La esperanza del resurgir de Conde de la Corte
Adri¨¢n de Torres corta una oreja protestada en una interesante corrida concurso
El comportamiento del tercer toro de la ma?ana, que luc¨ªa la legendaria divisa de Conde de la Corte, y que acab¨® siendo proclamado el vencedor de la corrida concurso, fue verdaderamente interesante y desigual. Tras salir dormido de chiqueros, el animal, muy en el tipo de la casa, bajo, hondo, badanudo, bien armado y ligeramente acapachado de cuerna, se puso prob¨®n en los capotes, regate¨® y se march¨® a la querencia. Signos de mansedumbre, que, sin embargo, desminti¨® al poco.
Sali¨® el caballo y ni matador ni cuadrilla acertaron a colocarlo como es debido. Y, as¨ª, al relance, Pelo Blanco se arranc¨® a la montura. Sinti¨® el hierro, pele¨® por momentos, pero se acab¨® yendo, volviendo a terrenos de toriles. Y fue entonces cuando sucedi¨® lo m¨¢s curioso. Desde all¨ª, justo desde el lugar de donde hab¨ªa salido minutos antes, el de Conde de la Corte se volvi¨® a arrancar pronto y alegre al caballo. Y as¨ª, desde esa enorme distancia, otras dos veces m¨¢s. Y ya no huy¨®; en esos ¨²ltimos puyazos empuj¨® bajo el peto.
?Bravo o manso encastado? Un toro para debatir largo y tendido, pero que refuerza las esperanzas en el resurgir de una ganader¨ªa hist¨®rica y fundamental.
Le toc¨® a G¨®mez del Pilar y este no termin¨® de apostar. Al igual que frente al noble y buen sexto de Couto de Fornilhos, que tambi¨¦n empuj¨® con bravura en el primer tercio, pero lleg¨® desfondado a la muleta, el torero tom¨® excesivas precauciones, no dio distancia a sus oponentes y se perdi¨® en constantes tiempos muertos que hicieron desconectar a toros y tendidos.
Otro que tambi¨¦n expuso lo m¨ªnimo fue S¨¢nchez Vara. Si bien lidi¨® de manera mucho m¨¢s eficaz y torera, tambi¨¦n anduvo precavido con un lote muy desigual. En primer lugar, se encontr¨® con un pavoroso y deslucido ejemplar de Saltillo, que pele¨® sin clase y con la cara arriba; mientras que el cuarto, de Santa Teresa, blando y cumplidor en varas, tuvo tanta nobleza, como soser¨ªa y poca casta.
El que s¨ª se la jug¨® ante el muy deslucido quinto fue Adri¨¢n de Torres. Aunque no siempre acert¨® con las distancias y alturas, y pese a que anduvo perdido durante la lidia, ech¨® mano de un indudable valor para aguantar las constantes embestidas por las nubes del toro de Yonnet. No le import¨® que el animal le pusiera los pitones en la axila y persisti¨® en su empe?o de pegarle muletazos. Esa exposici¨®n y una buena estocada, en la que tuvo que sortear un par de agresivos y astifinos pitones, le valieron una oreja.
Con el interesante segundo, de Villamarta, encastado y que embisti¨® a media altura, no dijo nada hasta el final de la faena, cuando ejecut¨® un manojo de naturales de buen trazo.
Distintas ganader¨ªas / S¨¢nchez Vara, De Torres, G¨®mez del Pilar
Toros bien presentados de Saltillo, desigual en varas y deslucido en la muleta; Villamarta, cumplidor en varas, encastado y a media altura; Conde de la Corte, manso de salida, pero luego bravo en varas, noble y a menos; Santa Teresa, cumplidor y blando en el caballo, noble, soso y descastado; Yonnet, muy deslucido, sin fijeza y con la cara muy alta; y Couto de Fornilhos, bravo en varas, noble, con calidad, pero desfondado. Tomaron un total de 21 puyazos.
Sánchez Vara: metisaca en los blandos (silencio); pinchazo y media estocada (silencio).
Adrián de Torres: pinchazo y estocada desprendida _aviso_ (división al saludar); estocada (oreja con protestas).
Gómez del Pilar: estocada ligeramente delantera y desprendida (saludos); media estocada y un descabello (saludos).
Plaza de toros de Vic-Fezensac (Francia). 28 de mayo (matinal). Tercera de la Feria del Toro. Algo menos de tres cuartos de entrada.
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