As¨ª fue la Feria del Libro de Madrid: grandes autores, colas de derechas, fiestones y lluvias amenazantes
El evento mostr¨® un a?o m¨¢s la gran diversidad que se da en el sector editorial espa?ol y congreg¨® a los mundos de la literatura y de la fama, con la meteorolog¨ªa en contra varios d¨ªas


La Feria del Libro de Madrid es siempre la misma cosa, pero siempre diferente: cambia el puesto de cada librer¨ªa, organismo o editorial; cambian, claro est¨¢, los libros; incluso cambia la morfolog¨ªa del evento seg¨²n hayan crecido los magnolios, lo que revela un inopinado v¨ªnculo de la feria con el medio natural que la rodea, el parque del Retiro.
Hubo pol¨¦micas previas: la directora Eva Or¨²e, adem¨¢s de cambiar la se?al¨¦tica, poner toldos para frenar el sol (la feria es ahora ¡°dermosaludable¡±) e introducir ciertos redise?os, consigui¨® que finalmente todas las editoriales tuvieran caseta, excepto alguna que se ausent¨® de las negociaciones. Incluso se gan¨® espacio para esas editoriales min¨²sculas que hacen libros artesanales, libros-objeto, arte y poes¨ªa, y que discurren por cauces paralelos. Las llamaron ind¨®mitas, porque lo son.
La gran invitada fue la ciencia, por primera vez una disciplina del conocimiento y no un pa¨ªs, una gran idea para colaborar a la destrucci¨®n de la limitante y artificiosa frontera que se tiende entre las ciencias y las humanidades. As¨ª que se habl¨® mucho de ciencia en conferencias, debates, charlas y paseos (ha habido hasta 400 actividades). La otra gran invitada, esta no deseada, fue la lluvia (llovi¨® 12 de los 17 d¨ªas, el m¨¢ximo en lo que va de milenio), tema de conversaci¨®n en las casetas y en las numerosas fiestas que rodean la feria. Por ejemplo, la muy institucional fiesta de Penguin Random House. O la populosa fiesta del grupo de editoriales independientes Contexto. O, las m¨¢s alternativa de todas, la entra?able Osa Mo?a. O la de la editorial Libros del K.O. donde se deja ver buena parte del periodismo espa?ol (y, por tanto, medio Twitter) y que anega en resaca las redacciones al d¨ªa siguiente. Pero, vaya, que llovi¨® mucho y que la mera amenaza de lluvia pudo servir como medida disuasoria para algunos lectores. Pero m¨¢s importantes son los campos y los pantanos.
Los datos de afluencia y ventas llegar¨¢n a mediados de semana, pero la organizaci¨®n, pese a las nubes, es optimista: asegura que las cifras ser¨¢n como m¨ªnimo ¡°similiares a las de la pasada edici¨®n¡±. ¡°Aunque no tenemos a¨²n los datos definitivos, las sensaciones son excelentes¡±, afirma la directora en un comunicado.
Reinas y actrices
La reina Letizia no acudi¨® a inaugurar porque era campa?a electoral y no conven¨ªa meterse en esos fregaos, as¨ª que el pase¨ªllo lo hicieron los pol¨ªticos, con mucho menos glamur. Pero la monarca, que tiene fama de excelente lectora, se present¨® otro d¨ªa como civil. Otra celebrity que se pas¨® por el Paseo de Coches fue la actriz hollywoodiense Amber Head, que despu¨¦s de un via crucis en los juicios con su exmarido Johnny Deep, se ha instalado en Madrid y, como se ve, participa de las costumbres madrile?as. Todos los libreros recomendaron libros que a su juicio eran la hostia, y muchos lectores se acabaron fiando. Los libros son coloridos y variados como cromos, pero lo bonito es que cada uno esconde una historia: generan conversaci¨®n. Se habl¨® mucho de libros, por las ma?anas laborales pasaron los colegios (¡±perdona, ?me regalas un marcap¨¢ginas?¡±) y por las tardes cayeron tormentas tropicales.

Como todo est¨¢ en los libros, se entiende que la feria puede interesar a todo el mundo. En la feria hubo muchas casetas, unas 385, algunas curiosas. No pocas personas se arremolinaban en torno a la del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN), donde, en vez de libros, vend¨ªan mapas en papel para los renegados de Google Maps. Llamativos contrastes que produce el azar: la librer¨ªa Tercios Viejos ofrec¨ªa libros sobre el Imperio Espa?ol y la Gesta de Alc¨¢zar de Toledo (como la llamaba el franquismo); en la caseta contigua, la librer¨ªa Diwan, especializada en el mundo ¨¢rabe, despachaba vol¨²menes de filosof¨ªa isl¨¢mica.
Por cierto, las grandes colas para conseguir firmas de autores de extrema derecha o ultraliberales parec¨ªan presagiar, el primer fin de semana, la ¡°ola reaccionaria¡± que se cern¨ªa sobre Madrid y sobre Espa?a entera. La librer¨ªa Di¨®genes, concernida por el Cambio Clim¨¢tico, se llev¨® solo libros sobre medio ambiente para concienciar al personal. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) invitaba a ¡°explorar sus datos¡±. En la del Ministerio de Defensa atend¨ªa un hombre vestido, muy pulcro en las formas, con uniforme militar. La de Testimonio de Autores Cat¨®licos vend¨ªa vidas de santos, y la Fundaci¨®n Anselmo Lorenzo las del heroico santoral de los anarquistas. Hasta hubo una caseta del Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE), que es una obra como El Quijote o La Biblia: se habla mucho de ella, pero no se lee tanto.
El zoo de los escritores y los famosos
Firmaron los escritores, recluidos en las casetas como los animales en el zoo, expuestos a las miradas indiscretas y a los halagos y furias del p¨²blico, en lo que para algunos es una competici¨®n secreta de las vanidades y que otros se toman con m¨¢s filosof¨ªa. No estaba prohibido darles de comer (m¨¢s bien esa es una de las razones de todo esto). Desde dentro de las casetas el firmante ve pasar a un r¨ªo de carne y hueso que representa a la humanidad, en toda su variedad y extra?eza. Los libreros, despu¨¦s de dos semanas con sus tres findes all¨ª recluidos, aseguran salir viendo el mundo con la forma del rect¨¢ngulo de las casetas.
Algunos de los que ya no est¨¢n presentes, como Javier Mar¨ªas o Antonio Gala, fueron homenajeados en sendos actos. Y, un a?o m¨¢s, firmaron los famosos de la tele y las celebrities de internet y de otros ¨¢mbitos considerados extraliterarios. Muchos curiosos se acercan a las casetas a ver en persona a ese alguien que han visto antes en la tele y darle codazos a su acompa?ante: es ¨¦l, es ¨¦l, y sacar una foto de extranjis. Es porque se trata de la Feria del Libro y no la Feria de la Literatura, y eso favorece la diversidad y extra?eza antes citadas. Y no todo fueron famosos de una y otra ¨ªndole: Montxo Rejano, un tipo sin hogar que acaba de salir de la calle en Pamplona, firm¨® su libro, El que no ve, en su librer¨ªa/editorial La Imprenta.
Esa variedad hay que celebrarla: lo mismo firma Fernando Aramburu que el Pollo Pepe (al que observ¨¦ con admiraci¨®n atender a sus numerosos fans), lo mismo Elvira Lindo (con esa incre¨ªble conexi¨®n con su p¨²blico) que Ana Obreg¨®n (con ese im¨¢n para las masas populares), que compareci¨® el ¨²ltimo d¨ªa para firmar El chico de las musara?as (HarperCollins), un texto que retom¨® donde su difunto hijo Aless Lequio hab¨ªa dejado. Seguro que la fecha se queda como un hito en la historia de la feria.
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