A Fernando Adri¨¢n le vuelve a tocar la loter¨ªa
El madrile?o corta dos excesivas orejas de un nobil¨ªsimo ejemplar de Juan Pedro Domecq y Castella da una vuelta al ruedo
Diecisiete d¨ªas despu¨¦s, se repiti¨® la historia. Fernando Adri¨¢n, un joven torero madrile?o, cruz¨® el umbral de la puerta grande de Madrid. La primera vez lo consigui¨® el pasado 31 de mayo, durante la Feria de San Isidro; este s¨¢bado, tras cortar las dos orejas del ¨²ltimo toro de la tradicional Corrida de la Beneficencia.
Y mientras iba en volandas camino de la calle de Alcal¨¢, a Adri¨¢n solo le falt¨® frotarse los ojos para comprobar que aquello que estaba viviendo no era ning¨²n sue?o. Porque, abrir la puerta grande de Madrid dos veces consecutivas en menos de un mes, no est¨¢ al alcance de todos. ?O s¨ª?
Antes, hace a?os, seguro que no, pero hoy en d¨ªa uno ya lo empieza a dudar. Madrid ya no es lo que era. Esa plaza dura y exigente, la que daba y quitaba, ya es historia. Los aficionados entendidos han sido sustituidos por un p¨²blico jaranero que lo aplaude todo y se emociona por nada.
Y los triunfos, claro, no valen lo mismo. La faena de Fernando Adri¨¢n al nobil¨ªsimo y dulce sexto, de Juan Pedro Domecq, habr¨ªa sido justamente recompensada con una oreja hasta hace no tanto. Hoy fueron dos. La estrategia que los ¡°taurinos¡± han logrado instaurar: triunfalismo para tapar las miserias de una fiesta en decadencia.
Adri¨¢n estuvo realmente bien por momentos, sobre todo al final de una labor que fue de menos a m¨¢s y que rubric¨® con una buena estocada. Si bien comenz¨® dando pases mec¨¢nicos y buscando la ligaz¨®n a la desesperada, termin¨® asent¨¢ndose, gust¨¢ndose y enrosc¨¢ndose al bendito animal en un par de tandas al natural que pusieron en pie los tendidos.
Un triunfo exagerado, que no por ello menos meritorio, que habr¨¢ que ver si le sirve para salir del ostracismo. Porque esa es la cuesti¨®n de fondo. ?Le servir¨¢ a Fernando Adri¨¢n el haber salido a hombros por partida doble esta primavera madrile?a? En otros tiempos su carrera saldr¨ªa lanzada, ?pero hoy?
Con el impresentable e inv¨¢lido tercero, un infame bichejo con el hierro de Daniel Ruiz al que quisieron devolver hasta los pac¨ªficos guapos de sombra, insisti¨® sin opci¨®n alguna de lucimiento.
El que a punto estuvo de cortar otra oreja fue Sebasti¨¢n Castella, el triunfador num¨¦rico de San Isidro. Por ¨¦l, contratado en la plaza francesa de Istres este domingo 18, tuvieron que cambiar la fecha de la Beneficencia. ?Y para qu¨¦? Como era previsible, Castella, m¨¢s visto que el tebeo, no llev¨® a nadie a la plaza y esta no se llen¨®.
Ante un lote m¨¢s que potable de Daniel Ruiz y Juan Pedro, el franc¨¦s dio muchos pases, pero no dijo nada. Solo en el comienzo de la faena al primero, en el que dej¨® dos sobresalientes remates por bajo, y cuando ech¨® mano de efectismo en los ya recurrentes e insoportables cambiados por la espalda, logr¨® llegar al p¨²blico. Qu¨¦ pesado. Qu¨¦ mec¨¢nico. Qu¨¦ vulgar.
Tampoco fue la tarde de Emilio de Justo, en su cuarta tarde en Madrid en poco m¨¢s de un mes. Por mucho que lo intenta, y por loables que sean sus intenciones, no da con la tecla del ¨¦xito. Ni con el noble segundo de Juan Pedro, que se desfond¨® en el ¨²ltimo tercio, ni con el quinto, de Victoriano del R¨ªo, que apret¨® en varas y exigi¨® en la muleta, anduvo c¨®modo.
Juan Pedro Domecq, Daniel Ruiz, Victoriano del R¨ªo / Castella, De Justo, Adri¨¢n
Tres toros de Juan Pedro Domecq (2º, 4º y 6º), bien presentados, nobles, blandos y de buena condición; dos de Daniel Ruiz (1º y 3º), impresentables, nobles, blandos y aborregados; y Victoriano del Río (5º), correcto de presentación, bravo en varas y de exigente fondo.
Sebastián Castella: pinchazo muy trasero y tendido _aviso_ y estocada (saludos); _aviso_ estocada (vuelta tras petición).
Emilio de Justo: estocada (silencio); pinchazo, estocada corta traserilla _aviso_ y un descabello (silencio).
Fernando Adrián: estocada trasera y un descabello (silencio); estocada (dos orejas).
Plaza de toros de Las Ventas. Extraordinaria Corrida de la Beneficencia. Alrededor de dos tercios de entrada (17.125 espectadores, según la empresa). Presidió el festejo desde el palco real S.M. El Rey don Felipe.
Babelia
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