dan vida Juliette Binoche y Beno?t Magimel, dos amantes de los fogones que elaboran espectaculares men¨²s y recetas. Una pel¨ªcula muy bonita que describe con preciosismo el amor por el trabajo y por brindar placer a los dem¨¢s.

Monster, del japon¨¦s Hirokazu Koreeda, se construye a partir de tres puntos de vista para hablar de la orfandad y la identidad sexual de dos amigos adolescentes. Se alz¨® con el premio al mejor guion despu¨¦s de que el actor estadounidense John C. Reilly recordase la huelga de guionista de Hollywood qued¨¢ndose sobre el escenario en silencio en forma de protesta.

El premio al mejor actor fue para el japon¨¦s Koji Yakusho, protagonista de Perfect Days, de Wim Wenders. Yakusho envuelve de elegancia y melancol¨ªa a su ermita?o limpiador de ba?os p¨²blicos de Tokio, un hombre cuyos rituales cotidianos reivindican los peque?os placeres de la vida y de un mundo anal¨®gico (se trata de un hombre pegado a sus libros y cassettes) que le a¨ªslan del ruido para vivir el presente. El premio a la mejor actriz recay¨® en la turca Merve Dizdar, que en la magn¨ªfica Las hierbas secas, de Nuri Bilge Ceylan, borda a un personaje dram¨¢tico muy poderoso en su fragilidad, una mujer de la regi¨®n de Anatolia que perdi¨® la pierna en un atentado y que ahora intenta recuperar su truncada vida sexual y emocional.

La c¨¢mara de oro del festival, premio que destaca la mejor ¨®pera prima entre todas las programaciones, fue para la vietnamita Inside the Yellow Cocoon Shell, una pel¨ªcula de tres horas programada dentro de la Quincena de Cineastas que para muchos es una de las revelaciones del festival por su bella composici¨®n, que remite al cine de Hou Hsiao Hsien y al de Apichatpong Weerasethakul. El premio al mejor cortometraje fue para 27, una coproducci¨®n franco-h¨²ngara de Fl¨®ra Anna Buda, dejando fuera al espa?ol Aunque es de noche, de Guillermo Garc¨ªa L¨®pez.

Cannes cerr¨® ayer sus puertas despu¨¦s de once d¨ªas de gran intensidad. El regreso al certamen despu¨¦s de d¨¦cadas de dos maestros en las ant¨ªpodas de la industria, el estadounidense Martin Scorsese, en una sesi¨®n rodeada de fastos, y el espa?ol V¨ªctor Erice, en otra m¨¢s arrinconada y finalmente pol¨¦mica, ha unido a dos cineastas obsesionados con la memoria del cine. Las ruinas sobre las que se construye Killers of the Flower Moon, el monumental fresco sobre la aniquilaci¨®n de la Naci¨®n Osage de Scorsese, son las de un pa¨ªs que a¨²n no ha asumido el genocidio indio sobre el que se ha construido su sanguinaria historia y las de Cerrar los ojos, de Erice, son las de un cineasta que a sus 82 a?os mira a su propia vejez y la de su mundo invocando los restos de un naufragio que aqu¨ª ha conmovido como pocos. Son dos de las pel¨ªculas que junto a la de Kaurism?ki o la de Rohrwacher quedar¨¢n.